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Camila abrió los ojos ante la voz de Diana, se asustó y se alejó un poco de mi.

Yo salí de la cabina para darle un beso a Diana, había venido de sorpresa.

-¿Cómo has sabido que estaría aquí?- la agarré de la cintura.

-Me dijiste que no podías comer conmigo porque estabas grabando, así que he venido con la comida para que comiésemos juntas- me besó.

Camila y Alfred se miraron.

-Podemos compartir la comida entre cuatro si queréis- dijo Diana.

Alfred asintió y se acercó a la bolsa de comida.

-No te preocupes, yo me voy ya a casa, mi mamá me está esperando- Dijo una resignada Camila.

Nos despedimos de Camila y ella se fue en taxi hasta su casa.

Diana se sentó encima mío y comimos las dos en el estudio mientras escuchamos a Alfred hablando de sus teorías conspiranoicas.

Diana sabía que nuestro contrato se acababa en las próximas semanas y también sabía que habiendo quitado a Barbara del mapa no tenía competencia o eso creía ella.

-¿Me enseñas lo que has cantado?- me miró.

Asentí, mientras Alfred ponía la canción.

Eché la cabeza para atrás mientras sonaba la canción, tenía sueño, quería dormir.

-¿Estás cansada?- susurró en mi oído después de morderlo.

Asentí con los ojos cerrados.

Nos quedamos una hora más editando cosas en el estudio y salí con Diana de ahí hacia mi loft.

Ella también fue cantando todas las canciones de Taylor Swift.

Mis ojos me pesaban, necesitaba una cama pero ya.

Diana me acariciaba la cara durante el camino, me daba mimos, no sabía qué pretendía pero no me iba a quejar.

Aparqué el coche y subimos en el ascensor, ella comenzó a darme besos por el cuello, ya sabía lo que quería.

-Estoy muy cansada- le dije.

Ella me dio un suave beso en los labios y no dijo nada.

Salimos agarradas de la mano de aquel ascensor, abrí la puerta, desconecté la alarme e invita a Diana dentro.

-Yo me voy a la cama, tú haz lo que quieras- señalo todo el loft.

Ella asintió y se dirigió hacia la cocina.

Yo fui corriendo a la cama, me quité toda la ropa y miré instagram, Barbara había dejado de seguirme.

Genial.

Me metí en su historia para ver que había subido, estaba con Dylan en un partido de baloncesto.

Rodé los ojos.

Maldito gilipollas.

Tiré el móvil a la cama y decidí darme una ducha, quería estar limpia antes de acostarme.

Abrí el grifo de agua caliente y me metí corriendo, mi piel se sentó ante el agua caliente.

Solté un leve gemido al notar las gotas, me sentía más relajada.

Me duché como pude y salí en busca del albornoz.

Me dirigí hacia la habitación, Diana seguiría en la cocina aún.

Abrí el armario y comencé a buscar ropa interior.

Me puse lo primero que encontré y me senté en la cama, encendí la televisión y comencé a peinarme.

Desde que salía en la televisión  odiaba los programas de cotilleos, Lily los veía en casa y nunca le di importancia, hasta que salieron hablando mal de mi.

Busqué netflix y puse la primera serie que salió en tendencias, sólo quería algo para distraerme.

Diana volvió con algo de comer, me sorprendí al ver que tenía eso en mi cocina.

-¿Ya te has duchado? Me hubiese avisado y me unía.

-A la próxima te invito- sonreí falsamente.

Diana se acercó a la cama, llevaba un bol de frutas y dos tenedores, se ve que se había quedado con hambre.

Nos quedamos acostadas en la cama mirando aquella serie de netflix.

-Tu canción habla de netflix ¿no?- me miró.

-Algo así- asentí, mientras le robaba un trozo de fruta.

Got your girlfriend at my crib watching Netflix.

-No sé si está noche quieras salir pero tengo una fiesta ¿te gustaría venir conmigo?- me miró.

Me hice la pensativa, estaba cansada pero no quería quedarme en casa, ya que sería peor, algo dentro de mi se muere cada día que pasa y no tengo noticias de la sex tape.

-Claro, podría ¿por qué no?- sonreí.

Ella se abalanzó sobre mi y me besó, el beso fue correspondido pero sin ganas.

-¿Te ocurre algo?

-Nada, simplemente estoy cansada, ya sabes.

Diana se apartó y me dejó tranquila.

-Deberías dormir para salir esta noche- me acarició la cara.

Cariño, ni las pastillas para la ansiedad me hacían dormir.

-A lo mejor necesito algo de ejercicio para cansarme ¿no crees?- la miré lascivamente.

Ella sabía a lo que me refería, se subió encima de mi y comenzó a besarme el cuello.

-¿Alguna preferencia?- dijo entre gemidos.

-Quiero que me tapes los ojos- gruñí.

Ella abrió los ojos sorprendida.

-Tengo corbatas en el armario, si quieres claro- le señalé el armario blanco de nuestra derecha.

Ella se levantó sin pensárselo dos veces y abrió el armario, empezó a buscar las corbatas como loca hasta que encontró una acorde.

Se volvió a subir encima de mi, llevaba una corbata negra, me tapó los ojos, hizo un lazo fuertemente y comenzó a besarme por todos los lugares posibles.

Me comenzó a quitar la ropa ya que yo no podía ver nada y ella me indicaba dónde tenía que besarla o quitarle algo.

Fue un juego muy estimulante y más sabiendo que si no la veía, podía imaginarme que era Barbara la que estaba conmigo y no ella.

•Barbara Palvin y tú• Famous in love•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora