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Escucho que alguien golpea la puerta de mi habitación, pero cuando no obtienen repuesta de mi parte entran. Es mi familia, encabezada por mi madre que trae una bandeja con un sándwich de jamón y queso, unas cuantas fresas y jugo de naranja.

- Cielo... llevas dos días encerrada en tu habitación. No has comido ni bebido nada. Y eso sin contar los días posteriores. Estoy muy preocupada... por favor come algo.

Me levanto de mi cama con la cara y mis ojos sumamente inflamados de tanto llorar. Me acomodo y le lanzo una sonrisa falsa, intentando clamar su preocupación. Ella sea cerca con la bandeja y la deja en mi regazo. Antes abría sentido nauseas de la comida, pero ahora que la veo, empiezo a sentir un poco de hambre.

Tomo una a una las fresa y me las comienzo a comer mientras mi padre entra y se sienta en las escaleras que conducen al estudio. Lucas se sienta en el escritorio y Vía en mi tocador.

- No comas tan rápido... te vas a enfermar- me previene mi mamá y yo disminuyo la velocidad. Mientras como, un silencio sombrío se apodera de mi habitación el cual es roto por el primer comentario de mi padre.

- Necesitamos entender lo ocurrido el sábado Alex...- dice algo enojado-...Pero en especial necesito saber, en que momento mi familia se empezó a hundir, por culpa de los secretos y las mentiras...- dice aún enojado... peor, decepcionado.

Suspiro y respondo nerviosa- No puedo decírtelo.

- ¿Por qué no, Alex? Todos esos secretos te están matando de a poco y nosotros sufrimos al verlo... ¿No quieres ser libre de todo eso? – sermonea mi madre.

- Porque la historia es más larga de lo que ustedes creen y no solo me involucra a mí, sino también...- me detengo y miro a Lucas que agacha su mirada nervioso-... lo siento, no puedo- finalizo.

- Alex no quería hacer esto, pero me has dejado sin opción...- me amenaza mi padre que ha puesto su vista fija en mi-... El sábado dijiste que paso algo hace dos años entre tu y Juan Esteban. Quiero saber... no, EXIJO saber que paso... Solo así lograremos saber cómo llegamos a este punto ¿Verdad? – me ordena y con miedo respondo:

- Papá... siempre te he escuchado y obedecido. Incluso más que a mamá, pero no puedo...

- Alex...- me interrumpe Lucas que finalmente me mira-... Diles. No te preocupes por mí. Papá tiene razón, no más secretos... no más mentiras- responde decidido. Via se acerca y toma su mano en señal de apoyo.

- ¿Estas seguro?- le cuestiono preocupada. El asiente con una pequeña sonrisa y añade:

- Llego el momento de afrontarlo... estamos juntos en esto hermana- sus palabras me dan ánimo. En eso, una silueta conocida se para en la puerta de mi habitación, es Sofia que tiene un aspecto terrible.

- Yo también quiero saberlo... -añade decepcionada-...Quiero saber en que momento, fui tan ciega para no darme cuenta de todo el daño que estaba causando mi hijo a esta familia.

La miro unos segundos y puedo sentir su rabia y su decepción. No conmigo sino cuan Juan Esteban. Ella siempre creyó que el era perfecto y feliz, al contrario de lo que percibía de nosotros. El sábado, finalmente se cayo la mascara de Juan Esteban. Es entendible que Sofia quiera entender y conocer la verdadera cara de su hijo.

Le devuelvo la bandeja a mi madre y me levanto de la cama. Camino hasta mi librero e intento moverlo, pero me siento muy débil para hacerlo- Lucas ¿Podrías ayudarme por favor? – me rindo y el me ayuda a correr el mueble.

Cuando lo hace se aleja y yo levanto la pequeña baldosa blanca que cubría celosamente el librero. Del hoyo saco dos memorias USB; una la guarde hace un par de días. Contiene el video de Ari, Violette y Juan Esteban. Y la otra tiene el video de Juan Esteban y Fer. Cuando me incorporo miro los rostros sorprendidos de mis padres que no dan crédito del escondite secreto de mi habitación.

De Noruega, con amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora