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Nos levantamos temprano con Ruby para buscar una mesa libre en el restaurante. Llevo en mi bolsa la bufanda de Ari, por si algún momento del día se vuelve el adecuado para dársela.

Mientras esperamos la llegada de Joel y Ari, trabajamos en los diseños, pero soy interrumpida cuando me es arrebatado de mi mano, mi lápiz digital. Me giro rápidamente para ver quien lo hache y Juan Esteban da un par de pasos atrás, mientras me muestra mi lápiz y me reta a seguirlo.

Enojada me levanto de mi silla tentada a seguirlo, pero Ruby me detiene – No lo hagas... no caigas en su juego es lo que él quiere – Contengo mi impulso y vuelvo a sentarme en mi puesto mientras Ruby busca en su bolso un de sus lápices digitales para prestármelo. Me calmo cuando noto que el lápiz que me presta es compatible con mi Mac, así que decido ignorar el mal momento y seguir con mi trabajo.

- ¿Por qué no has llamado a mi madre? – dice Juan Esteban mientras se sienta en una de las sillas libres de nuestra mesa. Miro de reojo y juega con mi lápiz en sus manos provocándome mientras me mira esperando mi respuesta. Sin embargo, hago caso a las palabras de Ruby y sigo ignorándolo.

- Ok... entonces quieres jugar a esto...- dice enojado; sigue retándome, al no obtener una respuesta de mi boca-... entonces veremos la reacción de tu novio cuando llegue y me vea desayunando contigo, por qué no me iré hasta que me contestes... ¡ah! y ni creas que te devolveré esto – dice mientras me muestra molestamente mi lápiz y se acomoda en la silla.

Escucho suspirar a Ruby de frustración y no puedo evitar sentirme de la misma forma. En ese momento la pantalla de mi celular se ilumina avisándome de un mensaje entrante, es Ari.

Acabo de encontrarme con Joel, llegaremos en 3 minutos.

No desayunes sin mi...

Te quiero mi ángel.

Mi frustración aumenta con solo imaginar los problemas que abran cuando Ari llegue y vea Juan Esteban. Levanto mi mirada y veo como Ruby hace un leve movimiento con su cabeza. Me giro en la dirección señala y veo una mesa vacía a unos cuantos metros de nosotras.

Ruby se levanta de su asiento, le informa al mesero sobre nuestro cambio de mesa y ambas tomamos nuestras cosas para cambiar de mesa antes de que lleguen los chicos. Noto como Juan Esteban se comienza a enojar con mi decisión y cuando estoy apunto de irme me agarra de uno de mis brazos fuertemente. Me giro en rección a su agarre y me suelto violentamente. Veo como mi reacción lo sorprende.

-No me vuelvas a tocar – le digo entre dientes, dejando salir toda mi frustración y lanzándole una mirada fría y llena de ira.

- ¿Por qué? ¿Qué vas a hacer? – me desafía – me mandaras a tu noviecito a que me golpee – responde y el recelo y la ira son notables en su comentario.

Lo vuelvo a ignorar y cuando estoy apunto de irme vuelve a llamar mi atención – Oye... como te vas sin esto... - dice mientras me intenta irritar con mi lápiz digital-... tal vez es por que no lo necesitas...- concluye mientras estrella mi lápiz contra el suelo con todas sus fuerzas.

Jalo a Ruby de un brazo, lo más rápido que puedo, intentando alejarla de cualquiera de las partes que han salido a volar del lápiz destrozado. Esta asustada por la reacción violenta de Juanes y yo sigo intentado no perder control ante su provocación. Noto que me mira desafiante, esperando mi reacción ante la violenta escena.

Conozco a Juan Esteban. Se lo que quiere y no estoy dispuesta a darle el gusto. Le respondo con una mirada fría y vacía, agarro la mano de amiga y me limito a darle la espalda a toda la vergonzosa escena que miran los otros huéspedes y los meseros.

De Noruega, con amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora