Después de haber entregado los borradores de la semana con Ruby, llego a la puerta y Ari me está esperando como siempre. Su actitud ha cambiado desde anoche y esta mañana apenas me hablo.
Aún no puedo creer que Juanes este Oslo. Puedo imaginar quien pudo decirle todo, pero ¿Cómo pudo encontrar el hotel y la habitación donde me hospedo? Si no hubiera sido por la llegada de Ruby, no sé cómo hubiera manejado la situación. Ari no mencionado después de eso, solo se fue a la cama sin cenar y Juanes... no lo se. Lo único que le pude decir es que no era momento de hablar. Pero está claro que se está claro que se está hospedando en mi hotel y que no planea irse sin hablar.
- ¿Entonces está enojado? – interrumpe Ruby mis pensamientos.
- Si eso creo – respondo preocupada.
- No te preocupes, si está aquí es porque quiere hablar y el es bueno escuchando. Entenderá que todo esto no es tu culpa y que no sabias de los planes de Juan Esteban. – responde, intentando calmarme.
- Eso espero... ¿Te veo después? – suspiro y ella asiente mientras me da un abrazo y se va.
Cuando tomo camino hacia el auto de Ari, una silueta femenina se interpone en el campo visual de ambos, es Violette. Se acerca más a él hasta estar cerca de su rostro, Ari acomoda su postura intentando alejarse de ella.
- Dime chico noruego, que piensas de ir por un café, juntos tu y yo. Conozco una cafetería muy chic a unas cuadras... algo más...- dice mientras gira y me mira de arriba abajo-... a nuestro nivel.
Ari sonríe e intentando ser amable, contesta – No lo creo. Lo siento, ya tengo planes.
Veo como Violette se quita los lentes con rabia y los guarda en su bolsa, para después acercarse más a Ari. - ¿Qué acabas de decir? – le pregunta indignada.
- Dije que no, tengo mejores cosas que hacer que perder el tiempo contigo – aclara Ari mientras me mira. Ella suspira y se gira para mirarme. Su mirada está cargada de odio con unas gotas de envidia y adornos de humillación. Vuelve su mirada a él y continua.
- Creo que estas confundido. En realidad, estas perdiendo el tiempo con otra...- dice y doy todo de mi para no golpearla-... No lo entiendo ¿Qué le ves a ella? No es nada. Está claro que no tiene dinero, ni clase, y mucho menos estilo. No mereces a alguien como ella, solo te opaca... en cambio yo, puedo darte todo eso y mucho más – dice mientras acerca su cara para besarlo, pero en un movimiento rápido, Ari se escapa de sus garras. Ignorándola, camina hacia a mí, me da un abrazo y me besa en los labios, para después llevarme hasta el auto.
- Oye, no se quién te crees que eres, pero nadie me ignora. Te vas a arrepentir de esto. Yo soy mejor que ella y cuando te des cuenta de ello, querrás estar conmigo. – Le grita Violette.
Ari se detiene ante su amenaza, camina hasta donde esta Violette y termina la escena con - Jamás estaría contigo... tú no eres ella.
***
Antes de ir a almorzar paramos en una cafetería. Desde que llegamos, Ari no ha dicho palabra alguna, pero está claro que debemos hablar del tema.
- Ari, creo...- intento romper el hielo, pero el me interrumpe – Alex ¿Qué fue lo que paso anoche?
-Ari te juro que no lo sé... No sé cómo supo dónde estaba, ni siquiera sabía que él iba a venir. -Respondo preocupada y la frustración está posicionada en él.
- ¿Me prometes que no sabias nada de él? - pregunta y veo que eta dando todo de si para no perder el control.
- Te lo prometo... Todo lo que te dije en las vacaciones, acerca de que no sabía nada de él es verdad. No sé qué quiere al venir hasta acá, tal vez quiere hablar, no lo sé y no me importa, lo único que quiero es que no pienses algo equivocado sobre mí y no quiero que dejes afectar por su presencia.
Se rinde y toma mi rostro en sus manos, poniendo su frente contra la mía, cierra los ojos u suspira...- Tengo miedo...- dice finalmente y yo lo veo en sus ojos cuando los abre-...Se a que vino, estoy seguro de ello y sé qué hará todo lo posible para alejarte de mí, lo vi anoche en sus ojos... cruzo medio mundo por ti, y no se va ir sin ti.
- Pero eso es lo que él quiere, yo no. Yo te quiero a ti Ari ¿Qué debo hacer para lo que entiendas? No importa si cruzo medio mundo, nunca le dije que hiciera eso, Si es verdad vino por mí, se ira con las manos vacías, porque solo está perdiendo su tiempo... - le aclaro, pero el opta por no mirarme-... Mira, estoy segura de que vino hablar, y no se ira hasta que no lo hagamos... - continuo y logro llamar su atención-... pero no lo veré si tu no lo quieres. Intentare ignorarlo hasta que sea el momento de volver a casa.
Inmediatamente Ari se levanta de su silla, y golpea la silla con pie en señal de frustración - ¿POR QUÉ TUVO QUE APARECER AHORA? – Dice finalmente dejando salir toda su ira... Un mes Alex... solo tenemos un mes juntos. Hemos dado todo de nosotros para aprovechar cada segundo juntos y ahora él lo está arruinando todo.
-Lo sé, Ari entiendo cómo te sientes, pero tenemos dos opciones, nos preocupamos por ello o seguimos con nuestros planes y si te soy sincera, no me interesa perder nuestro tiempo, preocupándonos por ello... Amor, no podemos cambiar el hecho de que él está aquí... créeme cuando te digo que no me interesa nada de él. Si el quiere hablar, lo hare, pero eso será todo. Si no quieres que hable con, solo pídemelo – respondo intentando calmarlo.
Suspira y me abraza – Si no lo haces, jamás se ira- responde – Se que pido mucho pero cuando lo vayas a hacer, podría acompañarte Ruby o Joel. No me malentiendas, confió en ti pero no en él.
- Si eso te hace sentir mas seguro, entonces lo hare... - respondo. Esta vez soy yo quien toma su rostro entre mis manos y lo beso intentando calmar la tensión ocasionada por la indeseada visita- te quiero Ari Christensen.
- Y yo a ti mi ángel, no tienes idea cuanto te quiero.
***
Después de nuestra conversación en el café, Ari y yo termínanos de pasar nuestro día juntos. Finalmente me dejo en mi hotel y tuvo que volver a su apartamento. Cuando llegue a mi habitación, lo primero que hice fue llamar a Lucas y termine contándole todo lo ocurrido. Como era de esperarse, no se puso feliz por la llegada de Juanes. Me prometió que averiguaría, quien fue el que le dijo a Juanes sobre mi paradero.
Minutos después recibí su llamada y tal como lo suponía, Sofia fue mi verdugo, apoyada inocentemente por mi padre. Estoy furiosa con Sofia, no tenía derecho a contarle a Juanes. El concurso, el viaje, Ari, todo eso hace arte de mi privacidad y por más que Juanes sea su hijo no tenía derecho a hablar de mi privacidad.
Llamo a mis padres y después de una conversación con tintes de pelea, les dejo muy en claro mi decisión de no contarle nada a Sofia sobre mí, mi viaje o mi vida. Aceptaron con preocupación, pero respetaron mi decisión.
Aún con un impulso mezclado con rabio, tomo la decisión de llamar a Sofia para reclamarle al respecto, pero me detienen los golpes en la puerta. Abro y es él.
- Hola – dice Juanes.
- Hola – respondo frustrada.
- Te vine a buscar todo el día y no estabas – responde y está enojado.
- Lo siento – respondo intentando no dar muchos detalles sobre mi día.
Cuando se da cuenta, que respuestas cortas es lo único que va obtener de mí, continua – Podemos hablar o estás "ocupada" – pregunta intentando mirar el interior de mi habitación.
- Mejor ahora que nunca – respondo mientras me devuelvo a buscar mi celular y las llaves de mi habitación. Rápidamente le envió un mensaje de texto a Ruby, pidiendo de su compañía en este momento tal y como se lo prometí a Ari.
Salgo en dos minutos
Leo su mensaje y decido esperarla en el lobby de mi piso. Cuando cierro mi habitación Juanes me mira confundido.
- ¿A dónde vamos? – pregunta.
- Dijiste que querías a hablar, pues vamos a hablar, pero no aquí. Vamos al jardín del hotel. – respondo.
- ¿Por qué no podemos hablar aquí? Acaso no quieres que tu noviecito noruego nos escuche – responde con sarcasmo y su tono de voz me pronostica una desagradable discusión.
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De Noruega, con amor.
Romance¿Sacrificarías tus sueños por las personas que amas? Alex, anhela ser la diseñadora de modas más reconocida del mundo, pero algunas "situaciones" de la vida, no le permitirán hacer realidad su sueño. Un concurso, dará vuelta a su fortuna y la llevar...