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Me quedé en blanco en aquel sofá a juego con mi mente, veía a los invitados alrededor pero no la veía a ella, no había decidido volver, debería estar conmigo disfrutando de la inauguración de mi puto loft y no comportándose como una tonta.

Cerré los ojos para ver si podía notar un poco de tranquilidad.

Mi cuerpo se erizó al notar el champán en mi cuerpo, abrí los ojos y vi que Paul me había tirado media botella de moet encima, manchó el reconfortante sofá, decidí levantarme e ir a por él, agarré otra botella de moet, la comencé a mover y empecé a tirársela a todos los invitados.

Algunos gritaban pidiendo más y otros sonaban disgustados por sus teléfonos móviles.

La inauguración se me fue un poco de las manos, los invitados abusaron tanto de las redes sociales que éramos tendencia en twitter.

Me avisaron de que estaban tocando la puerta y salí corriendo, me arreglé el pelo durante el camino, tenía la esperanza de que fuese Barbara.

Pero acabó tocando la puerta quien menos lo esperaba, Diana.

Diana estaba con un vestido negro muy corto  en la puerta de mi loft, estaba bastante guapa, venía buscando guerra y seguramente la encontraría.

-¿Qué haces aquí?- la miré sorprendida.

-He visto tus historias de Instagram- pasó dentro y cerró la puerta.

-¿Cómo sabias el lugar?- la acorralé junto a la puerta.

-Tus amigos han subido foto con la localización, deberían tener más cuidado, además soy tu novia oficial, deberías agradecer que he venido a verte, cariño- me dio un beso y me apartó.

Me quedé de piedra viendo esa escena.

-Por cierto he visto tu rueda de prensa, ha sido lamentablemente ¿a quién tengo que pedirle una copa?- reía.

Diana se hizo el tour hasta que encontró las botellas.

Después de ver a Diana bebiéndose media botella se me quitaron las ganas de seguir con la fiesta, volvieron a tocar el timbre y volví a salir corriendo, esta vez tenía que ser ella, la trastornada de Diana ya estaba en la fiesta.

Abrí la puerta nerviosa y con una enorme sonrisa, mi rostro cambió al ver a aquellos hombres uniformados.

-Policía- dijo el más alto.

¿Alguien había pedido strippers?

Miré hacia atrás por si alguien los reconocía como strippers pero ninguno de mis invitados los reclamaban, es más, bajaron el volumen al ver que llevaban porra y esposas.

-Disculpen agentes ¿pasa algo?- intenté fingir inocencia.

-Los vecinos nos han llamado por el ruido.

Resoplé.

Malditos vecinos.

-No se preocupen que ahora bajamos el volumen

Los policías se fueron contentos al saber que habían hecho su labor, me dirigí hacia los canapés, comí unos cuantos y volví a subirle el volumen a la música.

Que se jodan los vecinos de mierda.

Noté que la gente ya no me necesitaba en aquella fiesta, decidí alejarme de la multitud para admirar la ciudad a través del gran balcón, me senté en una tumbona y decidí tomar aire, esto se me había ido completamente de las manos.

-Si llego a saber que hacías yoga me hubiese traído la esterilla- Paul se me acercó entre risas con un cigarrillo, se sentó a mi lado, me lo intentó ofrecer pero me negué.

Él se resignó ante mi rechazo.

-Tu casa es casi tan bonita como la mía.

Reímos.

-Creo que estoy de alquilada, yo no podría pagarme un loft.

-Después de cinco años trabajando en Hollywood podrás pagarte lo que quieras- dio una calada.

-Espero tenerte aquí dentro de cinco años.

Paul se acercó más a mi y nos abrazamos.

-Hermano, estoy muy mal, todo se me está viniendo encima- rompí a llorar.

-Calma, no ha sido la mejor idea montar una fiesta después de pegarle a un paparazzi- soltó una risita.

-Tienes razón, soy culpable- le robé el cigarrillo y empecé a fumarlo.

Él se sorprendió pero no dijo nada.

-Es por eso que ella no está aquí ¿no?

Miré al rededor, Barbara no estaba aquí por mi culpa.

-Correcto- volví a inhalar.

-¿Recuerdas que tenía que contarte algo sobre Barbara?

Me sequé las lagrimas mientras esperaba a que siguiese hablando.

-Barbara y yo nos besamos- tartamudeó.

-¿Qué?- grité.

Noté como todos dejaron de hablar en el momento en el que me escucharon gritar a mi, sin ninguna duda la fiesta se había acabado.

-El culpable soy yo y lo siento.

-¿Cómo que el culpable eres tú?- me levanté del asiento malhumorada.

-Yo intérprete mal sus señales y la besé.

-Y ¿qué se supone que consigues diciéndome eso?

-Yo no sabía que ella estaba contigo, me enteré después, en Hollywood todos estamos con todos, no lo entenderías.

-¿Qué no lo entendería?- mi puño acabó en el pómulo derecho de Paul.

Paul se agachó adolorido, ya no había ni música, la gente lo había escuchado todo y no sabían que hacer.

Lo peor fue cuando volví a ver a la policía en mi salón, eran otros y ambos me señalaban, me querían arrestar.

La policía se acercó corriendo hacia el balcón para ver cómo estaba Paul, él era la víctima y yo la culpable.

Paul negó repetidas veces que hubiese sido una pelea, él juraba que era un juego que se nos fue de las manos a ambos, la policía no le creía pero tuvieron que irse ya que no tenían pruebas.

Después de esa escena mis invitados fueron yéndose uno por uno, sin duda la peor anfitriona de la historia, me volví a acercar al balcón para ver mejor como mis invitados se iban, eran puntos de colores diminutos desde aquí arriba.

Escuché unos tacones acercándose.

-Pensé que no quedaría nadie- me giré.

Camila se acercó y me abrazó por detrás.

Me quedé un poco sorprendida, siempre pensé que se iría la primera de aquella nefasta fiesta.

-Sé que ahora me necesitas.

-Gracias.

Camila y yo nos fuimos acercando poco a poco hasta que llegamos a besarnos, necesitaba desquitarme con alguien esta noche y ella tenía todas las papeletas.

Fuimos agarradas de la mano por todo el loft hasta llegar a la habitación principal, aún no la había estrenado pero sabía que a esa cama le queda poco.

Tiré a Camila en aquella cama con sábanas de satén, Camila se puso un poco nerviosa al ver que me acercaba.

-Si quieres podemos parar- le susurré.

-No, no es eso, es que yo nunca he estado con nadie- agachó la cabeza.

-No te preocupes, yo te cuido- la besé.

Nos fuimos desnudando poco a poco y el resto es historia.

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora