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-¿Diana está de acuerdo?- pregunté curiosa.

-A Diana le conviene.

Eché la cabeza hacia atrás.

-¿Cuándo sería? Te recuerdo que tengo un desfile- contestó Barbara.

Me giré a mirar a Barbara, no había dicho nada en toda la reunión y era bastante raro, ya que ella siempre está hablando, incluso de más.

-Está semana, ya os iré avisando, ya os podéis marchar.

Barbara agarró su bolso y salió huyendo de ahí, yo me quedé sentada mirando a mi manager.

-Si quieres que sea bueno contigo, compórtate.

-¿Me puedo ir ya?- respondí arrogante.

-Que sepas que está tontería es para limpiar la imagen de Barbara, si de verdad sintieses algo por ella no te comportarías así- me recriminó.

Me quedé callada y confusa.

-¿A qué te refieres?- tartamudeé.

-Barbara es la tercera en discordia y creo que sabrás muy bien la fama que tienen las terceras personas.

Mierda.

-Si estás ciega mira alguna revista y verás como la tachan de puta para arriba.

-No había caído en eso, prometo portarme bien.

-Eso es lo que quería oír, por cierto Diana no sabe nada, te toca convencerla.

-No me jodas- le miré.

-Ahora te puedes marchar.

Salí de aquel despacho buscando a Barbara pero ella ya se había ido, me maldije por no haber salido antes y por no haberme dado cuenta de lo que le ocurría.

Fui todo el camino en coche repitiéndome lo imbécil que era y el milagro que necesitaba para convencer a Diana, no iba a aceptar ni loca.

Necesitaba desestresarme y no sabía cómo, miraba para todos los lados en cada semáforo en rojo buscando una solución a mis problemas.

Mi móvil empezó a sonar pero me negué a contestar, era imprudente atender el móvil mientras conducía.

Aprovechando otro semáforo en rojo miré quien me llamaba, Barbara.

Mis ojos se abrieron al ver que Barbara me estaba llamando, respondí enseguida.

Llamada entrante

Barbara:
_____ ¿podríamos vernos?

_____ Millers:
Claro, dime dónde estás que voy a buscarte.

Barbara:
Te mando la dirección, es un lugar apartado.

____ Millers:
¿Me vas a secuestrar?

Barbara:
Puede....

Llamada finalizada

¿Está mujer está bien? Sólo me queda reírme ante ese cambio de actitud, Barbara no tardó en enviarme la dirección, ella tenía razón, era una casa a las afueras de la ciudad ¿será para que no nos sigan?

Ella salió diez minutos antes que yo de aquel despacho ¿lo tendría planeado?

Con forme me alejaba del centro de la ciudad veía cada vez más árboles, esta mujer me quiere asesinar y por eso me saca a las afueras de la ciudad.

Quince minutos después ya había llegado a aquella casa, era una casa pequeña, alejada de la ciudad.

Supuse que Barbara estaría dentro, salí del coche y me dirigí hacia la puerta esperando a que Barbara me abriese.

Barbara no tardó en abrirme, me tiró para dentro de la casa y ahí me besó.

Definitivamente esta chica necesita explicarme muchas cosas.

Abrí los ojos ante ese sorprendente beso, cerré la puerta de una pequeña patada y volví a darle un beso a aquella chica que me tiene loca.

-Pensé que me querías matar- solté una carcajada.

-No cantes victoria, cariño.

Barbara me agarró de la mano y me llevó hacia el salón, era un salón pequeño pero para dos estaba muy bien.

Me puse cómoda en ese sillón y esperé una aclaración.

-¿Te gusta?- señaló el salón.

-¿La casa? ¿Es tuya?

-Es una pequeña casa que alquilo cuando sólo quiero ser Barbara, una chica normal de 26 años.

-Por eso está alejada de la ciudad, para no encontrarte a nadie.

-Exacto- aplaudió.

-Debería hacer lo mismo ¿no me quieres de vecina?- elevé las cejas de forma coqueta.

Barbara se subió encima de mi y comenzó a acariciarme.

-Tenemos que hablar sobre el evento con Diana.

Besé su cuello esperando a que ella me contase, Barbara apenas podía hablar, yo decidí desabrocharle la blusa trasparente que llevaba por encima.

Barbara apartó mi mano de su último botón.

-Primero escúchame- me miraba a los ojos.

Asentí mientras le daba un suave beso.

Barbara decidió quitarse de encima ya que vio que no conseguiría mi completa atención subida encima de mi.

-¿Quieres tomar algo?.

Negué.

Barbara decidió ir hacia la cocina a por algo de beber, volvió con dos vasos y una botella de agua.

-¿Qué hay que celebrar?- solté irónicamente.

-Tenemos una conversación muy importante- empezó a servir.

Me quedé mirando como Barbara servia agua esa mujer me tenía como quería y lo sabía.

Decidí acercarme para quitarle la botella y empezar a besarla, ella no se negó, empezamos a deshacernos de la ropa, hasta que fuimos cayendo poco a poco en la alfombra de aquel diminuto salón que fue testigo de nuestras miradas cómplices y gemidos varios.

Nos dolía la espalda de estar tumbadas en el suelo pero a ninguna le importó lo suficiente como para dar por finalizada la reconciliación.

Barbara apoyó su cabeza en mi pecho, mientras recorría mi piel con su dedo índice.

-No me gusta nada lo que subes con Diana a Instagram, sé que hay un contrato y es horrible pero tenía que decírtelo.

-Lo sé, pero ya sabes, tres meses pasan muy rápido- susurré.

-Estoy siendo acosada por los paparazzis y no es culpa mía.

-Lo entiendo y lo siento mucho, cuando nos fotografíen a las tres en el evento, las aguas se calmarán.

-No sé que le habrán dicho a Diana para que acepte ese papel.

-Diana aún no ha aceptado, tengo que convencerla yo.

-¿Qué? ¿cómo vas a convencer a Diana?- dejó de acariciarme, para mirarme fijamente esperando una respuesta.

-La verdad, no lo sé- resoplé.

-Ya sé, tienes que acostarte con ella- sonó muy segura.

¿Perdón?

-¿Me estás pidiendo que me acueste con Diana?

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora