Yoongi no puede evitar volver a morderse los labios, apresando su delgado belfo entre estos mientras observa el perfecto culo frente a él, no sabe realmente cuántas veces se ha reprimido ya de tomarlos entre sus dedos y apretarlos, de sentirlos. Aquellos pantalones se cernían perfectamente a su cuerpo, mostrando sus bonitas y trabajadas piernas a la vista junto con esas redondas y esponjosas nalgas. Lo estaba volviendo loco, sus ojos observándole detenidamente, percibiendo como con cada paso que el menor daba, estos rebotaban, llamándole, pidiéndole a gritos que enterrara su rostro en ellos, que los besara y que los mordiera.Joder, y saber que Jimin no estaba utilizando ropa interior le hacía perder aún más la poca cordura que mantenía. Tomó tres largas respiraciones y se concentró en tomar el premio que le estaban ofreciendo, tratando de mantener su mente lejos de sus sucios pensamientos y centrarse en las palabras de agradecimiento que sus compañeros soltaban.
Era el último premio de la noche y no podía estar más agradecido de ello, sabiendo que si aquello se extendía más no tardaría nada en correr al vestidor y masturbarse sin más. Los primeros minutos había permanecido estable, con los pies en la tierra y la mente en donde debía estar. Pero cuando el menor se acercó a su cuerpo y le susurró al oído sobre la nula ropa interior que portaba, perdió la batalla. Ahora manteniendo toda su concentración en el culo que moría por comerse.
Jimin era un total descarado, era un chico sucio y caliente que amaba provocarle, mucho más cuando sabía que había personas observando, cuando sabía que Yoongi no podía hacer nada más que tratar de controlarse y cuando por fin podían estar a solas, este le follaba como tanto había deseado toda la noche. Jimin era su perdición, su anhelo. No importaba cuantas veces se hundiera en su esfínter, jamás podía tener suficiente de él, jamás se cansaría de él, era un adicto a su cuerpo, un adicto a su sexo.
En cuanto se bajaron de aquel escenario y caminaron hasta su respectiva sala de espera, se pegó a la espalda del menor, importándole muy poco que su staff y sus compañeros estuvieran presentes. Tratando sólo de simular ante los demás que abrazaba al chico sin ningún otro tipo de intención, pero no fue así, tan solo al afirmar su agarre en la cintura del menor, pudo pegar por fin su necesitada erección al culo con el que tanto estaba fantaseando. Soltando un sonoro suspiro al sentirlas por fin restregarse en su bulto.
Jimin solo soltó una pequeña risita cuando el mayor enterró su rostro en la curvatura de su cuello, aspirando su dulce aroma a vainilla, invadiéndose de él.
— ¿Estas cansado?— preguntó el pelinegro tratando de hacer parecer dicha escena de lo más casual frente a los demás, siguiéndole el juego al mayor sin ningún tipo de intención de alejarse, solo movimiento ligeramente sus caderas de lado a lado en un intento de estimular aquel bulto que comenzaba a perderse entre la división de sus nalgas.
El mayor solo tatareo una respuesta en afirmación, solo paseando su nariz entre la suave piel dorada de su menor, acaeciéndole con lentitud, tan solo deseando sentirla a plenitud.
Las personas a su alrededor les observaban por rabillo del ojo, algunos tan acostumbrados a sus muestras de afecto que no necesitaban dedicarles su atención. No obstante, otras si parecían extrañadas ante la cercanía de ambos chicos, pero intentando no dedicarles una mirada profunda, solo curiosos con las acciones que realizaban.
El menor, aunque disfrutaba de sentir el cuerpo del mayor contra el suyo, aún se mantenía alerta. Preparado para alejarse por si las cosas subían de tono.
Los dedos de el pálido comenzaron a hacer movimientos circulares sobre su cintura, y con cada movimiento sentía su cuerpo comenzar a reaccionar positivamente, su corazón acelerándose y su respiración volviéndose pesada. Había logrado su objetivo, había calentado al mayor hasta hacerlo perder la cordura, hasta hacerlo desearlo tanto que no le importaba ni el lugar ni la situación en la que se encontraban.
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Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽
FanfictionEl día que el último trainee se unió al grupo fue el primer día que Yoongi sintió su corazón martillar con fuerza sobre su pecho. Su corazón confundido no sabe si arriesgarse a amar a ese pequeño chico o solo reprimir ese sentimiento que le quema p...