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Miré a aquella chica, apenas sabía su nombre, iba vestida espectacular, parecía que lo tenía todo preparado.

Ella me sonreía tímidamente.

-¿Es tu primera vez?- la miré fijamente.

Ella negaba nerviosa.

-Puedes estar tranquila, nos tomarán unas cuántas fotos, podrás beber lo que quieras e irte cuando quieras, lo importante es el principio, hay que dar buena imagen.

Ella asentía.

Parecía que tenía un plan y que no paraba de repasarlo, algo me decía que no había sido muy buena idea.

Llegamos al evento, la prensa ya estába, comenzaron a fotografiarnos desde el coche.

Resoplé antes de abrir mi puerta.

Los paparazzis se acercaron demasiado, intenté mantener la puerta lo suficientemente abierta como para que aquella chica pudiese salir del coche.

Me agarró de la mano, fue algo desprevenido, me sentí demasiado incómoda pero no podía soltársela, había mucha prensa.

-¿Quién es? ¿Ya has roto con Diana?- preguntó un paparazzi.

Me limité a sonreír mientras posaba junto a ella, ella dejó los nervios, su confianza aumentó parecía una súper estrella delante de aquellas cámaras.

Me limité a sonreír mientras la miraba posar, no lo hacía nada mal.

Yo quería entrar dentro del recinto, me sentía incómoda con tanta atención pero aquella desconocida estaba disfrutando de sus quince minutos de fama.

-¿Es tu nueva conquista?- preguntaba otro paparazzi.

Le agarré la mano fuertemente a aquella chica y me la llevé para dentro del evento.

Ella se molestó pero no dijo nada.

Ella estaba completamente sorprendida, yo ya había perdido la cuenta de la cantidad de eventos a los que había asistido.

-Mira, yo me iré sobre una hora pero tú te puedes quedar- le susurré.

Ella se sorprendió mientras negaba con la cabeza.

-No, no, no, tú te quedas esta noche bailando conmigo- me agarró de la mano y me llevó a unos cuantos metros de la mesa del dj.

El Dj era bastante conocido en la ciudad, tenía el ambiente muy caldeado.

Intenté seguirle el ritmo a aquella chica y bailar con ella, pero estaba demasiado cansada, todo el cuerpo me pesaba, era una sensación horrible, necesitaba descansar.

Después de muchas canciones me dejó libertad para ir a la barra a pedir una bebida, no podía beber alcohol, me negaba, el alcohol sólo me daba problemas.

-¿Champán?- me preguntó la camarera.

Negué con una sonrisa.

-Me das una botella de agua por favor.

-¿Agua? Que famosa más rara- bromeó.

Me reí mientras veía como se agachaba en la barra buscando las botellas de agua.

-Muchas gracias- abrí la botella y me la bebí entera.

Ella se sorprendió y buscó otra, me la volvió a ofrecer.

-Gracias de nuevo- le guiñé un ojo.

-Espera ¿quién eres?- parecía interesada.

-Con suerte seré la última persona que veas esta noche- bromeé mientras volví a beber agua.

-No me importaría- soltó una carcajada.

Me volví a terminar la botella, me moría de sed y no entendía el motivo, ella me volvió a dar otra botella y me fui al baño a echarme agua.

Notaba que me faltaba el aire, no entendía nada, se supone que había buena ventilación aunque fuese un sitio cerrado.

Conseguí encontrar el baño sin mucha dificultad, me miré en el espejo y me notaba pálida, me eché la botella de agua encima y abrí el grifo para echarme más agua.

Noté las taticardias y me senté en el suelo con la mano en el pecho, sentía que el pecho se me iba a salir, estaba muy asustada, me temblaba todo el cuerpo y no entendía el motivo.

Me desabroché la camisa e intenté respirar, supongo que se me pasaría enseguida, no quería que nadie se enterase de lo que me estaba pasando.

Notaba como sudaba, estaba empapando el traje, las luces de neón de aquel baño no hacían de mucha ayuda.

Intenté controlar la respiración, mi móvil comenzó a vibrar.

-No puede ser, joder- me quejé.

Barbara me estaba haciendo videollamada.

Intenté arreglarme el pelo como pude, no podía ponerme de pie me temblaban muchos las piernas como para poder mirarme en el espejo y arreglarme.

-Dios mío, mátame después de la vídeollamada- supliqué mirando al techo.

Acepté la videollamada y ahí estaba Barbara con su ramo de flores sonriendo al móvil, me sonreía a mi.

-No sabes cuando te quiero- me decía con ojitos cristalinos.

-Me alegra mucho saber que te han gustado- tartamudeé, apenas podía hablar.

-¿Dónde estás? ¿Por qué estás tan sudada?

-Estoy en el baño del evento de esta noche, estoy sudada porque no he parado de bailar, me encantaría estar bailando contigo pero me toca hacer el ridículo sola- mentí.

-Me encantaría darte un beso, en esa cara sudada que llevas.

-A mi me encantaría que me besaras- me comenzó a temblar el labio.

Noté como me comenzaba a temblar la mano, se me iba a caer el móvil de un momento para otro.

-Oye ¿estás bien? Te veo mal, me gustaría verte más tarde por videollamada y hablar, ya sabes.

-Sí, sí, estoy perfectamente, es que aquí no hay cobertura y la imagen se ve fatal, pero claro luego hacemos videollamada, yo me iré en un rato al hotel a descansar.

-Entonces, nos vemos luego que voy a cenar con las chicas, te quiero- me mandó un beso.

-Yo te quiero más- me despedí con la mano temblando.

Colgué la videollamada y comencé a llorar.

Golpeé el suelo de la rabia que sentía dentro de mi.

No sabía que me pasaba pero estaba muy mal y no sabía a quien podía avisar en esta maldita ciudad.

Me quedé llorando en el suelo del baño hasta que me quedé tranquila, no habían pasado ni quince minutos y ya sentía como el aire volvía a mi.

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora