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El salón es muy grande y hermoso, está en el veintavo piso de un hermoso edificio de 32 pisos ubicado en una de las zonas más exclusivas de Bogotá "La Cabrera". Tiene una hermosa vista de toda la ciudad a la cual acompaña el hermoso día que está haciendo hoy. La decoración esta casi lista; las mesas, el bar, el bufet, los meseros, todo es hermosamente perfecto. Di lo mejor de mi para que la mesa de postres se viera perfecta. Mi mamá quería que la decorara con globos blancos, plateados y negros, pero si me preguntan a mí, es un evento empresarial muy serio y no una fiesta de cumpleaños de un chico de 18 años. Me encuentro ultimando detalles, como doblando las servilletas y practicando en mi mente las normas de etiqueta que fui forzada a aprender en los últimos tres meses, sin embargo, un brazo rodea mi hombro.

- Hey!... Jamás en mi vida llegue a pensar que te vería en tacones y tan elegante. No me malinterpretes, te ves hermosa, pero es que esta es una oportunidad única.

Dice Juan Esteban, mientras agarra su cámara y toma varias fotos – ¡PERFECTA... MEJOR QUE LAS MODELOS EUROPEAS! - dice mientras me sonríe.

Me muestra la cámara, y me ha sacada tres fotos, que ha mi parecer no son la gran cosa, pero tengo que admitir que me veo bien. Juan es el hijo único de Sofia, la mejor amiga de mi mamá. Es mayor que yo por dos años, estudia fotografía en Nueva York, desde hace un año y en estos momentos está de paso por Bogotá, antes de retomar de nuevo las clases. Nos conocemos desde pequeños, no somos los "mejores amigos del mundo" pero en ocasiones solemos hablar... mucho. Siempre lo he llamado "Juanes", porque su nombre es muy largo para llamarlo por completo, y si le digo Juan o Esteban siento que lo estoy regañando, así que yo le digo Juanes. Creo que soy la única que le digo así, no le gusta que nadie más lo llame así, ni siquiera su mamá. Por otro lado, el me llama Ale. Mi nombre es Alessandra... lo odio, es muy largo e imposible de combinar con otros nombres. Mis amigos y mi familia me dicen Alex (Una forma corta de "Alexandra" que a su vez es el equivalente americano de mi nombre, que es italiano) y luego esta Juanes que me dice Ale, en respuesta a la forma en que yo lo llamo.

- ¿Qué haces aquí?, te creí en la cama de una de tus tantas conquistas – Le digo. Lleva una vida algo libre y promiscua, que en lo personal no es de mi agrado, pero, quien soy para juzgar su estilo de vida.

- ¿Por qué? ¿Celosa? – Me susurra en mi odio, mientras siento como sus ojos azules, me observan esperando mi reacción ante su comentario.

- ¡JA! ¿CELOSA? ¿DE TUS CONQUISTAS?... ¡CREO QUE TE SUBISTE A LA NUBE EQUIVACADA. ¿SABES?,TE ACONSEJO QUE TE BAJES DE ESA NUBE, ANTES DE QUE TE CAIGAS Y TE GOLPEES MUY DURO!

Baja su mirada y se aleja de mi por unos minutos se pone algo serio y me preocupa que lo halla ofendido mi comentario, pero enseguida vuelve a mírame y me sonríe.

- ¿Qué tal tu día? - pregunta finalmente.

- No muy bien- le digo en tono aburrido.

- ¿Estas bien? - Me dice e inmediatamente sé que está preocupado por mí. No quiero que se preocupe por mí. De hecho, no quiero que nadie se preocupe por, me molesta y me frustra que las personas se preocupen, no quiero molestarlas.

-Estaré bien- le digo mientras le sonrió, decidiendo cambiar mi actitud. No quiero tener más problemas con mi mamá debido a mi mala actitud. Me observa con una mirada fija e incrédula, se acerca a mi lentamente tomándome las manos.

- ¿Sabes que no puedes mentirme? Te conozco lo suficiente, como para saber que las cosas no están bien. Si no quieres contarme, lo entiendo, pero prométeme que, si necesitas a alguien con quien hablar o salir, me buscaras a mí, solamente a mí- me dice mientras acaricia una de mis mejillas y me observa con ternura en sus ojos.

Lo miro y por unos segundos y puedo sentir que nuestras miradas se conectan. Estoy nerviosa, siento el calor de sus manos, una en mi cintura y la otra en mi mejilla. Con la mano que tiene en mi cintura, me empuja hacia él, provocando que mis manos caigan en su torneado torso, puedo sentir sus músculos bien trabajados de su pecho. Lo cierto es que luce muy sensual en esmoquin. Se acerca lentamente, esperando mi reacción, y la verdad es que mi mente se ha quedado en blanco, no sé qué hacer, ni siquiera soy capaz de moverme, mientras tanto él se acerca lentamente buscando mis labios con sus ojos y con su boca. Yo sigo ay... estática... temblando de los nervios... cada vez está más cerca, hasta el punto de sentir su aliento en mi boca...

- ¡ALEX! ¡QUERIDA, NO PUEDO CREER LO HERMOSA QUE ESTAS! - Dice Sofia, mientras cruza el salón en su hermoso traje de diseñador e interrumpiendo nuestro momento y haciéndome tomar distancia de Juanes.

-Hola tía...- respondo nerviosa sin poder mirar a Juanes a los ojos. Sin embargo, lo miro y sé que está enojado. Camina hasta el ventanal que ay detrás de él poniendo sus manos en la cabeza mirando la hermosa vista de Bogotá en la mañana mientras yo dirijo mi atención a Sofia.

- Gracias por venir mi niña, me alegra mucho verte... pero mírate estas muy hermosa- me dice mientras da un paso atrás para escanearme de pies a cabeza. – Gracias, tía – le respondo con una sonrisa nerviosa. En ese momento Juanes se acerca hacia nuestra conversación

- Mejor que las modelos europeas...- dice mirándome de arriba abajo, en un tono sarcástico. Mira a su mamá, quien inmediatamente le da un golpe tierno en el pecho.

- Juan Esteban... por favor, no la molestes – le regaña Sofia.

- ¿Qué? No la estoy molestando, solo digo la verdad de lo que mis ojos ven- me mira fijamente – Buenos damas, me retiro a buscar una co...

-Bueno querida... cuéntame... ¿A que chico quieres impresionar con este atuendo? – Dice Sofia, expectante de mi respuesta. Sin embargo, Juanes, ha interrumpido su marcha y se ha devuelto a escuchar mi respuesta.

- ¿Chico? - respondo sorprendida ante la pregunta.

- SIII... ¡CHICO!... mi cielo es que estas muy hermosa, digna de una cena romántica a la luz de las velas.

- Si, Alex cuéntanos... ¿Qué chico?- dice Juanes y sé que esta más enojado que antes, me ha llamado Alex.

- No tía no ay ningún chico – respondo con risa nerviosa mientras Juanes se va ante mi respuesta.

- ¡¿QUE?! ¡¿COMO QUE NO AY UN CHICO?! ¡ESO ES I-NA-CEP-TA-BLE!... Pero si eres toda una mujer, madura, hermosa, DIOSA empoderada...- La escucho hablar mientras observo como, Juanes toma una copa de vino y se acerca a hablar con un grupo de invitados que no reconozco.

Pienso en nuestro esporádico encuentro, como paso, como llegamos ay, y el porqué de sus acciones. Y por más que lo pienso, no logro entender el porqué de la situación. Le gusta molestarme; así como también sé que es un mujeriego; puede que sea una de sus tantas tácticas que tiene para llevarse a las chicas a la cama y simplemente estaba jugando conmigo. Tal vez sea eso. Solo espero que no se le haga costumbre, porque no soy ni seré otra más de su larga lista de chicas que se va coger.

De Noruega, con amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora