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Esto se había convertido en una fiesta privada.

Miré mi móvil por última vez antes de apagarlo, lo que iba a pasar esta noche en aquella suite no es necesario que lo supiese nadie.

Bei había pagado una suite para mi y para aquel grupo de chicas.

Ellas me llevaron hasta el ascensor y cuando las puertas se cerraron comenzaron a darme besos por la cara.

Era algo sorprendente.

Los segundos en el ascensor se me pasaron volando con tanto beso y con tanto cariño.

Me las quedé mirando ¿serían prostitutas?

Las puertas del ascensor se abrieron, me sacaron de aquel ascensor a empujones.

Me llevaron a la suite, la palabra estaba en dorado.

La puerta se abrió con ayuda de una tarjeta magnética, las chicas aplaudieron cuando la puerta sonó indicando que se había abierto.

Había una cama gigante en medio de aquella suite, nunca había visto una cama tan grande, media unos 4 metros.

Ellas volvieron a empujarme hasta tirarme a la cama, me acomodé como pude mientras ellas se miraban las unas a las otras.

Una chica agarró un mando, le dio al play.

Aquellas chicas comenzaron a bailar mientras sonaba Drake de fondo, god's plan amenizaba la ocasión.

Intenté hacer el amago de levantarme de aquella cama, pero no me dejaron.

Disfruté unos cuantos segundos, aunque entre canción y canción sentía ese vacío en el corazón.

¿Dónde estará ella? Y sobre todo ¿qué estará haciendo?

Froté mis ojos hasta que escuché que tocaban la puerta.

Una de aquellas chicas fue a abrir, las demás comenzaron a hacer twerk.

Pablo apareció de la nada agarrando la cintura de aquella chica, me sorprendí al verle, le hice de la mano.

-Como te lo montas ¿no?- bromeó.

Yo solté una carcajada, mientras le hacía seña para que se uniese al baile.

Él se dirigió hacía el minibar a por bebidas, decidí levantarme para unirme a aquel grupo de chicas.

Ellas empezaron a aplaudirme cuando me acerqué a bailar, me pedían que bajara y eso hice.

La puerta volvió a sonar pero yo no le hice ningún caso, estaba intentando recobrar el aliento.

Noté como me rociaban con champán desde atrás mojándome el vestido de tela, se notaban mis curvas.

Me giré buscando un culpable aunque sabía perfectamente quien había sido, Pablo.

Miré a Pablo con cara de asesina, sabía que lo había hecho aposta, él simplemente se reía de mi.

Fui a buscar otra botella al minibar,  por suerte había unas cuantas, comencé a agitarla y cuando estuve lo suficientemente cerca de Pablo la descorché para empaparlo entero.

Todas se reían de nosotros mientras veían cómo acabábamos llenos de champán.

Pablo y yo estábamos abrazados mientras nos echábamos las últimas gotas de champán por encima.

Ambos nos giramos a ver al grupo de chicas que acababa de entrar, había una rubia espectacular, me quedé admirándola embobada.

-Te gusta eh- bromeó Pablo.

-¿De dónde la habéis sacado?- seguí mirándola.

-Con dinero y fama en esta puta ciudad todo se consigue ¿Quieres que te la presente?- me dio una palmada.

Intenté negarme, pero mi tartamudez de la infancia salió a la luz, no podía articular ninguna palabra.

Pablo me agarró de la mano y me llevó hacia el nuevo grupo de chicas, sentía que me iba a morir en cualquier momento.

-Querida ____, te presento a mi íntima amiga Anastasia.

Pablo nos presentó, yo sentí un cosquilleo al hacer contacto visual con aquellos ojos azules.

-Encantada, yo soy _______- la abracé.

Su olor era fascinante, yo conocía ese olor de antes.

Ella se limitaba a sonreír sin saber muy bien quién yo era.

-Sacará su single en un par de semanas y será todo un éxito, al igual que la serie- Pablo me guiñó un ojo.

Pablo me estaba ayudando a ligármela, era algo sorprendente.

-¿También cantas?- ella se sorprendió.

Se la vio mucho más interesada en mi cuando se enteró que iba a sacar una canción y una serie.

A los pocos minutos ya me había buscado en internet y ya sabía hasta mi patrimonio neto.

Internet mentía y me daba más patrimonio neto del que yo tenía, pero no iba a decirle nada.

Resulta que aquella chica es una modelo rusa que ha venido a la ciudad a probar suerte y está como loca por aparecer en algún videoclip o película que la haga conocida.

Esta chica era igual que la modelo de Londres, sólo querían fama y harían lo que sea por conseguirla.

Decidí ignorar y comencé a inspeccionar las obras de arte de aquella suite, me quedé mirando un punto fijo de un cuadro gigante que había en aquella suite  ¿Qué estaría representando?

-¿Es cierto que tienes un Lamborghini?- preguntó más emocionada de lo normal.

Asentí mientras me terminaba la última parte de mi botella de agua.

Ella se acercó más a mi, había colocado su mano sobre mi vestido mojado.

-Deberíamos hacernos una foto- ella buscó el móvil en su cartera de Chanel.

Me negué completamente a hacerme una foto con ella, no quería que nadie supiese que estaba aquí.

-Vamos, es una foto para mi, no es para nadie más- hizo gesto de súplica con las manos.

Me miraba con esos ojitos que era imposible decirle que no.

Ella sacó su móvil, empezó a mirarse por la cámara y después me pidió que colocase mi brazo sobre su hombro.

Decidí hacerle caso, ya que me había dicho que sólo era una foto para ella.

Ella terminó llamando a sus amigas y todas se pusieron a mi alrededor para tomarnos unas fotos.

Comencé a notar frío debido al imbécil de Pablo, ella lo notó.

-¿Te ayudo a quitártelo?

Mis ojos se abrieron como platos al escuchar esas palabras.

Ella comenzó a reírse al darse cuenta de lo que había dicho.

-Deberías quitarte eso, a lo mejor tienen algo por allí- me señaló una puerta.

Giré la cabeza para fijarme bien, era el baño.

-Quizás me vendría bien una ducha- me encogí de hombros.

Ella simplemente asintió.

Me despedí de aquella chica y me dirigí hacia el baño, el baño tenía jacuzzi, estaba sorprendida ya que sólo había estado en un jacuzzi con Barbara en París.

Mi corazón volvió a estar triste.

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora