Especial 200k

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Crear música, para Yoongi, era jodidamente sencillo, simplemente era un don natural. El crear y escribir rimas era algo que había hecho desde temprana edad y que con el tiempo solo fue puliendo hasta llegar a lo que es ahora.

Había hecho pistas en solo minutos, letras en menos de una hora, pero ahora, mierda, ahora no podía siquiera tomar su libreta para escribir un solo verso, aunque, tal vez la razón por la que no podía realizar dicha acción era solo porque sus manos estaban muy ocupadas sujetando el culo de su bonito chico.

Apretó con sus largos dedos las esponjosas nalgas de Jimin en un intento de sentirlas mucho más aún por encima de esa molesta tela. En respuesta sólo tuvo el jadeo agudo escapando de su boca, interrumpiendo el húmedo beso que estaban compartiendo.

Esto no tenía porque estar sucediendo, no de nuevo. Les habían informado hace más de un mes sobre su tan esperada presentación, esa que tanto habían deseado y que, para poder hacerla realidad, ahora su único trabajo era escribir un verso para Jimin en una de sus canciones, canciones ya escritas y producidas. La grabación no debería llevarles tanto tiempo, tal vez un par de días para después ir directo a los ensayos, no obstante, en cuanto se habían encerrado en su estudio y Yoongi había reproducido en el alta voz Tony Montana, Jimin se había lanzado a su regazo y le había comenzando a besar con desesperación, tan excitado por escuchar su voz ronca y sexy con tanta claridad.

Y así había sucedido una y otra vez, cada que ambos se prometían comenzar a trabajar, mágicamente terminaban teniendo sexo. Yoongi no sabia que era exactamente lo que les encendía tanto, tal vez el que Jimin estuviera ahí, a su lado, tan dócil y tan atento, o tal vez el que Yoongi estuviera en su faceta "productor sexy y serio", realmente no lo sabían, lo único que sabían era que no podían tener sus manos lejos uno del otro ni un solo segundo.

Bebé— gimoteó Jimin sin dejar de mover sus caderas sobre su regazo, intentando desesperadamente sentir con más claridad la dura erección bajo su cuerpo.

— Pequeño, de-debemos parar... l—a canción...— intentó decir Yoongi, tratando de alejar sus manos del cuerpo de Jimin, pero este gruñó molesto y soltando su agarre en los hombros del pálido tomó sus manos con las suyas para así obligarlas a regresar a su culo.

Y Yoongi no era tan fuerte como para negarse a lo que su chico quería, apretando con más fuerza sus glúteos, separándolos, ejerciendo tanta fuerza que incluso elevó su cuerpo, provocando que Jimin arquee su espalda y gima por el dolor y la excitación.

La pista de Tony Montana se reproducía en el fondo una y otra vez, Jimin sintiéndose cada vez más sensible al escuchar la voz del pálido acompañada de los gemidos roncos que ahora mismo estaba soltando. Al cerrar sus ojos podía mostrarse perfectamente en su mente la forma en la que Yoongi movía su boca al rapear, como movía su lengua, como al final de cada verso está se deslizaba por sus labios con agilidad, solo para después regresar a su sitio y lanzar las palabras más jodidamente calientes.

Jimin amaba su lengua, amaba sentirla enredarse con la propia, amaba sentirla invadirle la boca, lamerle la piel, jugar con sus pezones y desde luego, amaba sentirla dentro de él, tan profunda, sentirla moverse con la misma velocidad con la que se movía en el escenario.

— Dios, me encantas — lloriqueo Jimin sobre su oído, su voz sonando tan aguda y desesperada que solo provocó un salto en su pene.

Yoongi no respondió verbalmente, sus manos azotando sus esponjosos glúteos contestando por él, provocando un sonido estrepitoso que solo se mezcló con la pista y sus respiraciones irregulares.

— Quiero que me folles, que me folles tanto— demandó el menor, sus labios rozando con los de Yoongi, sus caderas moviéndose con torpeza, las manos de Yoongi acariciando lo que anterior golpeó con fuerza.

Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora