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A pesar de todos los problemas, por fin puede acabar todos los diseños del concurso. Debo enviarlos entre hoy y mañana. No puedo creer que lo haya logrado. En un punto pensé no lo iba a lograr, con la escuela, la tienda, la pastelería, todo lo de Lucas y Juanes pensé que sería imposible lograrlo.

Después de mi pelea con Lucas, no hemos hablado. Solo nos hemos limitado a los saludos de cortesía tradicionales, se que está terminando de desempacar. Todavía desconozco las razones por las cuales volvió a Colombia.

Estoy en el estudio ultimando los detalles del envió de los diseño. Mientras investigaba y dibujaba las ilustraciones del concurso, salieron algunos diseños que me gustaron para mi tienda. Estoy feliz de que al fin pude reabrirla y que mejor que hacerlo con una nueva colección. Mis seguidores los han amado y ya tengo unos cuantos mensajes con pedidos o preguntando por ellos. Cuando finalizo de enviar los diseños, escucho como alguien intenta forzar la puerta de la entrada del estudio.

Siento como mi corazón empieza a latir rápido, con miedo y preocupación. Bajo las escaleras que conectan el estudio con mi habitación, salgo por la puerta y me dirijo hasta las escaleras que llevan al ático. Cuando llego mi pulso se acelera más, es Lucas que intenta entrar al ático, tiene sus valijas y algunas cosas de la habitación.

Había olvidado que cuando Lucas se fue de casa esa habitación seguía siendo un ático y que Lucas no tiene idea de las últimas renovaciones.

Intento llenarme de valentía y decido enfrentarlo de una vez. No quiero seguir teniéndole miedo y tampoco ocultándole el estudio, al fin y al cabo va a vivir acá de ahora en adelante y en algún momento lo va a saber.

- ¿Hola? – Pregunto inicialmente para llamar su atención. Intento estar lo más calmada posible, ya que no quiero pelear más. Se gira para responderme.

-¿Te asuste? – Responde con una sonrisa en su rostro. Su tono es calmado y puedo notar que su guardia esta baja.

- Si, un poco... - respondo con risa nerviosa - ... ¿Qué ocurre? ¿Te puedo ayudar en algo?

- mmm si creo que si... tengo que guardar mis valijas y algunas cosas en el ático, estoy intentando entrar, pero noto que cambiaron la puerta y la cerradura. ¿Tienes la llave?

Mis manos se ponen frías y comienzan a sudar. Pienso en las palabras de mi papá, en su "yo me encargo", y en como mi miedo lo necesita en este momento. Lo amo demasiado pero no quiero depender de mi padre en estas situaciones. Quiero hacerme cargo de mis problemas.

- Si, si la tengo... pero debes saber algo primero.

- Ok... ¿Qué ocurre? – Pregunta, y puedo notar confusión en su mirada.

- Recuerdas que poco después de que te mudaste a Barcelona, yo puse mi taller en tu habitación. – Digo con algo de elocuencia.

- Si, si lo recuerdo. – Dice algo molesto. Tengo el presentimiento de que no la va a gustar lo que va escuchar.

- Bueno... Cuando supe que volverías a casa, fue más que obvio que debía devolverte tu habitación. Así que saque todas mis cosas para poder devolver tu habitación a su estado original... -sigo con mi elocuencia, esperando que eso suavice el impacto de mi noticia.-... es que si hubiera dejado el color original del taller, había una leve posibilidad de que no te gustará el color por...

- Ve al punto por favor. – me interrumpe.

- El ático es mi taller. – Digo. Finalmente lo dije. Cierro los ojos fuertemente esperando su reacción, un grito, un comentario, pero no escucho nada. Abro los ojos para ver lo que sucede. Sigue parado frente a la puerta de estudio. Veo algo de decepción en su mirada, pero no estoy segura si es por mí o el estudio o algo más.

Comienza a bajar las valijas una a una y también todas sus cosas.

- ¿Quieres que te ayude? – Le preguntó, esperando que su respuesta sea positiva.

- No... gracias... puedo solo. - Responde sin mirarme. Mantiene su cabeza boca abajo y es visible que está molesto. Cuando logra bajar todas sus cosas, gira su mirada hacia al ático con decepción soltando una sonrisa sarcástica, para después encerrarse en su habitación.

***

Han pasado dos semanas desde que cerró el concurso. Días después, recibí un mail donde decía que en un par de semanas me notificarían acerca de los resultados. Tengo los nervios de punta. No aguanto más. Quiero saber ya cuáles fueron los resultados. Desde que llego Lucas ya no tengo que ir a la pastelería ya que ahora él, se la pasa todo el día allí. Ahora, el tiempo libre que tengo, se lo he dedicado a mi tienda, en recuperar las ventas que perdí mientras me enfocaba en el concurso.

Ya es de noche y estoy en el taller terminando algunas prendas. Escucho que golpean la puerta.

- Adelante – Grito mientras sigo enfocada en acabar un vestido color palo de rosa en falda de tubo.

- No pensé que el ático fuera a ser tan grande. –Dice una voz masculina, es Lucas. Inmediatamente roba mi atención de lo que estoy haciendo.

- Yo tampoco... creo que teníamos mucha basura- respondo mientras me rio nerviosamente. No sé a que ha venido. Lo que si se, es que la noticia de mi taller no le cayó muy bien. O por lo menos eso fue lo que escuche mientras peleaba con mi mamá, el día que le dije lo del taller.

- De hecho... todavía ay mucha basura. – Responde y puedo notar ironía y odio en su comentario. Giro mi mirada a su rostro y me mira fijamente. Esta enojado.

- Bueno, como veo que mi "basura" te incomoda, puedes ir por donde llegaste.- Le respondo mientras vuelvo a mi trabajo, intentando conservar la poca paciencia y tolerancia que me queda.

Camina hacia a mí con paso decidido. Yo me levanto de mi asiento antes de que llegue a mí, tratando de igualar su imponencia.

- Por qué es tan difícil de entender... esto no te va a llevar a nada, solo estás perdiendo el tiempo y el dinero de mis padres. Porque ya sé que este chistecito del "estudio", salió del bolsillo de mi papá.

Hago un esfuerzo sobrehumano, tratando de mantener la compostura. Me quedo callada intentando buscar las palabras correctas para responderle sin ser grosera. Le prometí a mis padres que intentaría llevar en paz la relación con Lucas, el lo está haciendo difícil, pero al menos lo estoy intentando.

-Y por qué te es tan difícil entender que esto es lo que quiero para mí. No quiero la vida que tú tienes, no me gusta. Yo no soy así y jamás lo seré. Complacer a mi mamá no es mi felicidad, es la tuya. No busco tu aprobación ni la de nadie. Es mi vida, y esto es lo que escogí para mí y no necesito de aprobación ni la de nadie para ser feliz. Lamento mucho que mis decisiones te avergüencen y te molesten... en serio lo lamento, pero nada va a cambiar. Si te molesta mucho... ignórame, la verdad no me importa.

Me mira fijamente y noto que su cara no tiene expresión alguna. Mete una de sus manos en uno de los bolsillos de sus jeans y con la otra, agarra unos diseños en papel que ay en mi escritorio. Cuando los termina de ver los arroja de nuevo en el escritorio

- Ya a vernos si no te sigue importando cuando te des cuenta de que perdiste tu tiempo, tu dinero, el dinero de mis padres y tu vida en estupideces como esta... - dice con irá en su mirada y con tono desafiante. -... solo venia decirte que Sofia, llego hace 2 horas y nos están esperando para comer.

- Bajo en unos minutos- le digo mientras le doy la espalda, retomando lo que estaba haciendo.

Estoy poniendo el vestido en uno de los maniquís para plancharlo cuando escucho como se abre de golpe la puerta del estudio. Es mi mamá y está muy furiosa.

- ¡¿PUEDES EXPLICARME, QUE DIABLOS SIGNIFICA ESTO?! – Miro sus manos y tiene un sobre que está abierto y está a mi nombre... el remitente... es de M&A Entertainment Management & COUTURE Magazine.

Se la quito rápidamente de las manos, intento buscar el contenido del mismo rápidamente pero no puedo porque estoy temblando. Cuando finalmente llego a él, saco la carta, la abro, ignorando el preludio de cortesía y buscando lo importante. Cuando finalmente lo encuentro, siento como el aire me empieza a faltar, mi mente se queda en blanco, un nudo se forma en mi garganta y mis ojos se humedecen... finalmente logro decir en voz alta para mí misma...

- Gané...

De Noruega, con amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora