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No había podido comer nada durante todo el día, salía del set y me tenía que dirigir hacia una entrevista con Diana, notaba como la barriga me rugía, veía por la ciudad puestos de comida y no podía parar a comprarme nada porque ya iba con el tiempo justo, toqué el claxon al darme cuenta de que casi tengo un accidente.

-Imbécil- grité.

El conductor siguió su camino y yo seguí con el mío ¿me darán comida en la entrevista? Ni de coña, me puedo ensuciar, los párpados cada vez eran más pesados, tres horas más haciendo el ridículo y podría llegar a dormir a casa.

Habían cuatro chicas en el parking ¿se habrán enterado? Me coloqué las gafas de sol para que no notasen mis ojeras y salí con la sonrisa más fingida del día.

Ellas empezaron a chillar al verme y se acercaron hacia mi, no me dejaban espacio personal pero ya conocía las reglas del mundillo.

-Tranquilas que aquí estoy para todas- Volví a sonreír falsamente.

Ellas empezaron a chillar más y yo me quería largar de ahí, me dejé hacer varías fotos y decidí entrar al edificio marrón que tenía delante mía, me saludo un guardia de seguridad con sobrepeso, se estaba comiendo un donut, se me hacía la boca agua, mi barriga volvió a rugir.

Apareció una chica rubia con una carpeta, por la forma en la que venía hacia a mi, intuí que sería mi niñera.

-Buenos tardes, soy Mía y soy tu asistente en esta sesión- soltó una risita nerviosa.

Me encogí de hombros y seguí el camino que me indicaba, Diana estaba ahí recién maquillada, fingió demasiado bien su reacción porque vino corriendo a darme un beso.

-Llegas tarde, cariño- me volvió a besar.

Me quité las gafas de sol y me dirigí donde Mía me indicaba, Diana esperaba una reacción más romántica de mi parte pero no la consiguió.

Me hicieron sentarme en una silla incómoda, la maquilladora no tardó en llegar, comenzó a intoxicarme con los polvos del maquillaje, era horrible como me estaban maquillando pero cuánto antes empezase antes acabamos, miraba alrededor a los fotógrafos y a la periodista, era una morena bastante guapa, tendría unos años mayor que yo pero estaba muy bien.

-Si te operases los labios darían más volumen a tu cara y tendrías más éxito- dijo la estilista.

Me quedé en blanco, no sabía que decir, me sentí ofendida al escuchar como los otros trabajadores le daban la razón a la maldita estilista.

Decidí centrarme en la periodista, hicimos contacto visual varías veces, ambas nos sonrojábamos, pero lo más raro era que Diana estaba delante y no hizo ningún gesto de molestia, la periodista sí, pero Barbara no.

Me senté en un sillón negro a la espera de Diana la cual llevaba casi dos horas en maquillaje, la barriga me seguía sonando y le dije al fotógrafo de comenzar, el fotógrafo decidió empezar conmigo ante la atenta mirada de la periodista.

Me moría de cansancio, oía los susurros del fotógrafo malhumorado, me decía cosas para intentar animarme pero sabía que no lo iba a conseguir, la cosa se animo cuando Diana se me tiró encima, me hizo un poco de daño pero el fotógrafo quedó encantado con las poses que le estábamos dando.

Diana me rozaba demasiado pero no me importaba, mi vida había dejado de ser mía desde hacía muchísimo tiempo, las fotos y las poses fueron subiendo la temperatura, me notaba más animada, había más química con Diana en aquella sala que anoche en su cama.

El fotógrafo terminó su trabajo satisfactoriamente, me sentía un poco nerviosa ante aquella periodista ya que sabía que iba a ir a cuchillo, mi manager ya me había informado de cómo era ella, prepotente y curiosa.

Diana se quitó de encima mío y se colocó a un lado para saludar a aquella periodista, le di la mano temblorosa.

-Estás temblando ¿tienes miedo?-Preguntó divertida.

-No- intenté ser segura pero no.

-Es que está cansada de tanto grabar- Diana me besó.

Notaba un sudor frío, quería largarme de ahí.

-Bien, empecemos, tenía muchas ganas de conoceros, sobre todo a ti ____ Millers, tengo contactos en San Francisco y me han hablado maravillas de ti- mordió su bolígrafo.

Yo hice una mueca y recé para que pasara pronto.

-Bueno ¿Cómo os conocisteis? Esta pregunta es obligatorio- rió.

-Nos conocimos en París, en un evento- Diana me agarró la mano.

-Claro, ahí fue el escándalo con Barbara Palvin el ángel de Victoria secrect's- soltó una risita.

Diana tosió y yo bebí agua.

-_____ ¿Estas nerviosa?

-No, sólo tenía sed- Bebí  otra vez.

-Me encantan las parejas de chicas, sois unas referentes para las adolescentes y sois adorables ¿Por qué empezasteis a salir tan pronto?

Por un maldito contrato.

-Cuando ves a alguien que te gusta ¿por que te lo vas a pensar?- reí.

-Tienes razón, la vida son dos días y hay que aprovecharlas y tú Diana ¿qué es lo que más te gusta de _____?

Diana y yo nos miramos a los ojos, no estaba preguntando nada de lo que nos habíamos estudiado.

-Me gusta como me hace sentir, me gusta su fidelidad.

Intenté no poner ninguna cara rara mientras la periodista jugaba con el bolígrafo.

-¿Tenéis pensado vivir juntas?

-Sí- Dijo Diana.

-No- respondí.

Aquella periodista se frotaba las manos, había conseguido lo que quería.

-¿Eso es que os vais a vivir juntas o no?

-Lo tenemos pensado pero más adelante, ahora mismo yo estoy de mudanza, es un objetivo a corto plazo- intenté sonar calmada.

Estoy pasando por la peor entrevista de mi vida, notaba como mi sudor mojaba el vestido que me habían puesto, quería vomitar y no tenía ni un puto trozo de comida en el estómago.

-Bien, ____ ¿Qué piensas de la sesión de fotos que se hizo Diana el otro día?- me ofreció las fotografías.

Eran fotografías de Diana con poca ropa, Diana estaba sonrojada ya que ella no se esperaba que sacaran esas fotos, mis oídos se empezaron a taponar, intentaba mirar para todos los lados buscando una solución pero sólo notaba la cabeza más pesada y la vista más nublada, me desplomé frente a aquella periodista.

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora