Voy hablando con Ana por los pasillos del colegio, rumbo a la puerta de salida. Nos ha ido bien en la actividad y he logrado subir mis notas de cálculo. Por fin, algo bueno tenía que pasar. Cuando llegamos a las escaleras, alcanzo a visualizar a Juanes, que me observa desde su auto, levanta su mano derecha y me sonríe dándome a entender que me vio. Ignoro su saludo y sigo conversando con Ana.
No le conteste el último mensaje a Juanes. Me molesta que me ordene o me quiera mandar. No le pedí que me esperara a la salida de la escuela, ni mucho menos que me llevara. No lo necesito. Ese es su mayor problema. El cree que lo necesito, pero no es así, ya no.
No quiero darle el gusto de pensar que tiene alguna clase de "poder" sobre mí, así que quiero provocarlo. Me paro frente a la salida de la escuela, con Ana, a hablar de cosas tribales, nada importante. Desde mi punto de vista, alcanzo a visualizar a Juanes en su carro, ya está muy molesto ante mi decidida pérdida de tiempo. No me importa.
- ¿Qué tal un helado?... tu y yo en el parque, ya mismo. - Siento dos brazos que me rodean la cintura y sus palabras entrando directamente por mi oído derecho, es Adrián. Me atrae hacia el para finalmente abrazarme por la espalda.
- ¿Helado? ¿con este clima?... mmm yo creo que no- le respondo.
- Bueno si no es un helado entonces un café, donde tú quieras... ¿Qué dices?
No quiero, salir con él, tiene fama de ser un fuckboy, y se dé buena fuente, que al parecer me volví su nuevo objetivo militar. Levanto la mirada y noto que Juanes ha salido del carro y está muy enfadado, observando mi escena con Adrián. Me da satisfacción ver su cara de limón amargado porque lo estoy haciendo perder el tiempo, así que decido continuar usando a Adrián para mi venganza.
-Lo siento, hoy no puedo- le respondo girando mi cabeza hasta el punto de quedar cerca de su cara, específicamente de sus labios. El intenta "algo" pero inmediatamente giro mi mirada a Ana, evitando, lo que fuera que fuese pasar. Adrián se ríe de su frustración.
-La semana pasada dijiste lo mismo, y me prome...
Suena mi celular, es Juanes. Lo miro y en su rostro se puede visualizar la ira. En este momento es la "personificación de la ira".
Me suelto de las garras de Adrián – Ups... lo siento tengo que contestar- le respondo sarcásticamente, alejándome de él y Ana.
- ¿Hola?
- Te dije que no te demoraras, ¿Sabes cuánto tiempo llevo esperándote?
- ¿Acaso te dije que me esperaras? No. Si tienes mucha prisa vete, se llegar sola a la oficina.
- ¿Por qué te comportas así? Te estoy haciendo un favor, no puedo creer que me respondas así.
- ¡¿UN FAVOR?! Yo no recuerdo haberte pedido "un favor". Nunca te dije que me recogieras o que me llevaras a la oficina, tu decidiste por mí. Ahora debes saber que si me vas esperar, te atienes a las consecuencias, porque estoy hablando con mis amigos y si me quiero demorar pues lo voy a hacer, así que procésalo y supéralo.
No lo dejo responder y le cuelgo de lo enojada que estoy. Cuando vuelvo a la conversación con Ana y Adrián, están hablando de las actividades extracurriculares del colegio, segundos después escucho mi celular, me ha entrado un mensaje.
Si no sales en 5 segundos, voy a entrar, y te sacare
alzada si es necesario... Sabes que lo hare.
Ignoro su mensaje. Si sé que lo hará, pero al mismo tiempo no lo creo capaz, no con todos mirándonos. No quiero meterme en más problemas, así que me dispongo a salir, pero cuando estoy a punto de despedirme de Ana, siento como alguien tira de mi bolso fuertemente, me alza y me pone en sus hombros. No puedo creer que lo haya hecho.
- Disculpen, que tengan buen día- les dice a mis amigos despidiéndose de ellos.
- ¡OLLE, QUE TE PASA, ¡BAJAME YA! – Le grito mientras golpeo su espalda.
- Te advertí que esto iba pasar si no me hacías caso- responde mientras nos dirigimos a la salida del colegio.
Todos nos miran. Algunos se ríen y otros están simplemente sorprendidos por la escena. Yo me siento como un tomate. Siento que estoy roja de la vergüenza, así que me cubro la cara con mis manos. No quiero que me reconozcan, pero es inútil cuando la mitad del colegio usan la ropa que vendes y que está por todo Instagram.
Cuando llegamos al carro me baja con cuidado. Apenas lo hace le quito mi bolso y lo empujo con todas mis fuerzas- ¡ERES UN IDIOTA! - le grito, y me giro para irme a mi casa caminando.
- ¿A DONDE VAS? - me grita
Lo ignoro y sigo mi camino. Estoy muy avergonzada y enojada, hasta el punto de querer llorar. No puedo creer que me haya hecho pasar por eso enfrente de toda el colegio. Cada vez es más claro que no le importa nadie más que el mismo.
-Oye... ¿A dónde vas? - se acerca corriendo, sujetándome suavemente del brazo y hablándome cariñosamente.
- A un lugar donde no estés tu- le respondo, me suelto de su mano y sigo caminando.
- Perdón ¿Sí?, pero no me dejaste opción, te estabas demorando... y no podía soportar más verte en los brazos de ese hijo de...
Freno en seco en ese momento, esperando a que termine de hablar, mi corazón late fuerte, pero no se dé qué es exactamente: si de la escena bochornosa que paso hace 5 minutos o de lo que estoy esperando escuchar de Juanes.
- Además mi mamá te necesita. Sino fuera urgente, no hubiera venido hasta aquí a esperarte como un idiota. Tengo que llegar contigo a la oficina sino me meteré en problemas con ella, por no haberte llevado como ella ordeno.
Me decepciona saber que vino solamente porque Sofia se lo pidió, más no porque él lo hiciera por voluntad propia. Finalmente, suspiro e intento calmarme. Me giro devolviéndome hasta el carro, Juanes me abre la puerta delantera y me subo resignada.
En todo el camino no nos decimos nada. No ay tensión en el aire, pero si incomodidad. Miro los carros pasar por la ventana, y me pregunto cómo llegamos a este punto.
Pienso en "la situación" de Juanes y yo, y como todo cambio entre nosotros desde entonces. Celándonos el uno otro, viendo quien explota primero, quien hiere más al otro, el tratando de controlarme todo el tiempo y yo provocándolo. Es increíble como las cosas pueden cambiar en 2 meses, porque ese fue el tiempo que nos tomó para arruinarlo todo. No fue mi culpa. Fue de él. Solamente de él, de su posesividad, su narcisismo, su inseguridad, su... todo de él.
-Perdón- Dice finalmente e interrumpiendo mis pensamientos – No debí haber hecho eso... es que estaba muy enojado y ay momentos en los que no me puedo controlar y actuó por impulso.
-Juanes yo...- Me interrumpe el tono de mi celular.
- Argg no podemos estar tú y yo un segundo tranquilos- dice frustrado y enojado por la interrupción de mi llamada - ¿puedo saber quién es?
Miro mi celular, y puedo sentir de inmediato la tensión en mis hombros.
- Es Lucas- le respondo. Juanes me mira fijamente, está nervioso; evita mirarme a toda costa. Esta tenso y mira por los espejos del carro pretendiendo estar muy ocupado. Se estira y apaga la música del carro para que pueda contestar sin ninguna interrupción.
-Por favor... no le digas que estás conmigo, no quiero meterte en problemas por mi culpa y mucho menos quiero que te regañe solo porque estás conmigo – Me dice preocupado.
- Ok- le respondo.
Siempre he querido saber que ocurro entre ellos dos. Antes eran muy buenos amigos, pero de repente todo cambio. Ya no se hablaban, y cada vez que se veían, mi hermano lo ignoraba o le decía algo hiriente. Sin embargo, Juanes nunca respondía a sus insultos, al contrario, siempre agachaba la cabeza y aguantaba todo lo malo que viniera de Lucas.
Intento no pensar mucho en eso en este momento, mi mayor preocupación en este momento es Lucas. Cada vez que llama peleamos o uno de los dos sale llorando y específicamente no es el. Me lleno de valor y contesto.
- Hola, Lucas ¿Cómo estás?
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De Noruega, con amor.
Romance¿Sacrificarías tus sueños por las personas que amas? Alex, anhela ser la diseñadora de modas más reconocida del mundo, pero algunas "situaciones" de la vida, no le permitirán hacer realidad su sueño. Un concurso, dará vuelta a su fortuna y la llevar...