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- ¿Te gusto la pastelería? – le pregunto a Ari, mientras bajamos por el ascensor. Estoy curiosa por saber su opinión.

- Es acogedora.... Me gusta – dice con una pequeña sonrisa en su rostro.

- En ese caso... bienvenido a Monterlude's Factory – digo con total satisfacción y Ari se frena en seco en su lugar algo aturdido. Me paro en medio de la puerta del ascensor, para evitar que las puertas se cierren y darle tiempo de que vuelva en sí.

- Quieres decir que esta es...- dice y yo asiento con mi cabeza. Finalmente sale del ascensor y toma mi mano mientras nos dirigimos a la salida de la pastelería-... ¿Por qué no me dijiste antes?

- Porque sabía que aquí podríamos hablar tranquilos sin que nos molestaran y no quería que te sintieras incomodo o nervioso por la posibilidad de encontrarnos con mi madre- suspira algo molesto.

- Bueno, en algún momento tendré que conocer a tus padres... tu madre y tu hermano no me preocupan, pero tu papá...- dice nervioso, y cuando estoy apunto de contestarle, veo la figura de mi madre parada frente a su oficina discutiendo con un hombre.

Cuando Ari la ve, inmediatamente siento como su mano se tensiona. Le sonrío intentando darle algo de calma, pero mi atención esta en ella y su discusión con el hombre. El luce enojado y el tono que usa no es para nada amable, entonces nos acercamos un poco y escuchamos su conversación.

- ¿Qué dice? – pregunta Ari. Su expresión es seria y fría en comparación a hace unos cuantos minutos.

- Cuando llegue de Noruega, Lucas me dijo que mi madre estaba pensando en abrir otro punto de venta... hablan de un negocio. Mi madre esta enojada por que él le prometió que le vendería el local y al parecer el solo se lo venderá si ella paga un 10% más por encima del precio original de venta.

- Dile al hombre que no van a comprar el local... dile que ustedes ya no están interesadas en comprarlo...- me ordena decidido y yo lo miro confundida-... confía en mí – me da un pequeño empujón y termino metida en la discusión.

- Hola, buenas noches... -digo nerviosa, y mi madre me mira sorprendida.

- Alex... Hola ¿Hace cuanto estas aquí?

- No hace mucho... mamá lo siento, pero tengo que decir algo...- miro nerviosa al hombre prepotente y le digo lo que Ari quiere que diga-... muchas gracias, pero no nos interesa su oferta.

El hombre se ha puesto pálido ante mi respuesta y mi madre también - ¡ALESSANDRA ROSSI! POR DIOS ¡¿PODRIAS EXPLICARME, QUE ES LO QUE ESTAS HACIENDO?! – Responde sumamente desconcertada.

Nerviosas y más confundida que ella le respondo – No lo sé...- y ella me mira con preocupación.

- Niña... si no sabes de negocios no interfieras – responde el hombre ofendido, entonces Ari se pone detrás de mí y me ordena...

- Dile que encontraron algo mejor que su oferta en una zona más exclusiva y aun mejor precio...

- Pero si tu eres...- dice mi madre cuando nota presencia de Ari. Lo escanea de arriba a abajo, sin poder creer lo que ven sus ojos y entonces sus mejillas sonrojan.

Él mira la carpeta que sostiene mi madre y le pregunta - ¿Puedo ver? – aún en estado de shock, mi madre le pasa la carpeta sin dudar. Ari la abre y revisa las fotos y los documentos.

- ¿Logras entender algo? – pregunto curiosa, pero el esta muy concentrado... esta faceta de Ari no la conocía.

Finalmente responde – los números no son tan difíciles de entender como las letras... dile al hombre lo que te he dicho – vuelve a insistir.

De Noruega, con amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora