Capitulo 5

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— No soy homosexual — Afirmó Jimin en voz alta.

El silencio de la habitación y la escasez de mobiliario hizo que aquellas palabras rebotaran en todo el salón, provocando un eco interminable que hizo más y más pequeño el corazón del pelimenta. Aunque esas palabras no fueron dirigidas a él le cayeron como un balde de agua fría, haciéndole estremecer todo el cuerpo.

Hace dos semanas que la falta de energía los había dejado varados y completamente solos, provocando que cometieran el error más grande de sus vidas.

Hace dos semanas que Yoongi había tenido el valor suficiente para aceptar que lo que sentía por el menor no era solo amor fraternal y lo había confirmado besándolo impulsivamente en los labios. Y aunque al inicio no hubo una respuesta por parte de Jimin, el tiempo le trajo consigo una serie de besos interminables. Besos tan dulces y delicados como las caricias que Yoongi dejaba sobre sus mejillas. Se habían besado hasta que la energía volvió y no tuvieron más opción que regresar.

Durante la mañana siguiente Yoongi estaba más que nervioso y ansioso por volver a ver a su pequeño, creyendo ingenuamente qué tal vez, solo tal vez, las cosas serían diferentes. Había pensando durante todo el camino regreso a la habitación, el cual estuvo en silencio por parte de ambos, en una forma de hacer funcionar aquello. Sabia que el tener algo con otro integrante del grupo era muy complicado, pero estaba dispuesto a mantenerlo en secreto el tiempo que fuera necesario. Y cuando su relación fuera un poco más sólida les dirían a los demás que desde luego no dudarían en apoyarlos. Bang PD nim podría negarse al inicio pero sabía que al final accedería, después de todo y aunque lo negara, les tenía un cariño muy especial.

Yoongi no se detuvo en planear e imaginar su futuro ni cuando llegaron a sus respectivas habitaciones del nuevo apartamento. Jimin no le dijo nada al separarse, pero el pelimenta imagino que la vergüenza no lo dejaba hablar.

Llegó a su cama y entre suspiros se acostó en ella. Jin estaba demasiado exhausto como para despertarse de su profundo sueño y dormía plácidamente junto a la cama de Yoongi.

Y a pesar de haber trabajado durante horas ese día, simplemente no podía dormir. Esa sensación en su estómago, que denominó como mariposas, no lo dejaba en paz y su corazón golpeando desenfrenadamente en su pecho no ayudaba. La escena de Jimin frente a él depositando lentos y suaves besos se recreaba una y otra vez en su mente. Esa tonta sonrisa en su rostro lo acompañó toda la noche y cuando por fin salió el sol y el reloj marcó la hora perfecta para poder comenzar sus actividades, salió de la habitación hasta la cocina, preparando con mucha energía el desayuno para todos, especialmente para su pequeño pelinaranja. Cuando todo estuvo listo, poco a poco los miembros fueron sentándose en el comedor con un claro asombro en sus rostros al ver a Yoongi de tan buen humor.

El último en unirse, para mala suerte de Yoongi, fue Jimin, ingresando al comedor con pereza y unas muy bien marcadas ojeras bajo sus ojos. Yoongi no pudo evitar sentir ese cosquilleo de nuevo en su estómago al imaginar como Jimin tampoco había podido dormir recreando su escena juntos.

El pelinaranja no le dirigió la mirada y solo se sentó junto a los demás sin decir nada. Yoongi no le tomó importancia.
Con rapidez y con su plato en mano fue hasta el pequeño y le colocó su desayuno enfrente. No quería verse obvio frente a los demás pero simplemente no pudo evitar consentir a su pequeño.

— Buenos días — Le dijo con una avergonzada sonrisa en su rostro mientras se sentaba a su lado. Los demás miembros no les prestaron mucha atención, solo notaron como obviamente Yoongi no iba a servirles también el desayuno, así que uno a uno fue levantándose para servirse por su cuenta.
Por su lado, Jimin no dijo nada y parecía no tener ni la mínima intención de mirar al pelimenta que tanto se había esforzado en prepararle su desayuno favorito.

— ¿Dormiste bien?— Preguntó Yoongi con un tono bajo y dulce, esperando que los demás no lo hayan escuchado, no porque preguntara algo malo, solo que si alguno de ellos volteaba a mirarlos sabía que su rostro se bañaría de un color rojo intenso debido a su timidez.

Sin embargo, la respuesta a esta pregunta jamás salió de los labios de Jimin. Yoongi frunció el ceño sin entender qué sucedía.
El pelinaranja ni siquiera tocó el tenedor cuando ya estaba arrastrando su silla hacia atrás. Los demás miembros, que ya estaban en su mayoría sentados en sus respectivos lugares, le miraron extrañados.

— ¿Estas bien, Jimin? — cuestionó un preocupado Jin, Jimin no era la persona más madrugadora del mundo, pero siempre solía dar los buenos días todas las mañanas y comenzaba a pelear con Hoseok sobre lo ruidoso que era al dormir. Su repentina seriedad no era para nada normal.

Jimin negó mientras se alejaba cada vez más de Yoongi, con dirección a la salida.

— No tengo apetito, no me siento bien, iré a dormir— Soltó y sin esperar una respuesta desapareció del comedor, marchándose al mismo tiempo que el corazón del pelimenta se encogía en su pecho, sintiéndole marchitarse poco a poco.

Jin levanto una ceja en dirección a Yoongi, no entendiendo la situación. Sabia que ambos chicos se habían quedado encerrados en la sala de prácticas por la falla de energía eléctrica de la ciudad. Supuso que pudieron haber discutido.

— Yoongi, ¿sucedió algo con Jimin?— Preguntó Jin, mirando fijamente al pálido.

Este, ahora con la mirada baja y el corazón deshecho solo pudo negar mientras tomaba las fuerzas suficientes para soltar una respuesta.

— Nada, fue agotador quedarnos tanto tiempo en un lugar tan frío, debe estar casando.

Después de eso nadie dijo nada sobre el tema y comieron con tranquilidad. Pero Yoongi supo que nada de lo que había creado en su mente se haría realidad. No existiría un mundo en el que él y su pequeño estuvieran juntos. Al parecer si había cometido un error estupido al atreverse a robarle un beso al menor.
Fue estupido al creer que Jimin le correspondería de buena forma después del calor del momento. Fue un estupido al creer que podía gustarle al menor.

Los días pasaron y Jimin parecía evitarlo. Hablando con él solo lo profesionalmente necesario. También había dejado de ensayar horas extras en el mismo salón junto a él. Su corazón se rompía más y mas y el tener que verlo todos los días no ayudaba en nada. Se había equivocado, debió seguir su instinto y conformarse con el amor fraternal que juraba sentir por él. Se sentía terriblemente deshecho y no podía hablarlo con nadie y mucho menos podía demostrarlo sin hacer que los demás se preocuparan o hacer que el grupo se desintegrara poco a poco. Simplemente fingía que estaba de acuerdo con Jimin en ignorar lo sucedido y que no le afectaba en absoluto.

Lo estaba ocultado bien hasta que en un descanso de la cansada coreografía que estaban practicando escuchó a Taehyung preguntarle Jimin sobre un bailarín que al parecer mostró interés en él, dejándole su número de teléfono entre sus pertenencias.
Taehyung se burló de Jimin y su poder en atraer chicos.

Los demás miembros rieron ante el comentario pero al parecer a Jimin no le pareció en absoluto gracioso. Soltando aquellas palabras que tocaron muy fondo en el corazón de Yoongi.

— Tranquilo, que solo era una broma— Se defendió Taehyung alzando sus manos en son de paz.

Pero Jimin no se calmó y ese movimiento solo pareció alterarlo más.

— Pues no me hace ninguna gracia que me consideres un maricón— Soltó con una evidente molestia, levantándose del piso donde se encontraban todos sentados y saliendo de la sala de prácticas sin decir más.

Yoongi soltó un sonoro suspiro sin siquiera ser consiente del aire que estaba reteniendo.
Hoseok lo miro extrañado, no comprendido del todo porque Yoongi tenía la mirada gacha y las manos temblándole.

— Con eso no se juega, Tae— habló un molesto Jungkook que al parecer estaba de acuerdo con la reacción de Jimin.

Después de eso nadie dijo nada, dejando en claro que no querían comenzar una discusión por algo tan absurdo como lo fue la broma de Taehyung.

Jimin no regresó al ensayo y con él se fue la esperanza de Yoongi de que algún día su pequeño le volviera a besar.

Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora