Capítulo 33

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— Ese suéter se te ve lindo— comentó el pequeño park mientras miraba a su hermano frente al espejo del vestidor.

Jimin había decidió probarse aquel suéter afelpado de color rosa pastel que habían observado en una de sus salidas al centro comercial. El rubio no estaba seguro de si era una prenda para hombres, pero le había gustado tanto que no le importo, midiéndosela mientras sentía las miradas juzgadoras de las empleadas.

El año estaba terminando nuevamente y con ello sus ganas de comprar ropa para la ocasión surgieron. Jimin amaba vestirse a la moda y junto con su hermano menor, cuando el rubio se encontraba en casa, salían en busca de ropa bonita y costosa mientras disfrutaban de su poco tiempo juntos durante las vacaciones de Navidad.

Jimin había descubierto lo mucho que le gustaban la ropa que acentuaba su figura y los colores pasteles. Hace unos años atrás, ni siquiera hubiese tenido el valor de entrar a aquella tienda de ropa femenina, evitando a toda costa el ser juzgado o hacerles pensar a los demás cosas sobre su sexualidad. Pero ahora, después de meses y meses de lucha constante, estaba ahí, midiéndose un suéter de chica mientras observaba como aquel pantalón de cuero se pegaba a sus piernas, marcándolas. Bajo la tela holgada se encontraba su vientre plano, libre de aquellos abdominales que se había esforzado tanto por obtener, siempre buscando tener una apariencia varonil. Ahora, sin embargo, una pequeña cintura adornaba su bonito y delicado cuerpo, uno con el que estaba bastante cómodo.

— Lo compraré— afirmó y se volvió a meter al vestidor, quitándose dicha prenda con rapidez.

Ya sin ella, se observó nuevamente. Viendo sobre el espejo como su costado resaltaba, marcando aquel tatuaje sobre sus costillas, ese tatuaje que amaba con todo su ser. Pasó sus pequeños dedos lentamente sobre la tinta en su piel, sintiendo de inmediato el frío de sus yemas invadir su cálida tez provocándole un pequeño suspiro mientras cerraba sus ojos.

El tiempo había pasado tan rápido, tan jodidamente rápido y la vez tan lento. Tantas cosas habían cambiado en un año, desde su debut en Estados Unidos, su creciente éxito descontrolado, su lento proceso de aceptación. Sus citas con aquella psicóloga, esas que le habían ayudado tanto pero que en cuanto su padre había sospechado, tuvo que abandonar. No queriendo si quiera que su padre supiera la razón por la que estaba ahí.

Hacía meses que no asistía, pero se sentía con la capacidad suficiente para poder afrontar las cosas de una mejor manera. Ya no se molestaba si alguien insinuaba su homosexualidad, ya no le afectaba que le llamaran afeminando, ya no le importaba los rumores sobre si le gustan los chicos o no. Tampoco le importaba si criticaban su apariencia, vistiendo lo que quisiera sin importar el género.

Pero cuando se trataba de su padre, su valentía desaparecía por completo. En Seúl podia ser él mismo, podía sentirse un poco más libre. Pero en cuanto pisaba el piso de Busan, se cohibía. Era algo que necesitaba más tiempo, más valor, más esfuerzo. Y es aquello lo que le retenía de volver con su pálido chico.

El cambio había comenzado por Yoongi, no iba a negar que había hecho de todo para poder continuar con su relación. Pero en cuanto más y más escuchaba a aquella psicóloga, más sabía que lo que había dicho Yoongi era cierto. Y ahí fue cuando comenzó a cambiar de verdad, a esforzarse de verdad. Amaba a Yoongi mas que a nada en el mundo, pero ahora estaba experimentando lo que era amarse así mismo y eso, eso hacía que la eterna espera, valiera la pena.

Y después de su pequeña charla en Hawái, Jimin se sentía con mucho mas valor para afrontar las cosas. Sin embargo, a veces se encontraba así mismo tocando de más al mayor, buscando inconscientemente sentirlo. Y eran aquellos toques lo que lo hacían mantenerse tranquilo y estable, porque sabía que no importaba cuánto tiempo pasara, sus corazón seguían latiendo con fuerza el uno por el otro y el temblor que estos toques ocasionaban en el cuerpo del pálido le confirmaban que sus sentimientos no habían cambiado.

Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora