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En mi habitación, analizo una y otra vez las flores y la tarjeta:

"Mi ángel salvador... por favor concédeme una taza de café para agradecerte por haber salvado mi empleo. Si aceptas envíame un mensaje o una llamada al número de la tarjeta. Iré a donde tú quieras."

Ari Christensen

Mi corazón late con rapidez al pensar en lo guapo que es, en su imponente y elegante presencia, pero sobre todo en su profunda mirada. No sé si aceptar o no su invitación. Por un lado, la intriga y curiosidad que tengo por este hombre me invade cada segundo que pienso en él, pero, por otro lado, tengo muchas cosas por hacer, las escuela, los rediseños de mis dibujos, ni siquiera he tenido tiempo de llamar apropiadamente a mis padres, solo he hablado con ellos por Whatsapp.

Giro la tarjeta en mis manos una y otra vez pensando que debo hacer. No vine a Noruega a conocer chicos, después de lo Juanes es lo que menos quiero hacer. Pero el... su presencia y sus ojos me han tenido hipnotizada desde nuestro primer encuentro y no he podido sacármelos de la cabeza.

Solo quiere un café... no es que me esté pidiendo matrimonio. Voy, me tomo un café con él y vuelvo al hotel. ¿Qué puede salir mal? No va a pasar nada que yo no quiera y lo único que quiero es dejar algunas cosas en claro conmigo misma y cerrar este capítulo, para continuar enfocada en lo que vine a hacer.

Tomo mi celular, agrego su número a mis contactos, y sonrío al textear en Whatsapp, el mensaje con el que planeo romper el hielo:

"Hola... Gracias por las flores, son hermosas... aunque prefiero las peonias rosadas, son mis favoritas al igual que el americano frio y el té de frutos rojos..."

***

Esta, mañana tuvimos clases de costura y patronaje. A pesar de que ya sabía sobre el tema, pude aprender algunas cosas que no sabía antes, también pude ayudar a Ruby con ello. Fue muy divertido ayudarla, me recordó a cuando estaba aprendiendo por mi cuenta, la diferencia es que Ruby aprende muy rápido, espero que aprenda igual de rápido en sus nuevas clases de inglés.

Por otro lado, la persistencia e insistencia de mi nueva amiga, me sorprendieron mucho. Era más que obvio que desde que vio las flores quería saber todo acerca del remitente, así que, para calmarla un poco, tuve que contarle sobre Ari.

Cuando veníamos de camino al hotel, vi un hermoso café estilo vintage a 5 cuadras del hotel. Busqué el nombre por internet y encontré la dirección. Priscilla me indico como llegar allí por mi cuenta y también le envié la dirección a Ari. Quedamos en vernos a eso de las 2:00 de la tarde.

***

Cruzo la puerta del café a eso de las 1:50 de la tarde. Me asegure de llegar unos minutos antes, ya que es mi primera vez saliendo sola por las calles de Oslo. Por más que el café estuviera cera del hotel, nada me aseguraba la posibilidad de no perderme, y quería asegurarme de tener tiempo de sobra en caso de que eso llegase a ocurrir.

El café es al aire libre. Es muy hermoso, tiene un estilo muy europeo; ingles... creo que siglo XIX. Hay muchas flores, algunas fuentes de mármol y las sillas y las mesas son muy elegantes y antiguas. Saco mi celular para tomar algunas fotos y subir otras a mi Instagram, cuando una de las meseras se acerca a mí. Algo me dice en noruego, pero no sé qué es. Mi mente se pone en blanco y entro en pánico. Ella me mira expectante de mi respuesta y yo estoy bloqueada en mi lugar sin saber que hablar.

- Mis padres me enseñaron que un verdadero caballero, llega antes que la dama y la espera pacientemente. En este momento me siento como un idiota. – Interrumpe Ari, mientras cruza la puerta del café. Mira a la mesera (quien se ha ruborizado con la presencia de él) y le dice algo en noruego, que de nuevo me es imposible entender. Finamente mi mira y me sonríe mientras se dirige hacia mí.

De Noruega, con amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora