Capitulo 9

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El plan de Jimin no había funcionado en absoluto. Al salir con aquella chica creyó que los rumores sobre su sexualidad que ella estaba esparciendo cesarían. Sin embargo, si antes Jeongyeon no tenía verdaderos motivos para poner en duda sus preferencias, ahora si que los tenía.

La cena había sido un éxito, habían conversado con tranquilidad a pesar de la rabia interna que tenía Jimin en su interior hacia aquella chica. Pero estaba convencido de que una cita bastaría por el momento para que cerrara la boca al menos por un tiempo.

Había sido caballeroso, escuchándola atentamente, riendo de sus malos chistes e incluso alagando su apariencia. También había pagado la cuenta lo cual no hizo más que agrandar la sonrisa en su rostro.
Todo parecía ir demasiado bien hasta que se ofreció acompañarla a su auto. Habían conversado durante el camino hasta que la chica se detuvo y lo jaló de la camisa para así juntar sus labios.

Jimin no supo exactamente qué había pasado, pero aquel beso no duró ni siquiera un segundo cuando ya la había empujado lejos de él mientras su mueca de asco se mostraba evidentemente en su rostro.

Idiota.

Eso es lo que había sido, un completo idiota. La chica no dijo más después de eso subiéndose a su auto y retirándose con prisa del lugar. Jimin ya podía escuchar los nuevos rumores que estaban por salir de esa molesta boca:

"Jimin es tan marica que ni siquiera puede besar a una mujer"

Pegó su cara sobre el volante de su coche con evidente frustración. Lo había arruinado, lo había arruinado por completo. El problema no era besar a una chica, lo había hecho muchas veces antes, el problema era esa chica en particular. Y mezclar su asco hacia ella con su nulo interés en las mujeres solo provocó lo inevitable.

— Eres un completo imbécil— se dijo así mismo mientras arrancaba el coche y comenzaba su camino hacia la empresa.

En momentos como este solo necesitaba de esa persona en particular. La única persona que no importaba que, siempre lo hacía sentir mejor. Y sin duda ahora mismo necesitaba más que nada sus cálidos brazos sobre su cuerpo.

Yoongi estaba en su estudio como de costumbre. Ni siquiera tuvo que tocar su puerta porque se sabía a la perfección su clave de acceso. Cuando la puerta se abrió se encontró con un Yoongi completamente concentrado en la pantalla frente a él con los auriculares puestos, ajeno al chico que acababa de entrar al lugar.

Jimin sonrió, mirar a su mayor de aquella forma le hacía sonreír como un tonto. Es que Yoongi era un verdadero apasionado de su trabajo, amaba componer así como escribir. Y sabía que si encontraba el ritmo perfecto trabajaría en el hasta terminar la pista.

No muy seguro de si debía interrumpirlo por sus estupidos errores, comenzó a debatirse si debía quedarse o no, fue en ese momento que el mayor apartó su mirada del monitor y la dirigió hacia él. No se mostró asombrado por su presencia ahí, en realidad Jimin pasaba más tiempo del que debería en aquel lugar y desde luego que no era la primera vez que entraba sin avisar.

Jimin le sonrió con algo de pena mientras se sentaba en el sofá de cuero negro detrás de él.
Yoongi miró el reloj que colgaba sobre la pared para después regresar su vista hacia el menor.

— ¿Que haces aquí tan temprano? — preguntó curioso mientras se quitaba los auriculares y los dejaba sobre su escritorio para después girar su silla en dirección a Jimin.

Jimin solo se encogió de hombros.

— ¿Es que acaso no puedo venir a verte cuando yo quiera?— cuestionó juguetón, mientras cruzaba sus piernas, haciendo que el pantalón negro de vestir que llevaba se pegara sobre sus piernas, remarcándolas. Movimiento que desde luego no fue ignorado por el mayor.

Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora