Capitulo 21

8.9K 1K 200
                                    

El sonido de las teclas al ser presionadas era lo único que se podía escuchar dentro del lugar. A pesar de el rubio ya tener más de dos horas junto a Yoongi en aquel estudio, este se encontraba demasiado concentrado en lo que componía, teniendo un claro momento de inspiración, dejando al solitario chico sentado sobre su sofá de cuero.

Jimin no había aparecido por aquella habitación durante días, no sabiendo realmente como darle la cara a su mayor después de aquel accidente en las pasadas premiaciones. El en verdad no había querido decir tales palabras, pero lamentablemente ese era su mecanismo de defensa, lo había sido desde hace bastante tiempo y ahora que estaba teniendo fuertes consecuencias, le costaba simplemente dejarlo. Creía que aquellos comentarios crueles y homofóbicos serían la clave perfecta para distraer a la persona contraria de sus sospechas acerca de su sexualidad.

Mentiría si dijera que cada palabra dicha le quemaba por dentro, sintiéndose la persona más hipócrita del mundo, pero no estaba listo para solamente salir de aquel armario en el que había permanecido toda su vida. Sabia que Yoongi trataba de comprenderlo y estaba tan agradecido con él por ello, pero aún así sabía lo que sus duras palabras podían ocasionarle. Jimin quería mucho a su mayor, lo quería demasiado y es por eso que ocasionalmente pensaba en simplemente alejarlo de su lado, sabiendo que Yoongi merecía una persona que le ofreciera una relación estable y no el sube y baja que él le ofrecía. Pero su egoísmo era más grande y no podía siquiera imaginarse una vida sin estar junto a Yoongi. Sin sus largas conversaciones de madrugada, sus dulces palabras, sus ánimos, su apoyo, sus besos, sus caricias. No, solo necesitaba un poco más de tiempo para poder confesar lo que reprimía y así poder darle al mayor lo que merecía. Solo tiempo, solo eso.

Observando con detenimiento al chico frente a él, apreciando su ceño levemente fruncido, muestra de su concentración, sus labios abultados y sus mejillas infladas, no hacía más que acelerar el corazón del menor. Su mayor era un chico en verdad apuesto y tan talentoso que el solo observarlo trabajar era un completo deleite.

Yoongi al darse cuenta de la mirada fija en su persona llevó sus manos hacia sus auriculares, quitándolos para después dejarlos sobre su escritorio.

— No puedo concentrarme si sigues viéndome de esa forma— soltó el pálido mientras giraba ligeramente su silla para encarar al menor.

Eran las primeras palabras que se dirigían en días y aún así habían sonado tan dulces como juguetonas, siendo el signo que caracterizaba sus conversaciones. Jimin no pudo evitar sentir su corazón hacerse pequeño sobre su pecho. A pesar de el ser la persona más terrible del planeta, ahí estaba Yoongi, simplemente dejando pasar sus errores, perdonándolo. Los ojos del rubio se cristalizaron y sin poder evitarlo corrió hacia los brazos del pelinegro, sentándose sobre su regazo para así esconder su rostro sobre su cuello. Jimin se decía una y mil veces que no importaba lo que hiciera, jamás sería merecedor de aquel hombre y jamás podría comprender como fue que este pudo enamorarse de él.

— Hey, tranquilo— la voz de Yoongi era tan solo un susurro tan dulce que derretía el corazón del menor mientras solo reprimía sus ganas de llorar.

— Te quiero, Yoongi, te quiero mas de lo que imaginas— Confesó el rubio mientras depositaba pequeños besos tiernos en el cuello del pálido.

Yoongi solo sonrió mientras comenzaba a acariciar las hebras doradas del menor. Tal vez era demasiado tonto al perdonar tan fácilmente a su contrario, pero no podía evitarlo. De alguna forma siempre intentaba ponerse en su lugar para así poder comprenderlo. No estaba del todo de acuerdo con sus actitudes pero no llegarían a nada si solo se molestaba, ademas estaba dispuesto a esperarlo, esperarlo el tiempo suficiente hasta que este estuviera listo o al menos eso quería creer él. Jamás había sentido lo que estaba experimentando por aquel chico y tal vez eran esos mismos sentimientos los que le inducían a simplemente dejarse llevar y no comunicarle y expresarle a su menor lo que en verdad le estaba ocasionando.

Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora