76

2.6K 180 35
                                    

El maldito rubito entró a la par conmigo en aquel restaurante, no quise tomármelo como una competición porque de la misma manera que yo no sabía quién era, él no sabría quién era yo.

Fue una carrera bastante incómoda ya que ambos llevábamos un ramo de flores y no nos dejaban ver con claridad hacia dónde íbamos.

El metre nos esperaba con una sonrisa falsa, estaría harto del día y querría marcharse a casa.

-Buenas noches ¿vienen juntos? ¿son repartidores?- nos miró.

Ambos nos miramos mientras lo negábamos.

-Vengo a la cena de Barbara Palvin- tartamudeó el rubito.

Tragué saliva.

No me había equivocado, este venía a la cena de Barbara.

-Yo también vengo a la cena de Barbara Palvin- respondí segura.

Su cara cambió al escucharme, comenzó a analizarme de los pies a la cabeza, parecía que estaba en una investigación.

-Entonces, sí vienen juntos- sonrió el metre.

Ambos asentimos un poco irritados.

Nos llevaron hasta la mesa y ahí estaba la guapísima cumpleañera y sus terribles amigas, entre sus terribles amigas, estaba Camila ¿que hacía Camila ahí? ¿desde cuándo eran amigas?No era la única invitada sorpresa de la noche.

-Las floristerías han hecho el día con vosotros dos- bromeó una amiga de Barbara.

Barbara estaba sorprendida e incómoda, nunca imaginó que nos fuésemos a encontrar en la entrada del restaurante y ahora no sabía que decir ni a quién cogerle primero las flores, sin duda fue un momento incómodo para los tres.

Las amigas se levantaron y cogieron los ramos, Barbara parecía más aliviada al ver que no tuvo que elegir cuál coger primero.

-Os presento, Dylan te presento a mi amiga, ______- sonrió nerviosa.

Ahora sabía que el rubito tenía nombre, Dylan.

-Encantado- me ofreció la mano.

-Y ______, te presento a mi amigo Dylan- Barbara dio un paso atrás para que pudiésemos saludarnos bien.

-Igualmente- estreché mi mano con la suya.

-Bueno, vamos a sentarnos que habéis llegado un poco tarde- interrumpió una amiga de Barbara.

Tuvimos tanta suerte que Dylan y yo nos sentamos uno enfrente del otro, sólo quedaban dos asientos alejados de la cumpleañera y nos habían tocado a nosotros, creo que había sido mala idea venir aquí.

Por la cara que ponía el rubito, él pensaba igual que yo.

Resoplé.

Me di cuenta de que Camila me estaba mirando, estaba sentada al lado del tal Dylan.

Debía intentar que Camila no bebiese mucho por si hablaba más de la cuenta, la cena fue tan incomoda como se esperaba y aún quedaba lo mejor, los discursos.

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora