De Noruega, con amor.

Capítulo Especial: Monterlude's Factory

Lucy Rosely Torres Duran es mi mamá. Es dedicada y amorosa. Ha invertido su vida en cuidar de su familia y de la pastelería. Su sueño era tener su propia empresa, por lo tanto, fue a la misma universidad que mi tía Sofia y juntas estudiaron administración de empresas. Mi tía se fue a viajar por el mundo y mi mamá se quedó a trabajar para poder cumplir su sueño. Por lo que se de mis abuelos, le costó mucho esfuerzo poder tener el dinero suficiente para poder empezar, pero mi mamá siempre logra lo que se propone. Empezó con una pequeña pastelería: Monterlude's Factory en el garaje de la casa de mis abuelos, que con el tiempo se fue expandiendo; cada vez necesitaba más espacio, más utensilios, mensajeros y comenzó a necesitar manos extras. Unos años después conoció a mi papá, un gerente de una cadena de hoteles de Bogotá y Miami.

Mi papá dice que fue amor a primera vista, por otro lado, mi mamá dice que no sabe qué fue lo que vio mi papá en ella: "Era un hombre muy elegante, empresario, y guapo... sigue siendo guapo... ay estaba yo, una mujer sin nada de experiencia en el área de negocios, intentando concretar un negocio con el... lo único que concretamos ese día, fue una cita a cenar esa noche" fue lo que me dijo una vez. Sus ojos siempre brillan cada vez que habla, mientras habla con complicidad y picardía. La pastelería creció más y más, hasta ser lo que es hoy en día. Mis papas se casarón, nació Lucas y después nací yo. Todo era perfecto, pero después todo se fue costa abajo.

Poco después de que Lucas se fuera a Barcelona, mi mamá tomo la decisión de expandir la pastelería; abrir una sucursal en Bogotá, tenía el dinero y todo estaba planeado ¿Cuál fue el error en esta fórmula? Excesiva confianza. Mi mamá decidió contratar a un contador que le ayudara a llevar las cuentas, las finanzas y otras cosas; para esa época mi mamá tenía mucho trabajo y necesitaba manos extras que le ayudaran. Mientras él se encargaba de todas las cosas administrativas, mi mamá se encargaba del manejo de la pastelería como concretar negocios, despachar pedidos y atender el restaurante y la tienda... El solo huyo con los ahorros de la nueva sucursal de la nueva sede y los ahorros de la pastelería, dejando la pastelería en la quiebra... peor en bancarrota. Tiempo después mi papá perdió su puesto en el hotel, debido a esto se dedicó a tratar de arreglar el desastre de la pastelería.

Por más de que ambos trabajaban duro, nada funcionaba y las deudas solo aumentaban. Incluso su relación se empezó a ver afectada por esto. Mi papá estaba todo el tiempo tenso por la falta de dinero y su falta de empleo, y mi mamá también, le preocupaba la casa y la pastelería.

Aún recuerdo el día que tome la decisión de ir al banco a averiguar sobre mis ahorros de la universidad. Ese día mis papas llevaban varios días peleando, ¿El motivo? El dinero, el desempleo la pastelería, todo... Recuerdo que después de la pelea mi mamá me llevaba camino al colegio y le pregunte si se iban a divorciar, recuerdo que me dijo que, si eso nunca iba a pasar, que el amor que ella sentía por él era más grande que todos los problemas que podrían existir, que esta aventura que decidieron vivir llamado "matrimonio" era de dos y no de uno, que si ella tuviera que elegir de nueva se casaría de nuevo con mi papá y que si se llegaban a separar el que más iba sufrir seria mi papá ya que el no tendría quien le organizara la corbata en las mañanas y quien le prepara el café. Eso me tranquilizo un poco.

Ese día mi mamá me dejo frente a la escuela. No entre y me fue al banco por la información que necesitaba. Una firma, solo se necesitaba una firma de mi puño y letra para poder hacer uso del dinero. La confianza que mis papas tenían en mi era inmensa que nunca se preocuparon de la posibilidad de que yo en algún momento pensara en malgastar el dinero, por lo tanto, yo era responsable de mi dinero.

La decisión estaba tomada. Como no podía entrar al colegio, me fui a un centro comercial a caminar y a esperar la hora correcta para volver a tiempo a la escuela antes de que mi papá llegue a recogerme. Mientras vamos camino a casa, le pregunto: