Capítulo 29

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— Vino porque quería saber como se encontraba su hijo después de no verlo durante las vacaciones de seollal— hizo una pequeña pausa solo para poner sus ojos en blanco, irritado— pero si me lo pregunta a mi, solo está asegurándose de que marque mi distancia de Jimin. Se quedaría durante dos días pero ya va más de una semana y no le veo con intensiones de irse. Incluso Jimin se queda con él en el departamento que les compro en Seúl, supongo que entre más alejado del maricón más seguro esta, ¿no?— soltó una pequeña risa, tratando así de ocultar lo mucho que le dolía la situación.

La anciana frente a él le miró curiosa, examinando a detalle las reacciones del menor junto con sus palabras mientras hacía anotaciones sobre ello en su cuaderno. Yoongi ya no se sentía cohibido por esto, ya estaba acostumbrado tras un año completo asistiendo a sus sesiones de terapia. Simplemente echó su cabeza hacia atrás, chocando con el respaldo de su asiento.

— ¿Se ha comunicado contigo?— preguntó su terapeuta sin dejar de observarle.

Yoongi solo hizo una mueca. En ninguno de esos días Jimin se había acercado a él fuera de lo estrictamente necesario, estuviera su padre o no presente. Y como era costumbre, Yoongi trataba de justificar cada una de sus acciones. Intentando ponerse en su lugar, intentando comprender su situación, pero en realidad, la realidad es que por más que quería entenderlo, sus actos no hacían más que destrozar su débil corazón. Esperaba cada día que al menos el rubio le mandara un mensaje de texto o le marcara por teléfono, añorando escuchar su dulce voz, pero no era así, es como si él ni siquiera existiera.

— No, pero entiendo, su padre está ahí, debe ser imposible hacerlo— le excusó, desviando la intensa mirada de la mayor frente a él, concentrándose en el mar de edificios que se asomaban por el ventanal a su lado.

La mayor se quitó los lentes mientras con su mano libre colocaba su libreta en su regazo.

— ¿Notaste lo que acabas de hacer?— le preguntó con aquella voz seria y totalmente profesional que podía intimidar a cualquiera. Pero Yoongi sabía ya en demasía que simplemente así era su voz, perdiéndole el miedo que al principio le había generado.

— No— afirmó, aunque en el interior sabía muy bien a qué se refería.

— Sigues tratando de justificar sus acciones, aún cuando tu mirada y tus expresiones delatan lo mucho que esto te afecta, sigues defendiéndolo— su voz resonó por todo el lugar y después de ello, el silencio se hizo presente, no teniendo forma de contradecir aquello.

— Yoongi, necesito que dejes de reprimir lo que sientes, sabes que puedes ser sincero conmigo, ¿no es así?— su tono cambio a uno mucho más cálido, solo provocando en el pálido un fuerte suspiro.

— Me duele— soltó por fin— me duele demasiado, se que lo que está pasando no es fácil y no busco que nuestra relación sea pública, lo único que quiero es que, cuando se trate de nosotros, no hable de mi como... como si se avergonzara. Como si la sola idea de estar conmigo le generara asco. Quisiera que se detuviera a pensar en lo dolorosas que son sus acciones para mi.

Y finalmente había dicho aquellas palabras en alto, por fin había admitido lo que Jimin estaba  ocasionando en su corazón con su actuar.

— Tal vez soy solo un egoísta, buscando que Jimin se interese en algo tan simple como mis estupidos sentimientos cuando tiene cosas más importantes con las que lidiar— continuó diciendo mientras agachaba su mirada y comenzaba a jugar con la manga de su camiseta.

El silencio invadió la habitación después de aquello. La mayor solo tomó su libreta para comenzar a anotar nuevamente sobre esta, siendo el sonido de la pluma sobre el papel lo único que envolvía sus oídos.

Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora