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Debido a mi cita de anoche con Ari, olvide mi primera clase en línea de la escuela. Me excuse con "la diferencia de horario y el jet lag", así que logre programar las tres horas de clase que perdí ayer para el día hoy, por lo tanto, hoy no tendré tres horas clase sino seis, más el examen de seguimiento. Hoy será un día largo, debo organizarme lo antes posible, por qué no he tenido tiempo para mis diseños y llamar a mis padres, por otro lado, no puedo descuidar las clases de la escuela o se volverá agotador.

Estoy más cómoda al darme cuenta que nos soy la única tomando clases en línea de la escuela. En la videollamada ay otras cuatro personas y la profesora que dicta una clase de contabilidad y finanzas. Intento mantenerme al tanto de la clase, pero me es imposible. No he dejado de mirar mi celular en espera de un mensaje o una llamada de Ari, pero ninguna de las dos ocurre y todavía no tengo la confianza suficiente para llamarlo.

***

Son las 11 de la noche y por fin finalizaron mis clases. Como es la primera semana de clases, mañana viernes no tendré que entregar trabajos. Miro el reloj dual de mi celular que marca la hora y la fecha actual de Oslo y Bogotá; en casa son las 4 de la tarde. Me arriesgo a llamar a mi papá, sabiendo que aún está en la oficina trabajando y que no me puede contestar. Un nudo se forma en mi garganta y mis ojos se humedecen al escuchar su voz.

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Todo el tema de Ari me ha tenido desenfocada del concurso y las clases de diseño de moda. Ya que no tengo deberes de la escuela, decido enfocar mi tarde en mis diseños, mañana revisaran nuestro progreso y no tengo nada, así que por lo menos quiero entregar algo decente y que no me permita (por lo menos por esta semana) perder mi puesto actual. La clase ayer (Colorimetría) y la de hoy (Composición e ilustración de modas) me resultaron agotadoras. Pude ver en acción las habilidades del diseño digital de Ruby y son increíbles. Recibió muchos elogios por parte de los maestros, que después tuve que traducir para ella.

Intento aplicar lo aprendido esta semana, pero no puedo dejar de mirar mi celular. Ayer fue una tortura, y pensé que lo superaría con el pasar de las horas, pero no pude. Cada notificación en mi celular me hace brincar de emoción mientras me decepciono al darme cuenta que no es el.

Busco el coraje y las palabras para poder escribirle, pero cada vez que escribo algo lo vuelvo a borrar. Finalmente, después de darle mil vueltas a mi celular, escribo algo:

Últimamente está haciendo frío... tal vez quieras tu bufanda de vuelta.

Y presiono enviar. Nunca pensé que sería yo la que buscaría una "estúpida excusa" para hablarle o mejor verlo. Me quedo esperando a que mi Whatsapp me indiqué su "visto" pero esto no ocurre con la rapidez que a me gustaría. La espera es peor que la de los pasados días. Miro la hora e intento justificar si demorado mensaje; tal vez está trabajando, o salió de la ciudad, pero no pierde nada con gastar 3 minutos en ver mi mensaje y contestar si es que lo quiere hacer.

Tomo mi celular y lo arrojo al otro lado de la habitación; enojada y resignada. Vuelvo al escritorio, retomando los borradores de mis diseños, pero estoy tan enojada que solo los arruino con un garabato que deja toda mi ira. Respiro profundo intentando clamarme, busco en mi Mac la opción de deshacer, borrando el garabato y volviendo al diseño original, mientras llego a la conclusión ene que solo fui un juego para él.

Finalmente logro empezar y cuando noto que el reloj marca las 8 de la noche, decido hacer una pausa para comer algo en el restaurante del hotel.

De vuelta en mi habitación, miro el trabajo final y me siento tranquila con el resultad. Me hubiera gustado poder hacer cambios más notables, pero me está costando más de lo que creí. Me costó mucho hacer los cambios justos al diseño original del New Look y ame el resultado, pero nunca llegar a prevenir el hecho de tener que mejorarlo. Espero que con el pasar de las clases puedo implementar métodos y técnicas más llamativas e importantes para poder ganar.

Cuando me dispongo irme a dormir, busco mi celular para programar la alarma. Me quedo paralizada ante el la notificación que se muestra en la pantalla... el respondió... hace 15 minutos; mientras estaba en el restaurante. Nerviosa, entro directamente en el mensaje y cuando estoy apunto de leerlo entra una llamada, es Ari.

Suelto mi celular ante su repentina vibración, y temblorosa lo vuelvo a tomar contestando lo más rápido que puedo.

- ¡Lo siento! Se me callo mi celular – respondo impulsivamente.

- ¿Qué?... – pregunta un Ari muy confundido - ... ¡Ah! Verdad... lo había olvidado, nuestro saludo es un "lo siento" ...entonces, lo siento, ¿Qué tal tu día? – Responde con un molesto tono de sarcasmo.

Suspiro algo molesto ante su respuesta y cuando la nota mi inconformismo responde – Hola.

- Hola – Respondo y un silencio incomodo se apodera de la llamada.

- Lamento mucho no poder contestar tu mensaje antes. Todo el día estuve en reuniones; pude leer tu mensaje y me estaba matando no poder contestarte...- Siento como un enorme peso cae de mis hombros y uno sonrisa aparece en mi rostro -... Esta vez el que se disculpa primero soy yo.

- Yo...- respondo nerviosa-... quería saber cómo estabas – respondo con algo duda mientras dejo entre ver que estoy feliz de escucharlo. Él se queda callado por unos segundos para después responder en tono burlón.

- Oye! El de las excusas soy yo y esa que usaste es buena... – sonrió ante su respuesta -... dime ¿tienes tiempo para mi mañana?

***

Ya en la sede principal de COUTURE Magazine, nos dirigimos hacia uno de los alones donde entregaremos los borradores y estos serán evaluados.

Cuando salimos, Ruby brinca frente a mí muy feliz – Amiga... es sábado, ¿A dónde iremos hoy?

- Ruby lo siento, pero ya tengo planes – respondo algo decepcionada.

- Que envidia no tener novio super guapo, super rico y super noruego... ¡Me has remplazado! – Responde en tono de burla y con algo de resentimiento.

-Primero que todo; no es mi novio, apenas lo conozco y segundo te prometo que mañana aremos lo que tú quieras. – Respondo intentando compensar su invitación.

- ¿Lo prometes?

- Lo prometo.

- ¿Y que se supone que voy a hacer en todo el día? Me pregunta frustrada.

Levanto la mirada y reconozco el auto de Ari que esta estacionado frente al edifico. Me giro rápidamente y veo a Joel acercarse mientras saca su cámara fotográfica de su maleta. Lo tomo del brazo, empujándolo hasta donde estamos nosotras llamando su atención.

- Joel, sal con Ruby. Cuídala por favor y llévala a lugares bonitos... ¡Adiós! – Respondo mientras me despido y me dirijo hasta el auto.

- ¡No te preocupes, yo me encargo! – me grita Joel mientras se despide de mí.

Miro a Ruby y veo como su cara se pone del color de su cabello... De nada amiga.

De Noruega, con amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora