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Mi corazón iba a explotar, Barbara estaba grabando una escena bastante emotiva.

Mi cuerpo no paraba de temblar, después de las grabaciones tendría que contarle lo que ocurre.

-Corten- gritó el director.

La escena había terminado, Barbara se acercó a las cámaras para ver el resultado.

Yo me quedé en silencio admirándola unos metros.

Noté la mano de alguien en mi hombro, me giré y era Paul, estaba bastante sonriente, juraría que no ha pasado por casa.

Hay rumores que lleva días sin pisar su casa y que anda en malas compañías, pero eso no es mi problema.

-¿Qué tal?- me abrazó por detrás.

-Fantástica- mentí.

-Nuestra querida Barbara no lo ha hecho nada mal- me susurró al oído.

Decidí despegarme de su abrazo, estaba molesta tanto con él, como conmigo y no estaba para tonterías.

Barbara se nos acercó a saludarnos, ambos nos pusimos nerviosos y no sabíamos que hacer.

-Buenos días, chicos- sonrió ampliamente.

Llevaba días sin dormir, pero a diferencia mía, ella sí es una profesional.

-Buenos días ¿qué tal París?- pregunté ingenuamente.

Barbara me miró pícaramente.

-Los primeros días fueron los mejores, luego me tocó trabajar pero todo perfecto y tú ¿qué tal por Londres?

Ella lo sabía.

-Genial, mi manager me hizo invitar a una loca que ahora dice que pasamos la noche juntas- elevé las cejas sarcásticamente.

-¿Qué?- dijo Paul.

-Sí ¿no has visto la maravillosa prensa?- le miré.

-No he visto las noticias, últimamente no he estado en casa- se frotó los ojos.

-Pero ¿pasaste la noche con aquella chica?- preguntó Barbara.

-Claro que no- negué.

-¿Seguro?- Paul me volvió a abrazar.

Paul sabía que delante de Barbara no iba a discutir.

-No tendría ningún problema en decirlo, pero no hice nada aquella noche.

Recordé lo que me pasó y me estremecí al recordar ese horror.

Cerré los ojos fuertemente intentando desaparecer cualquier mala imagen de aquella noche.

-______ ¿me acompañas a mi camerino a por el cargador?- me preguntó Barbara.

Aproveché el momento y me separé de Paul, él se nos quedó mirando muy bien sin saber que decir.

-¿Desde cuándo necesitas ayuda para ir a por un cargador?- preguntó Paul incrédulo.

-No te preocupes que ahora vuelvo, tú espera aquí- le guiñé un ojo.

Barbara fue riéndose por todo el camino, yo aun seguía nerviosa por lo que iba a decirle.

Entramos a su camerino, estaba lleno de maquillaje y demás cosas, noté como Barbara cerraba la puerta con seguro.

Me giré a mirarla, ella parecía tan natural y tan sexy a la vez.

Me empujó hacía atrás y caí en un sofá, me asusté ya que pensé que caería en el suelo.

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora