Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽

Capítulo 46

Antes del debut, durante su estadía en la empresa, Min Yoongi sufrió un accidente, un accidente que le dejaría una gran consecuencia, una que tras pasar más de 6 años aún le cobraba factura.

El dolor sobre su hombro se volvió más intenso con el paso del tiempo. Las duras coreografías junto al sin fin de trabajo en el estudio, le provocaba días enteros de dolor, de sufrimiento. Los medicamentos cada vez tenían menos efecto, el sostener un simple vaso de agua le costaba en demasía.

El año 2019 estaba terminando con arduo trabajo y al ser él el encargado del Interlude, grabaría solo el MV a pesar del dolor, del cansancio. La grabación no era lo único en su agenda, su álbum se liberaría pronto y con ello provenía otra gira mundial a la que día tras día se estaban preparando. Y aunque el molestar estaba siempre presente, intentaba ignorarlo a sabiendas que prestarle demasiada atención sólo le retrasaría en los ensayos y trabajo.

Las luces estaban encendidas junto con las cámaras que le rodeaban. Yoongi movía los labios al ritmo de la pista que sonaba de fondo. Todo parecía andar correctamente, todo hasta que uno de los bailarines tras del mayor le tomó del hombro con demasiada fuerza, apretándolo con sus largos y huesudos dedos, ocasionando un increíble dolor que invadió toda su parte alta.

Jimin notó de inmediato la mueca de molestia en su rostro, tratando de reprimir lo mucho que le dolía con tal de obtener una buena toma. Sin embargo, fue Jimin el que no puedo soportar ver algo como aquello, entrando en escena sin importarle el interrumpir, solo corriendo rápidamente hasta el pálido, el cual no pudo sobrellevar más el dolor, dejándose caer al piso.

El staff comenzó a gritarle al menor que se retirara, que acababa de arruinar la grabación, pero al menor no podía importarle menos.

— ¿Estás bien?— preguntó con demasiada preocupación en su voz mientras se dejaba caer sobre sus rodillas para estar a la misma altura que su novio, observando su rostro al borde de las lágrimas, reprimiendo jadeos de molestia— Cariño, debemos...

— Jimin, no, no te acerques más— le interrumpió el mayor rápidamente en medio de su dolor.

El peliplateado se quedó atónito en su lugar. Y frunciendo su ceño se dio cuenta de lo que sucedía a su alrededor. El staff les observaba detenidamente, analizando sus movimientos y desde luego las reacciones del menor. Muchos de ellos no eran parte de su equipo, siendo completos desconocidos y personas muy curiosas sobre su vida personal. El hecho de que Jimin ya se encontrara junto al mayor en un día de grabación ya era algo que daba de que hablar y ahora mismo, su reacción ante el sufrimiento de Yoongi era un gran tema de conversación, siendo completamente inusual y muy impulsivo.

Yoongi estaba consciente de aquello, levantándose de su lugar con dificultan solo para alejarse un par de pasos del menor. Algunos miembros del staff corrieron a auxiliarle, ayudándole a dirigirse a su camerino. Una vez dentro, no pasaron más de 5 minutos cuando Jimin ya se encontraba a su lado tomando rápidamente su bolso, buscando con desespero los analgésicos que cargaba consigo para calmar su propio dolor. Una vez sobre su mano le brindo un par al mayor, dejándolos sobre su palma solo para después buscar una botella de agua. Encontrándola rápidamente del otro lado de la habitación.

— Jimin— le llamó, sin embargo, el menor no parecía prestarle atención a su voz, entregándole la botella de agua mientras observaba al mayor tomar el medicamento— Jimin— repitió esta vez con un poco más de fuerza haciendo que este por fin le miró a los ojos, su rostro mostraba claramente lo preocupado y dolido que se encontraba, con los ojos cristalinos y sus labios levemente abultados.

Yoongi no quería decirle aquello, no de esa forma. Sabía lo mucho que Jimin se preocupaba por él y lo mucho que le dolía el verlo sufrir, pero es que conocía firmemente que el actuar de esa forma frente a tantos desconocidos no era correcto, podría afectarles de forma negativa a ambos, al grupo, a la empresa. A veces, el tener que reprimir sus sentimientos, sus acciones, era difícil, muy difícil, y dolía, dolía no poder lanzarse a los brazos de su novio en busca de un consuelo, no poder tomarle la mano, no poder contestar sus dulces palabras. Pero tenían que hacerlo, esa era su vida, ellos habían elegido la fama y con ello provenía el ser figuras públicas propensas a generar escándalos con el mínimo movimiento. Tenían que soportar el fingir ser solo compañeros de grupo por el bien de todo lo que habían trabajado. Su país, ni el mundo, estaba listo para aceptar a una pareja homosexual en el grupo más importante del momento, no cuando las personas buscaban cualquier error para juzgarles y menospreciarlos.