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Desde que supe de  la partida de Juanes, no he hecho nada más que llorar. Mis días se han reducido a ir a la escuela, volver a casa y acostarme en mi cama a llorar, incluso cerré temporalmente la página de Instagram. No he tenido humor de nada ni siquiera de seguir con el concurso.

Siempre creí que Juanes tenía solo ojos para mí, y el que se haya ido para Nueva York con su nueva novia sin decirme nada, solo me dice que ya se olvidó de mí.

Cada vez que pienso en él y en la idea de que esta con otra mujer, me retuerce el corazón, enfureciéndome hasta el punto de llorar; mis ojos están muy inflamados y creo que he bajado algo de peso ya que no he tenido apetito. La puerta de mi cuarto tiene seguro, no quiero que mis padres me vean en este estado. Escucho que golpean.

- ¿Alex? ...- es papá -... ¿estas bien?... ábreme, déjame entrar por favor. - Se escucha muy preocupado.

- Papá, por favor... ahora no, quiero estar sola. – aclaro mi garganta e intento responder, no quiero que sepa que estoy llorando.

- Bueno hija, sucede que en esta casa ay reglas y sabes que no puedes ponerle seguro a la puerta. – Responde cariñosamente. Se que no está enojado, está muy preocupado por mí y mi comportamiento de estos últimos días y sé que lo que me dice es su ultimo recurso para intentar llegar a mí.

Me levanto y corro hasta el espejo. Me limpio mis lagrimas e intento arregla el "desastre" de mi cara. Pero es inevitable, la inflamación de mis ojos y el color rojizo de mis mejillas y mi nariz son muy visibles. Corro hasta la puerta, tomo aire, le quito el seguro y lo dejo entrar. Me giro rápidamente para evitar mirarlos a los ojos.

- Lo siento- digo dándole a espalda y fingiendo que todo está bien. Camino hasta mi escritorio y prendo la Mac, con la intención de hacerle creer que estoy haciendo algo importante. De repente siento que jala mi silla, conmigo todavía en ella, llevándome hasta la cama donde él se sienta, poniéndome frente a él.

Suspira - Ok... ¿Qué pasa? – Pregunta atentamente y con preocupación.

- Nada. - respondo con una sonrisa falsa en mi rostro.

- Alex, tal vez creas que tu mamá es la única que te conoce, pero qué crees... yo te conozco mejor que nadie en este mundo, y sé que algo pasa... tus ojos me lo dicen... por favor, confía en mi hija... ¿Qué pasa?

Miro su rostro y no puedo aguantar más. Siento como el nudo en mi garganta se vuelve a formar, ya se ha vuelto en una sensación conocida. Agacho la mirada y no puedo evitar llorar. Me agobian muchas ideas en mi mente y en mi corazón que gritan por salir. No he tenido claridad de nada, me siento perdida y necesito que alguien me de las respuestas que busco.

- ¿Papá que está mal conmigo?... - digo mientras siento como mi llanto se intensifica más y mis lagrimas aumentan -... No logro entender nada, no importa cuánto lo intente, las personas solo se alejan y me lastiman ¿Es que no valgo nada? ¿Mis sentimientos no importan?

Me mira fijamente y puedo notar como su preocupación aumenta. Se estira y me abraza. Puedo sentir su dolor en mi cuerpo y sé que el siente mi desesperación. Me aleja de el para tomar mi cara en sus manos y así limpiar mis lágrimas.

- ¡CLARO QUE IMPORTAN! TODO DE TI IMPORTA... No vuelvas decir que no vales nada, porque si lo vales todo... - siento dolor en sus palabras y eso me lastima a mí. No quería que me viera en este estado. -... ¿Todo esto es por Juan Esteban? – Pregunta y el tono de su voz a cambiado, es serio y puedo sentir algo de enojo en él, pero no puedo negar la verdad en su comentario y él tampoco puede evitar su reacción. Esta muy enojado.

- Escucha... nunca he entendido la clase de "relación" que llevas con él, así como no he logrado entender cómo es que la amistad entre Lucas y Juan Esteban acabó de la noche a la mañana, lo cierto es que él no me agrada y nunca me agradara... de hecho debes saber que nunca me agradaran los chicos que quieran estar siquiera cerca de ti, eres mi bebe y solo debes tener ojos para mí...- dice en tono burlón intentando subirme el ánimo y haciéndome soltar una sonrisa en el intento.

-... Entiendo las cosas que el ha hecho por ti, pero eso no le da ningún derecho de pasar por encima de tus sentimientos como si nada hubiera pasado y lastimarte de este modo. Todo de ti vale: tus ideas, tu opinión, tus pensamientos, tus sentimientos y "tu" físicamente vales, y si él no es capaz de ver tus maravillosas cualidades y valorarte con tus defectos, no es el indicado.

Siento como mi corazón se rompe de nuevo ante la veracidad de sus palabras. Si yo le hubiera importado un poco a Juanes, se habría tomado la molestia de decirme que se iría, o de decirme que había alguien más, o de aclarar la extraña situación en la que estamos. Pero no lo hizo. Solo se fue sin decir nada. Todos sabían que se había ido menos yo, me hizo ver como una estúpida mientras esperaba una llamada que jamás llegaría.

- Se qué crees que es tu culpa... - Continua -...pero no lo es. Así como él no va a ser el único chico que conozcas... desafortunadamente. Pero el día que conozcas al indicado, él se preocupará por tu opinión y tus sentimientos, solo tendrá ojos para ti y le hará saber al mundo tu valor y lo importante que eres para el en su mundo. En ese momento sabrás que es el indicado para ti y que Juan Esteban se ha quedado en el pasado.

- ¿Crees que podre encontrar a alguien así... alguien que logre que vuelva a creer en el amor? - le preguntó confundida.

Suspira y puedo notar algo de duda en su rostro. Lo cierto de todo esto, es que el futuro es incierto y nada está escrito todavía.

- No lo sé amor. Ni si quiera puedo decirte que pasara mañana por que no lo se. Lo que si se, es que aparezca o no esa persona, lo superaras. No conozco a una mujer más fuerte, valiente y decidida que tú y sé que este es solo un obstáculo más que la vida te pone y tú eres muy buena superando esos obstáculos. Logras todo lo que te propones y sea lo que sea que tengas planeado para ti lo lograras y no dejaras que nada ni nadie se interponga en ello, ni siquiera ese tal Juan Esteban, que, por cierto, a partir de hoy tiene prohibida la entrada a casa. – Dice algo enojado.

- Papá... por favor. – Le digo en un tono burlón ante su comentario.

- ¡Es en serio!... - responde, enserio está enojado – No me importa si es el ahijado de tu mamá o el hijo del presidente, tendrá suerte si siquiera logra llegar a la sala.

Me preocupa un poco la seriedad de su comentario. Espero que con el pasar de los días se le pase el enojo. Estoy más clamada y puedo sentir como los sentimientos que agobiaban a mi mente y a mi corazón antes desaparecen. Lo miro a los ojos riéndome de la expresión que tiene en su rostro, como resultado de la idea de volver a ver a Junes en la casa.

- Papá...

- ¿Qué pasa?

- Te amo... Se que lidiar con una hija no es fácil y escucharme debió haber sido peor, pero cada palabra que dijiste es importante para mí. Gracias y te amo.

- Tenerte como hija ha sido la aventura más desafiante de mi vida, y si tuviera la oportunidad de volver a vivirla lo haría. Le pediría a la vida que te volviera a enviar a mi como mi hija una y mil veces más... ¡SOY CELOSO! Y no quiero que otro te tenga como hija, eres mi bebe y de nadie más.

Me rio ante la dulzura de su comentario. Me levanto de la silla y me lanzo a sus brazos. Lo cierto es que yo no quiero otro papá, al igual que mi papá, si la vida me diera la oportunidad de escoger lo escogería a él, a mi mamá y hasta Lucas, porque a pesar de las peleas y la imperfección de nuestra familia nunca nos ha faltado amor.

- Creo que me vas a dejar de amar- Dice mi papá alejándome de él y evitando mi mirada.

- Por qué dices eso, yo siempre te voy amar – respondo confundida por su comentario.

- ¿Incluso si tienes novio?

- ¡OBVIO! – respondo algo enojada por su comentario. Me mira y noto duda y preocupación en su mirada.

- Aun así, creo que ya no me vas amar, por lo que estoy apunto a de decirte.

- No importa lo que me digas, mi amor por ti no va a cambiar en absoluto – Le digo intentando calmar su preocupado corazón de padre.

- ¿Me lo prometes? Si lo prometes dame un beso aquí – pregunta y me señala su mejilla. Me rio, pero puedo darme cuenta que su pregunta va enserio. Que tan grave es lo que tiene que decirme para que me haga jurar mi amor hacia él.

Me estiro y le doy un tierno beso en su mejilla para después decir – Lo prometo.

Suspira – Ok... bueno,mejor ahora que nunca... Lucas adelantó su viaje. Llega a casa en una semana.

De Noruega, con amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora