Capítulo 58

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Su cabello estaba perfectamente peinado y su ropa estaba impecable. Todo estaba preparado para su segundo concierto el cual comenzaría aproximadamente en tan solo 40 minutos. Yoongi estaba compartiendo camerino con Jimin cómo era comúnmente. El menor permanecía aún sentado frente al espejo, siendo peinado por una pequeña chica que le aplicaba el fijador.

Yoongi se mordió los labios ante la imagen que le estaba brindando su chico, este solo mirándolo desde el espejo, sus miradas intensas y brillantes encontrándose sin poder apartarse ni un solo segundo. Sus pupilas negras y dilatas delatando lo que sus cuerpos calientes trataban de ocultar. No era la primera vez que reaccionaban de ese modo, no podían evitarlo, esas prendas ajustadas que les cubrían, ese maquillaje que acentuaba sus facciones, ese aura de confianza y seguridad que les rodeaba cada que estaban apunto de presentarse en el escenario era el incentivo perfecto para comenzar a excitarse poco a poco.

Cuando por fin la chica terminó con el cabello de Jimin, Yoongi le pidió amablemente, y tal vez, muy apresuradamente, que se retirara. La cual sólo asintió, tomó sus cosas y se fue rápidamente, dejándolos solos entre esas cuatro paredes.

Jimin se levantó de su sitio y comenzó a caminar de forma lenta y contoneando sus caderas de un lado a otro hacia aquel sofá donde Yoongi permanecía expectante de los movimientos de su pareja. Su chaqueta cubría lo necesario, pero aquella prenda, esa prenda roja y transparente, que no dejaba nada a su imaginación, aún podía mostrar de forma clara sus marrones y respingones pezones. Yoongi había estado fantaseando con ellos desde el primer día, desde el primer momento en que la vio sobre su cuerpo, su cuerpo estremeciéndose ante tal imagen. Pero, lamentablemente, habían terminado tan agotados y teniendo otras series de ensayos que simplemente no tuvo la oportunidad de jugar con el menor, de desnudarlo casi por completo, ver su bonita piel dorada solo cubierta por esa tela transparente, su pene sobre su abdomen mojándola con su presemen, igual que su saliva espesa proveniente de su lengua que se pasearía por todo su pecho sin descanso.

Y ahora mismo estaban ahí, por fin habían logrado estar juntos en el camerino, estaban solos y el tiempo, aunque era escaso, era el suficiente para dejarlo mordisquear los bonitos botones de su chico.

Jimin se sentó a su lado en el sofá de cuero su rodilla chocando con intención con la suya, su cuerpo temblando en cuanto ese pequeño toque fue percibido. El menor solo le dedicó una coqueta sonrisa.

— ¿Nervioso?— preguntó el mayor mientras giraba ligeramente su cuerpo para poder ver el rostro perfecto de su novio. Jimin sonrió mientras su lengua salía de su boca y comenzaba a deslizarse lentamente sobre su labio inferior, humedeciéndolo, Yoongi no pudo evitar seguir a la perfección cada movimiento de dicha lengua, su respiración deteniéndose al instante.

— Ansioso— respondió el menor, sus ojos brillantes y sus dientes atrapando su labio inferior para así morderlo con sus dientes.

Yoongi conocía tan bien esa mirada, esa perfecta mirada que aparentaba ser inocente pero que simplemente escondía toda malicia que su pequeño portaba. Jimin era una mezcla perfecta de inocencia y lascivia. Todos creían que Jimin era tan tierno y adorable, no conociendo lo sexual que era, lo mucho que amaba tener su pene enterrado en su culo, lo mucho que amaba chuparle y que le chuparan, lo adicto que era a llevarlo a perder la completa cordura para que así le follara tan rudo y tan sucio como tanto le gustaba.

Yoongi no pudo soportarlo más, necesitaba ser el quien mordiera esos esponjosos labios rojos. En un movimiento rápido se apoderó del rostro de Jimin con una mano, tomándolo con sus largos dedos de la barbilla mientras la otra lo empujaba con cuidado sobre el sofá, recostándolo, colocándose rápidamente sobre el cuerpo más pequeño e iniciando un beso duro y profundo que no tardó nada en volverse húmedo y ruidoso. Sus lenguas encontrándose con prisa, enredándose en un intento de sentirse con más intensidad, de saborear el sabor dulce de sus salivas.

Oɴᴇ ᴅᴀʏ- 𝚈𝙾𝙾𝙽𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora