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Corten.

-Lo habéis hecho perfecto- El director no paraba de felicitarnos a Paul y a mi por la escena.

Paul estaba más alegre que yo ante esas críticas, mi hora de grabación había terminado, según mi agenda tendría que comer y después arreglarme para la entrevista de esta noche, sólo tengo libre una hora para comer.

-¿Oye en que piensas?- Paul me abrazó.

-En que sólo tengo una hora para comer.

-La promoción es horrible y aún no has visto nada, después tenemos que viajar por todo los estados posibles a tomarnos fotos con los fans.

-La fama es horrible- solté con ironía.

-Te acabas acostumbrando, siempre me llevo a alguna fan al hotel así que, me gusta visitar los estados.

-Entonces creo que me gustará.

Paul y yo reímos mientras caminábamos hasta los vestuarios donde cada uno se fue por su lado.

Por fin podía quitarme este traje y volver a mis converse, miré mi chaqueta de 500$ que llevaba mi personaje, _____ Millers nunca podría llevar una chaqueta así, no podría permitírsela.

¿Qué ha cambiado en mi vida durante estas semanas? Recibo mensajes a todas horas, todo el mundo quiere ser mi amigo, estoy rodeada de famosos y me pagan un dineral.

No pude evitar sonreír al recordar lo que me pagaban por actuar en la serie.

Rechazaba proposiciones indecentes casi todos los días, mis compañeros de la universidad estaban como locos por quedar conmigo para que les cuente las experiencias de Hollywood.

Si ellos supieran que sólo me dedico a grabar y a quedar como una imbécil con Barbara porque no me atrevo a lanzarme.

Terminé de arreglarme, quería comer en mi casa y si podía comería con mis amigos, necesitaba unas horas siendo alguien normal, sin famosos ni periodistas persiguiéndome.

Me despedí de todo al que me encontré por mi camino, me sentía libre aunque sabía que en unas horas tenía que volver a fingir, tenía que dar mi imagen angelical como me habían ordenado.

Bastian me quedó mirando mientras sacaba el coche ¿algún día le caeré bien a ese hombre? Sé que es por seguridad pero a los demás nunca les dice nada.

Fui todo el viaje pensando en lo que me haría de comer ¿pasta? Sí, pasta, en el contrato pone que no puedo engordar durante la temporada, tendré que cuidarme.

Llegué a casa y no había nadie, me dirigí hacia la cocina, encontré una nota en la nevera.

Hemos quedado para comer con los chicos de la universidad, diviértete siendo una estrella de Hollywood.

Genial.

Decidí encender la radio y empezar a cocinar, tenía una hora para comer, luego vendrían a casa a traerme los trajes que podría llevar esta noche.

Me senté en la cocina a comer la pasta insípida, sonaba Camila Cabello de fondo pero no le di importancia, estaba centrada en mi pasta y en cómo había llegado hasta aquí.

Mis amigos se van sin mi, entiendo que tengan su vida pero me podrían haber avisado para irme con ellos a comer también.

Resoplé mientras decidía si me acababa el plato o lo dejaba para más tarde, me acerqué a apagar la radio y guardé el plato de pasta en la nevera.

Sabía que algo me pasaba y ese algo era Barbara Palvin, la chica más guapa que había visto en mi vida, me había besado, me había besado más de una vez y yo no había hecho nada.

Dios se pasó dándome inseguridad.

Me dirigí hacia el salón, me recosté sobre el sofá, encendí la televisión, hablaban sobre mi, le subí el volumen, no dijeron nada interesante, coloqué el mando sobre mi pecho y cerré los ojos.

No sé cuánto tiempo había pasado pero escuché como tocaban el timbre, eran los maquilladores, me miré en el espejo antes de abrirles la puerta.

Mi sorpresa fue ver a cuatro personas con varios trajes perfectamente cuidados para mi.

-Buenas, esperemos terminar pronto- Me saludó una chica.

Me limité a asentir mientras entraban todos al salón.

No me acostumbraba a quitarme la ropa delante de desconocidos, era horrible ver como me quitaba prenda por prenda y cuatro desconocidos me observaban para ver que me quedaba mejor.

-Ese me gusta mucho- señaló el maquillador.

Me miré en el espejo, el traje me gustaba, se notaba que no estaba hecho a mi medida pero no era algo que me importase mucho, me quedé con el traje puesto, quise tomarme un descanso pero no me dejaron, tenían que peinarme y me tenían que preparar para las posibles preguntas.

Notaba como me quemaban la piel con la plancha del pelo pero sabía que si me quejaba tardarían más, me limité a soportar el dolor, mientras me daban un papel con las posibles preguntas que me harían esta noche.

-¿Entiendes?- Me miró.

-Sí, tampoco es tan difícil, tengo que decir que estoy muy contenta por la oportunidad y ya- me encogí de hombros.

-Tienes que fingir mejor- soltó una leve risita.

Todos ellos soltaron una risita cuando me escucharon hablar.

La puerta principal se abrió, no pude girarme para ver quien era pero conocía esos pasos, Lily.

Lily llegó sola, llevaba una bolsa de compras, había estado en algún centro comercial, seguramente serían las botas que llevaba tanto tiempo queriéndose comprar.

-Mira- Lily sacó las botas de cuero negro de la bolsa.

-Están fantásticas- intenté articular palabra mientras me maquillaban.

-¿Qué tienes ahora?- me miró curiosa.

-Tengo una entrevista en la tele.

-¿Qué? ¿En qué canal saldrás?.

-No sé cómo se llama el programa, prometo mandarte un mensaje cuando me entere.

Lily me mandó un beso a distancia y se encerró en su habitación.

Yo me limité a mirar un punto fijo durante media hora para que pudiesen maquillarme rápido y sin quejas.

Los maquilladores se fueron después de hacerme 100 fotos para sus books y sus Instagrams.

Me levanté de la silla para ir a tocarle la puerta a Lily, quería verla antes de irme.

Lily abrió la puerta a la de tres, estaba bastante sorprendida al verme.

-Estás espectacular, Barbara esta noche cae- rió a carcajadas.

-Eres idiota- la abracé.

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora