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POV Barbara

Estaba celosa pero no lo iba a admitir ¿por qué la otra tiene que mandarle nada?

Fui callada todo el viaje en ascensor, ella sabía que me pasaba algo pero no me iba a preguntar.

Las puertas del ascensor se abrieron, salí primero con paso firme, ella vino detrás, me tocó el trasero por todo el pasillo hasta que llegamos a la puerta.

Pasó la tarjeta por la ranura y la puerta se abrió, entré desabrochándome los tacones.

Ella se quitó la gabardina y se quedó en sujetador, había perdido la camisa en el concierto.

Eso le pasa por quitarse la ropa donde no debería.....

Comenzó a bostezar hasta desnudarse por completo, se dirigió hacia el baño, se iba a duchar, su viaje saldría en unas horas y necesitaba estar lista.

-¿Te apuntas?- intentó gritar afónica desde el baño.

Sí.

-Mmm no- dije secamente.

Ella no me dijo nada más y yo me tiré en la cama, contemplé el techo del hotel, tenía muchos líos en la cabeza y no pensaba con claridad.

Me desabroché el vestido, me tenía que desmaquillar pero no quería entrar al baño.

No podía dormir con maquillaje, me tocó resignarme y entrar, el baño estaba lleno de vapor, veía la silueta de _____ en la mampara de la ducha, me mordí el labio al ver esa silueta.

-Deberías entrar, te la recomiendo- golpeó la mampara para que me girase a verla.

Negué con el dedo y decidí mirar fijamente al espejo, comencé a buscar en mi neceser el desmaquillante, esto era lo peor del día, quitarte todo el maquillaje para no parecer un mapache al día siguiente.

-¿Te gustaría hacer algo antes de irme?

Me giré a mirarla, no entendía a qué se refería.

-¿Quieres ver el amanecer en los campos Elíseos?- cerró el grifo, su ducha había terminado.

Me quedé pensativa por un momento, teníamos los campos Elíseos a 10 minutos andando ¿que teníamos que perder?

-Si me esperas unos minutos que termine, puedo ir- señalé el desmaquillante.

Barbara, Stella tenía razón, eres más fácil que la tabla del 1.

_____ me sonrió frente al espejo, agarró el albornoz y se fue a la habitación a cambiarse, me sorprendió que no me hiciese un comentario sobre qué la acompañase a vestirse, ella sabría que yo no estoy de humor.

Me quedé tanto tiempo pensando en tonterías que no me di cuenta de lo tarde que se había hecho y aún no había terminado de quitarme el maldito maquillaje permanente.

Di un golpe molesta en el lavadero y oí los pasos de ____, entró al baño perfectamente vestida y bastante preocupada por el golpe.

-¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?- sonaba preocupada.

Negué con la cabeza mientras por dentro quería gritar, me había hecho daño de verdad.

Ella se acercó despacio, me puse nerviosa, no sabía que iba a hacer, se colocó de cuclillas frente a mi y me comenzó a desmaquillar.

-No son horas para desmaquillarte borracha- bromeó.

Apenas se le entendía, estaba afónica de tanto cantar, agradecí su gesto, no sabía que iba a hacer pero esto no me lo esperaba para nada.

Cerré los ojos y dejé que me ayudase a desmaquillarme, juntas lo hicimos más rápido y conseguimos salir del hotel sin ser vistas hacia los campos Elíseos.

Me encantaría decir la hora exacta que era en París para escribirlo en mi diario en cuanto llegase a casa pero no la sabía, hacía frío y quería volver al hotel pero no todos los días puedes ver el amanecer en los campos Elíseos.

____ no podía agarrarme la mano por lo que pudiese pasar, teníamos bastante miedo de si alguien nos grababa, mirábamos para todos los lados, no sé si alguien nos estaría grabando pero ya había que tener ganas de hacerlo.

Esperamos a que el semáforo se pusiera en verde y cruzamos, había bastantes coches y niebla, pero era un momento único e irrepetible.

Noté como ____ se alejó y me quedé preocupada ¿habrá visto algo?

Notaba como mi nariz se congelaba, seguramente estaría roja, si la temperatura no subía me iba a morir en pocos minutos por congelación, la temperatura subió cuando la vi volver con dos vasos de chocolate caliente.

Acababa de derretir mi frío corazón.

Me lo ofreció con una sonrisa en los labios, no pude evitar devolver aquella sonrisa antes de llevarme aquel manjar de dioses a la boca, estaba caliente, demasiado incluso, me quemé la lengua.

Ella rió ante mi queja y eso me pareció bastante adorable.

Nos sentamos en el primer banco que encontramos en aquel lugar y nos abrazamos mientras tomábamos aquel chocolate que me acababa de quemar las papilas gustativas.

Quedaban pocos minutos para el amanecer, ya se estaba aclarando la maravillosa ciudad del amor, parecía que no había nadie a esas horas de la madrugada.

Me acerqué y la besé, ella se quedó sorprendida ante mi actuación, noté cómo apretaba el vaso del chocolate caliente, estaba igual o más nerviosa que yo.

Sonreí y volví a beber aquel chocolate.

-Quiero que sepas que te quiero- tartamudeó.

Apenas le había podido entender.

-¿Puedes repetirlo? No te he escuchado- bromeé.

-Como te gusta humillarme- se sonrojó.

Me crucé de brazos haciéndome la enfada mientras esperaba que volviese a repetir sus palabras.

Ella tomó aire profundamente antes de volver a decir una palabra, no sé si era arrogancia o timidez la que la tenía así.

-Que te quiero, desde el primer momento en el que te vi lo supe, las estrellas se tuvieron que alinear para que tú y yo nos conociésemos y estoy muy agradecida de ello.

Ahora la que estaba sin palabras era yo.

-Yo también te...- Me dio una arcada, tiré el vaso al césped y le vomité.

El alcohol había jodido uno de los momentos más bonitos de mi vida.

El amanecer fue testigo de aquellas palabras tan sinceras de amor y de mi borrachera.

Feliz año y feliz navidad, mis mensajes están abiertos para cualquiera que necesite una amiga, les deseo mucha salud ❤️

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora