Salí de aquel baño, tenía el traje empapado, la música me retumbaba en los oídos, era una sensación horrible.
Miré para todos los lados, necesitaba irme de aquí y necesitaba irme ya.
Los camareros no paraban de ofrecerme bebidas alcohólicas, las esquivé como pude y me dirigí otra vez a la barra.
Aquella chica se sorprendió al verme de nuevo.
-¿otra botella de agua estrellita?- bromeó moviendo una botella.
-Me lees la mente- agarré la botella.
Volví a beber agua, me sentía sedienta, dejé media botella en la barra y me quedé mirándola, necesitaba irme de aquí pero la prensa no podía verme salir tan pronto o me tocaría pagar una multa.
-¿Necesitas algo más?- me preguntó.
-Mmmm, Sí ¿podrías ayudarme a escapar de aquí?
Ella abrió los ojos bastante sorprendida.
-¿Por qué querrías escapar de aquí?
-No estoy muy bien, pero la prensa no puede verme ¿tienes alguna idea?
Ella se quedó pensando un buen momento, apareció alguien más y tuvo que atenderle, me quedé ahí intentando ver a Michelle pero Michelle estaría bailando con alguien más.
-Creo que tenga una idea.
-Soy todo oídos.
Ella me señaló la entrada de la barra, no entendía muy bien su idea pero entré.
Me guió hacia la cocina, estaba repleto de botellas y de tentempiés, aproveché para llevarme alguno a la boca.
Ella me señaló una puerta grande negra, había bolsas de basura alrededor.
-Está es la salida de los camareros, aquí sacamos la basura, ningún fotógrafo esta interesado en esta puerta- bromeó.
Esperé a que ella abriese la puerta y comprobase de que no había nadie fuera para que yo pudiera salir.
-Despejado- bromeó.
-No sé tu nombre pero te debo la vida- la abracé.
Ella se sorprendió ante mi abrazo, pero no se negó.
-No te preocupes, no entiendo tu vida pero si no quieres estar aquí, es mejor que no estés.
-Me encantaría agradecértelo, tengo dinero, lo que quieras- saqué el móvil.
Ella se sorprendió ante mi intención de darle dinero, se ve que no le gustó mi actitud.
-No te preocupes, no todos los días puedes ayudar a salir de una súper fiesta al crush de tu hermana- bromeó.
Me ruborice al escuchar eso.
Ella se estaba aguantando la risa.
-No sabía quién eras, así que le he preguntado a las demás camareras y ellas sí te conocían, eres el crush de mi hermana, así que si me quieres firmar un autógrafo para ella te lo agradecería.
Ella buscó un bolígrafo entre los cajones de aquella cocina y me ofreció una servilleta de tela para firmar.
-¿cómo se llama tu hermana?- pregunté.
-Karla.
Asentí mientras firmaba aquella servilleta blanca, aún me temblaban un poco las manos.
Con mucho cariño para Karla.
Terminé de firmar y salí por la puerta de los empleados.
Estaba todo oscuro y el contenedor de basura estaba completamente lleno.
Miré con desagrado aquel contenedor, olía mal.
Me desabroché otro botón y me dirigí por el callejón con miedo de que me encontrase algún fotógrafo.
Busque la dirección de mi hotel por el gps y caminé por la oscuridad para evitar a los desagradables flashes.
El hotel estaba a cuarenta minutos andando, miré hacia atrás, había dejado bastante atrás el evento, ya podría pedir un taxi sin ser acosada.
Me apoyé en una farola mientras esperaba al taxi, estaba aterrada por lo que me había ocurrido hace una media hora, no entendía nada, mi cuerpo estaba empezando a sentir frío.
Me rodeé con mis brazos y supliqué para que el taxista llegase lo más rápido posible.
Mis súplicas fueron escuchadas, el taxista no tardó en llegar, se sorprendió al verme bajo una farola en medio de la nada.
Me abrió la puerta y me senté como pude en los asientos traseros.
-¿donde vamos, señorita?- me miraba por el retrovisor.
-Al hotel- me toqué la cabeza.
-¿Cuál es su hotel?
Me quedé pensando, no me acordaba de mi hotel, los coches me dejaban allí pero yo nunca les decía la dirección.
Genial.
El taxista se quedó esperando una respuesta.
-Usted lléveme a un hotel y yo veré si es ese.
-¿Vas bien? ¿Cuánto has bebido?
-Nada, el problema es que he venido dos días a esta ciudad y no recuerdo el hotel.
El taxista incrédulo comenzó a conducir y empezó a llevarme a los hoteles del centro de la ciudad, sin quererlo me estaba haciendo un tour por Londres.
Después de muchos hoteles encontré el mío, me había gastado más de cien dólares pero no me importó porque lo pagaba mi manager.
Me dirigí hacia la recepcionista, ella estaba viendo una serie desde un iPad que tenía guardado, se asustó cuando me vio cerca.
Tenía una imagen lamentable.
-¿En que puedo ayudarle?
-Podrías llamar a un médico y que suba a mi habitación- le supliqué.
Ella asintió un poco asustada.
-Máxima discreción por favor, que nadie se entere- volví a suplicar.
Después de mis súplicas, me acerqué hacia la puerta del ascensor, subí como pude, me miraba en el espejo del ascensor, me sentía derrotada, las puertas no tardaron en abrirse, me sujete a la pared del pasillo hasta llegar a mi puerta, conseguí abrirla con mucha dificultad y me tiré corriendo a la cama.
Esperaba que el doctor llegase pronto, no sabía si sobreviviría a esta noche.
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•Barbara Palvin y tú• Famous in love•
Fanfic¿Qué tan peligroso puede ser Hollywood para una recién llegada? ¿Resistirás a la tentación? ¿Amor? ¿Traición? ¿Dinero? ¿Sexo? ¿Vicio? No olvides tu corazón al salir.