Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽

Especial: LAS VEGAS

— ¡Mmmmgh!— El gemido agudo y fuerte proveniente del menor resonó por toda la habitación del hotel.

La oscuridad de la noche envolvía su cuerpo desnudo, siendo iluminado solamente por las luces interminables provenientes del gran ventanal, dichas que adornaban la hermosa ciudad de Las Vegas y que ahora mismo se reflejaban en la húmeda piel dorada del muchacho, haciéndola brillar acompañada de temblores del placer que se generaba en su cuerpo, sus dedos enterrándose en las suaves sabanas de satin.

Por fin su agitado día había terminado y tras terminar sus actividades ambos chicos solo se habían dejado caer en la cama en busca de un necesitado descanso. La entrega de los Grammy's había sido un juego de suave y baja con sus emociones, manteniéndose felices por la gran noche que habían tenido, pero decepcionados por no poder llevarse ese premio consigo.

Jimin podía sobrellevarlo, después de todo, solo era un premio más; sin embargo, era su pareja la que le preocupaba mucho más, aunque este pareciera que estaba tomando las cosas con tranquilidad, podia notar la decepción y la tristeza en su mirada. Había deseado tanto el poder mantenerlo en sus brazos por el resto de las premiaciones, solo besándole y susurrándole que no importaba, que eso no invalidaba su arduo trabajo. No obstante, se tuvo que conformar con su pequeño abrazo, que ante los espectadores parecía insignificante, pero para ambos chicos enamorados era más que suficiente para mantenerse tranquilos al menos por ese instante.

En cuánto las cámaras se habían ido y ambos chicos se encontraban seguros y alejados de miradas curiosas, Yoongi se había dejado caer en su hombro, sin decir nada, solo aspirando el suave olor a vainilla que emanaba de su piel, mientras soltaba ligeros suspiros. Aquello parecía ser suficiente para poder reconfortar al mayor.

Después de terminar su Live, los ánimos parecieron subir y la sonrisa de goma del azabache comenzaba a dibujarse en su rostro con más frecuencia. Y al llegar a su habitación ambos terminaron dormidos tan pronto como habían tocado la cama, exhaustos por la dura semana que habían afrontado.

Jimin solo se había dejado envolver por los brazos del mayor mientras dormía con tranquilidad, no obstante, su profundo sueño se vio interrumpido cuando comenzó a sentir cosquillas ligeras sobre la curvatura de su cuello, provocando que su cuerpo se removiera sobre la cama en busca que parar aquello, no dispuesto a abrir sus ojos.

Pero no se detuvo, y lo que al inicio era solo roces comenzó a transformarse en algo mucho más húmedo. Jimin ni siquiera tenía que abrir sus pequeños ojos para saber que aquello que estaba recibiendo eran besos sobre su cuello, besos provocados por su bonito novio.

Jimin no sabe exactamente cómo es que habían terminado después de aquello con él completamente desnudo, semen cubriendo su cuerpo, las sábanas húmedas por su sudor, por su corrida, sus labios hinchados y la saliva escurriendo por su mentón, su garganta doliendo por los incontrolables gemidos que escapaban de su garganta.

Yoongi seguía vestido, su cuerpo entre sus piernas mientras su boca no dejaba de jugar con su sensible pene. Jimin se había corrido tres veces ya solo con la lengua de su novio sobre su polla. Ahora mismo había obtenido su tercer orgasmo, su pecho subiendo y bajando en un intento de regular su respiración. Sus ojos se encontraban cerrados y su boca abierta, estaba tan jodidamente sensible, su mente nublada envuelta en una indescriptible nube de placer.

Y a pesar de aquello, Yoongi no dejaba de besar su pene, sus labios apoderándose de su glande, depositando pequeños besos que solo servían para dejar sus delgados labios cubiertos de semen, humedeciéndolos, sirviendo este de bálsamo labial. Su mano sostenía su pene flácido y sensible. Lo metía en su boca, succionando con fuerza en un intento de recoger todo el semen que este había soltado, el cual poco a poco se volvía menos. Lo sacaba de su boca solo para restregarlo sobre sus mejillas sintiendo la caliente, húmeda y suave piel de su miembro sobre su rostro. No le importaba que ahora mismo tuviera semen hasta en las cejas, lo único que deseaba era volver a provocar otro intenso orgasmo al menor con su boca.