Capítulo 53

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— ¿¡Qué quieres que!?— preguntó un muy sorprendido Yoongi dejando sus snack's a un lado para así evitar ahogarse con la fritura que tenía en su mano libre.

La risa de Jimin resonó por toda la habitación aún si este no se encontraba ahí, pero fue lo suficientemente audible desde el altavoz del teléfono para regresar a la realidad al pálido impactado.

No esperaba recibir tal oferta. La última vez que escucho sobre los padres de Jimin fue hace años y no eran noticias demasiado agradables, incluso Yoongi podía admitir que les guardaba un poco de rencor, personas que provocaban daño y dolor en quien más amaba no merecían absolutamente nada de su parte.

Pero, ahora mismo, no pudo negarse a la invitación de su chico y sin siquiera esperarlo se encontraba frente a la puerta de la que alguna vez fue la casa de su pareja.

Faltaban un par de días para seollal y a sorpresa de todos, sus queridos suegros le habían sugerido a Jimin el invitar a Yoongi a pasarlo junto a ellos en un intento de enmendar la situación poco amistosa en que habían terminado. Según Jimin, sus padres le habían pedido disculpa y estaban intentando de todo para poder recuperarle, pero este no estaba del todo convencido, así que le pareció una buena idea el llevar a su pareja, al final, si realmente querían arreglar las cosas no tendrían ningún problema con tener a Yoongi presente.

Soltando un profundo suspiro se resignó a su terrible destino, tenía que afrontar a sus suegros de todos modos algún día, pero al menos esperaba que fuera en un tiempo bastante lejano, muy, muy lejano. No esperaba que realmente lo recibieran de buena manera, después de todo sus últimas palabras hacia él fueron que su hijo se había vuelto homosexual por su culpa, mientras lo miraban con demasiada odio. No era su culpa el que tuviera miedo de ellos en estos momentos.

— Okey, solo dirás hola, mucho gusto, gracias por tener un hijo tan sexy y te vas— comenzó a decirse a si mismo en voz baja— No, mierda, no puedes decir que su hijo es sexy, joder— se reprendió a si mismo.

Sentía sus manos sudar y temblar, pero si seguía pensándolo de más las cosas podrían salir peor así que ya no lo retraso más y dirigió su largo y huesudo dedo hacia el botón al costado de la puerta y por fin lo presionó. Tan solo fue un toque pequeño que en menos de dos segundos tuvo como resultado una puerta abierta con brusquedad y un lindo azabache mostrándose frente a sus ojos.

— ¡Mi amor!— gritó con emoción el menor y sin siquiera esperar una respuesta del pálido se arrojó a su cuerpo, rodeando su cuello con sus brazos.

Yoongi le correspondió rodeando su cuerpo con sus brazos, juntando sus pechos mientras aspiraba ese característico aroma a vainilla que tanto añoraba. El sonido de sus corazones acelerados resonaban al unísono mientras solo se dejaban envolver por la calidez contraria.

Sus bocas no tardaron nada en encontrarse e iniciar un beso lento, uno que Yoongi había comenzado como tierno y lleno de añoranza pero que el menor decidió comenzar a llevarlo a otro nivel, moviendo sus labios con mucha más velocidad, inclinando su rostro para así tener un mejor acceso a su boca. Yoongi estaba muy sorprendido de las acciones de su pareja, estaba prácticamente comiéndole la boca en la entrada de su casa, a no más de unos cuantos metros de donde se encontraban sus padres. Y aunque en verdad deseaba poder disfrutar de esa exquisita boca que tanto había extrañado, ahora mismo el pánico era mucho más fuerte y sus ojos abiertos no paraban de observar a detalle la habitación tras de Jimin, manteniéndose alerta de no encontrarse con sus suegros en ningún momento.

Jimin jalo de su cuerpo y le metió por fin a su casa, no tardó nada en cerrar la puerta tras de ellos y acorralar el cuerpo del pálido tras de esta, continuando con sus profundos y necesitados besos. Podía sentir como su lengua estaba rodeando sus labios, pidiéndole que le de acceso.

Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora