Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽

Capítulo 47

La puerta fue cerrada con demasiada fuerza mientras un rubio murmuraba un sin fin de maldiciones caminando por la habitación del hotel. Yoongi temía por su vida, solo observando desde la esquina del lugar lo molesto que se encontraba su novio. No es que el realmente haya hecho algo malo, incluso creía que ese era el verdadero problema, el no haber hecho absolutamente nada, solo dejando que aquel chico tocara su hombro.

En cuanto había sentido aquella mano tocarle supo que el hombre estaba muerto, ni siquiera necesitaba ver el rostro de Jimin para saber que este ya le estaba matando de mil formas con la mirada. Y cuando se atrevió a verle en medio de dicha entrevista, supo que tendría problemas.

— ¿¡Quien mierda se cree al tocarte!?— gritó exaltado mientras se quitaba su chaqueta y la arrojaba al sofá con furia— ¿Cuál era la necesidad de tener sus asquerosas manos sobre ti en toda la entrevista? Idiota, eso es lo que es, un jodido idiota de mierda.

Yoongi quisiera defender al pobre chico pero en realidad si que había estado coqueteando con el en toda la entrevista, acariciando su hombro hasta hacerlo sentir incómodo. Y aunque Jimin no lo sabía, y observando la situación por supuesto que no se lo diría, el hombre se había acercado a él después de la grabación para intercambiar números lo cual Yoongi solo fingió no entenderle, yéndose prácticamente corriendo de ahí.

— Y todo esto es culpa tuya— soltó rápidamente el rubio sin dejar de mirarle mientras le apuntaba con el dedo.

Yoongi se quedó helado, conocía a Jimin a la perfección, solía ser bastante posesivo cuando se trataba de él, odiando que otros hombres le coquetearan tan descaradamente frente a su persona, sabiendo perfectamente que no podía hacer nada, nada más que lanzarles su típica mirada de estas muerto para mi aún si muriera por gritarles que ese bonito chico pálido ya tenía un dueño. 

Tal vez era aquello lo que les diferenciaba. Yoongi sabía cuán coqueto era Jimin y que no lo hacía con otras intensiones, simplemente era parte de su naturaleza extrovertida la que salía a flote. Siendo cariñoso con cualquiera, no era exclusivo, era igual con hombres o mujeres. Y aunque en ocasiones le molestara, esas ocasiones en las que la persona contraria si que tenía otras intensiones, aprovechándose de cuán coqueto era su novio, su forma de expresar sus celos solo consistía en hacer berrinche, abultar sus labios y mantenerse callado hasta que Jimin se diera cuenta e hiciera algo al respecto.

— ¿Mi culpa?— preguntó confundido, no sabiendo exactamente qué había hecho.

— Si, es tu culpa por ser tan bonito, dios, ¿como van a resistirte si tienes esa cara tan linda?— contestó aún irritado, caminando hasta encontrarse finalmente frente a su chico pegado en la pared de la habitación.

Una ligera sonrisa se dibujó lentamente sobre su rostro. Desde luego que no esperaba algo como aquello.

— No es divertido— atacó el menor al ver la reacción de su contrario, aún tan celoso que sentía su sangre hervir.

— Lo siento, la próxima vez le pediré a mi estilista que me ponga una bolsa de papel sobre la cabeza— trató de aligerar la molestia de su novio, sin embargo, no pareció funcionar, pues su rostro se mantuvo exactamente igual, con su ceño fruncido y sus labios en una línea recta— Jimin, el no me interesa, ninguna otra persona me importa mas que tú, tú eres el único al que quiero, soy todo tuyo.

Soltó aquellas palabras en un intento de calmarlo, alejándose de la pared, eliminando toda distancia entre sus cuerpos para tomar con ambas manos la cintura de su bonito novio, el cual no evitó su toque, aceptándolo gustoso pero sin darle la cara. Mantienen su rostro gachó mirando a la nada con enojo. Yoongi aprovechó la posición para hundir su rostro sobre la curvatura de su cuello y comenzar a depositar pequeños besos sobre este.