-Tu estudio es muy encantador... tienes todo lo necesario, no solo para una costurera sino también para una diseñadora de modas – Dice Idina con elegancia y elocuencia mientras recorre mi estudio.
- Gracias, pero lo diseño mi padre- respondo.
- Bueno, al parecer tiene buen gusto - lanza inmediatamente una sonrisa de complicidad a mi padre, que espera en la entrada del estudio; el solo mantiene su postura autoritaria ante su comentario.
-Idina... podrías explicarme por favor ¿Qué está pasando con el concurso? – pregunto confundida por el anuncio dado hace tan solo unos minutos.
- Ganaste porque eres buena en lo que haces y por que OFCIALMENTE nunca renunciaste... Tu amiga nunca entrego tu carta de renuncia, por lo tanto, nunca existió una "renuncia oficial" de tu parte.
- No puedo aceptarlo...- respondo inmediatamente y ella me mira molesta-... no es justo para el resto de mis compañeros. Si ese es el caso, entonces Collette tiene el mismo derecho de participar aun habiendo renunciado...
- Es diferente...- me interrumpe Idina-... Collette renunció a mitad de camino, porque se cansó de seguir peleando. Pero tu peleaste hasta al final y nunca renunciaste... por como veo todo esto, tu amiga solo te hiso dos favores: el primero entregar el diseño por ti y el segundo... te dio una segunda oportunidad para que cumplas tus sueños y aprendas a tomar decisiones inteligentes ignorando tus impulsos...- dice con paciencia-... Toma esta oportunidad que te ha dado y aprovéchala. No desperdicies tu arduo trabajo en Noruega y tu talento.
Pienso en sus palabras y en todo el tiempo que dedique al concurso en Noruega y entonces soy interrumpida por el tono de mi celular. Lo busco en mis bolsillos y no lo encuentro, así que me asomo por el balcón que da a mi habitación y lo veo encima de mi cama.
- Un momento por favor – le digo a Idina mientras corro por las escaleras de mi habitación. Cuando llego a contestar, la llamada se corta. Busco el número en el registro de llamadas y noto que es a larga a distancia. La única deducción que tengo, es que probablemente fue Joel o Ruby.
Guardo el celular en el bolsillo de mi buso y subo de nuevo las escaleras, y me freno nen seco al escuchar la conversación que sostiene mi padre con Idina. Me agacho un poco, para que ellos no vean que los estoy espiando.
- ¿Sabias que Alex era mi hija? – le cuestiona mi padre con seriedad.
- No, no lo sabía...- responde con seguridad Idina-... cuando la vi por primera vez, creí que era similar a alguien que conocía. Solo cuando vi sus apellidos, me di cuenta que no era coincidencia, y lo confirme cuando vi un par de fotos de ustedes en su habitación...
¡¿QUE CARAJOS?!... ¿MI PADRE E IDINA SE CONOCEN?
- Intenté mantener mi distancia, pero no pude...- continua Idina algo nerviosa-... ella tiene mucho talento y no puedo negar que quería saber algo sobre ti.... cuando hablaba con ella y veía su rostro, era como si tu estuvieras frente a mi... definitivamente es tu hija; ella tiene tus ojos.
Dice y escucho la respuesta de mi padre que suelta una pequeña burla – lo se... Por algo, se ganó esa oportunidad de estudiar en Noruega... Dejarla ir fue muy tristes, pero me dolió más el saber que tenía novio- se queja y Idina se burla de su comentario.
- También desconfié de Ari al principio, pero confía en mi cuando te digo que ese chico vale la pena; el es un buen muchacho, educado y caballeroso y jamás le haría daño... tengo que aceptar que se parece mucho a ti- dice con algo de vergüenza.
- Si lo se y eso es lo que más molesta de todo...- dice mi padre resignado-... y si tu dices que ese chico es bueno entonces te creeré; confió en ti.
- Lucy... luce igual de hermosa que antes. Tu hijo mayor se parece mucho a ella...- hace una pausa y responde-... ¿Alonzo eres feliz?
Mi padre contesta sin dudar- Perfectamente feliz.
Después de un silencio con aires de nostalgia, Idina se apresura a contestar- Bueno, eso es lo único que me importaba; que fueras feliz, y ahora que me confirmas que lo eres, estoy más tranquila- comenta en paz.
- Nunca me disculpe contigo por lo ocurrido en aquella época...- se apresura a excusarse, pero ella lo interrumpe.
- No ay nada que disculpar Alonzo... Si lo nuestro no funciono, no fue porque tu o Lucy hicieron algo malo. Fue porque ya no sentías amor por mí, solo cariño y respeto. No podía obligarte a que me amaras de nuevo, solo podía dejarte ir. Te enamoraste profundamente de Lucy y nunca hubo nada de malo en ello, es más, me alegra que hubiera sido ella. Solo ella podría cuidar bien de ti y darte esta bella familia... yo jamás habría podido darte todo esto, en especial la parte de los hijos...- dice con sarcasmo-... los niños y yo, simplemente no nos llevamos bien- mi padre se ríe de su comentario.
- Gracias Idina... gracias por todo lo que hiciste por mí en esa época y por lo que hiciste ahora; cuidaste desinteresadamente de mi hija en ese viaje... aún cuando no lo quieras aceptar... y estaré en deuda contigo por siempre – el tono de mi padre es de total agradecimiento.
- Cuando lo nuestro acabo, te deje en claro que podías contar conmigo incondicionalmente, y a pesar de que las circunstancias nos alejaron, esa oferta nunca cambio y nunca cambiara. Seguirá estando vigente mientras siga considerando a tu esposa y a ti como mis amigos. Se que mi presencia incomoda a Lucy, pero no vine aquí a ser una piedra en el zapato de su matrimonio. Vine con un par de regalos para Alex, darle la noticia y hacerle una propuesta.
- Hay cosas que tendrás que hablarlas directamente con Lucy, como su relación. Pero por mi parte eres mi amiga y me alegra que estés aquí... por otro lado quería pedirte un favor- dice preocupado mi padre.
- Te escucho – responde atentamente Idina.
- Este nuevo camino que se le presento a Alex... me preocupa que sea demasiado para ella. Es fuerte y sé que puede manejar cualquier cosa, pero me aterra pensar que esa "grandeza" de la que hablaste antes, al final la consuma y pueda terminar mal. Ella no suele pedir ayuda; cree que ella puede hacer todo por su cuenta y lo que paso en los últimos días de su viaje, es la prueba de lo frágil que puede llegar a ser ante los problemas...
- Alonzo, ve al punto por favor...- le interrumpe Idina con impaciencia.
- Se que es mucho pedir, pero por favor cuida de mi hija... Pude notar que ella confía en ti, y Lucy y yo te conocemos y sabemos que podemos confiar en ti... Lucy confió en Ari para que cuidara de Alex en Noruega, y yo quiero hacer lo mismo contigo; quiero confiarte la seguridad de mi hija, en esta nueva etapa de su vida, en la que sé que como padres no podemos hacer mucho...- dice preocupado.
- Tu hija es igual de testaruda que tu esposa... incluso más testaruda que ella ¿Qué te hace creer que me escuchara? - le cuestiona Idina.
- Lo hará... ella confía en ti. De no ser así, entonces ¿Por qué estarías parada aquí en su estudió? ella no deja entrar a nadie...incluso a su mejor amiga y a nosotros que somos sus padres; en nuestra propia casa, debemos golpear la puerta para poder entrar – intento contener mi risa ante su comentario.
- Ok... en ese caso, te prometo que daré lo mejor de mi para cuidar de ella... solo hasta donde ella me lo permita.
- Gracias...- responde aliviado-... No quiero ser muy entrometido, pero ¿puedo saber a que va la propuesta que le vienes a hacer a Alex?
- Quiero que trabaje conmigo- responde sin dudar y mi me mente queda en blanco. ¿Trabajar para Idina? Es decir, ay mas personas calificadas y con más experiencia ¿Por qué yo?
Decido dejar de espiar su conversación y termino de subir las escaleras – Finalmente llegaste... Debes arreglarte por que saldremos a M&A Entretaiment. En el camino hablaremos de cómo te serán entregados lo premios del concurso y como funcionara todo lo relacionado con tus estudios y tu oportunidad de trabajar con la casa de modas de tu elección – dice mientras yo me apresuro en cambiar mi ropa.
ESTÁS LEYENDO
De Noruega, con amor.
Romance¿Sacrificarías tus sueños por las personas que amas? Alex, anhela ser la diseñadora de modas más reconocida del mundo, pero algunas "situaciones" de la vida, no le permitirán hacer realidad su sueño. Un concurso, dará vuelta a su fortuna y la llevar...