77

1.4K 127 8
                                    

Me intenté secar las lagrimas mientras me ahogaba en ellas, conté hasta tres y fui conteniéndome poco a poco.

Puse las manos en el volante y apreté las manos en él, grité intentando liberarme, pero fue en vano.

Sabía que no podía regresar a casa o cometería una locura, no quería estar sola y no podía volver hacia el restaurante, bastante la había cagado ya con Barbara como para arruinarle su cumpleaños.

Resoplé y volví a conducir.

Miraba las luces que llenaban prácticamente toda la ciudad, estaba en una de las mejores ciudades del mundo y no sabía dónde ir ¿alguna fiesta habría cerca? Negué.

No puedes hacer eso, la prensa te esta siguiendo.

¿Debería escribirle a Camila? ¿A Diana?

Decidí mirar los mensajes privados de Instagram, necesitaba distraerme y estoy segura de que alguna modelo querrá pasar la noche conmigo.

Me estaba volviendo loca, Diana me dijo que me ayudaría ¿debería ir a buscarla? Barbara posiblemente se acueste con ese Dylan esta noche y yo no pienso pasar la noche sola.

Le escribí un mensaje a Diana mientras conducía, intenté tener cuidado pero me salté más de un semáforo, notaba algo en mi que no era normal ¿furia? ¿deseo? ¿venganza?

Barbara se va a acostar con ese capullo esta noche.

Maldición.

¿No hay más modelos? Querido Dylan.

Mis ojos se abrieron al ver una discoteca a unos metros, decidí acercarme, el aparcacoches se quedó asombrado al ver mi coche.

-Buenos noches ¿se lo aparco? - tartamudeó.

-Buenas, no, seguramente no tarde mucho ya que estoy buscando a alguien, vigílame el coche- le guiñé el ojo.

El aparcacoches quiso guiñarme el ojo pero se quedó en una cosa rara, aparqué con cuidado y me dirigí a la parte de atrás, había un seguridad mirándome, al ver cuál era mi coche me dejó pasar sin ninguna pregunta, entré por la puerta trasera, algunos ya me habían visto pero sólo necesitaba estar cinco minutos y me iría, la discoteca era más grande de lo que yo pensaba, por suerte era demasiado oscura como para que demasiada gente me reconociera, me dirigí hacia la cabina del dj, se quedó sorprendido al verme ahí.

-¿Tú no sales en la tele?- me ofreció la mano.

-Se podría decir que sí- comencé a mirar a toda la discoteca.

El dj no sabía que hacer ni que decir.

-¿Tienes prismáticos?- hice el movimiento.

El dj se quedó desconcertado, pero acabó sacándome los prismáticos, los miré de reojo y empecé a buscar por toda la discoteca.

-¿A quién buscas? Compañera- intentó bromear.

-Busco a alguna chica- paré de mirar, ya la había encontrado.

-¿Así de fácil ligáis los que salís en televisión?- se quedó boquiabierto.

-Es mi primera vez- reí y le pasé los prismáticos.

Él también miró lo que yo había visto, él no se creía lo que yo iba a hacer.

Bajé de la cabina y me dirigí hacia la chica, esperaba que fuese tan guapa como se veía por los prismáticos, la pregunta era ¿qué iba a hacer ahora? no puedo decirle que se venga conmigo y ya.

Notaba que estaba siendo una mala idea, mejor debería irme a casa, di la vuelta y luego caí otra vez, Barbara.

Me dirigí segura hacia la chica, estaba con sus amigas en la pista de baile, sonaba David Guetta, me planté delante de ella y todas sus amigas dejaron de bailar para mirarme a mi.

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora