¿Por qué? (Fred Weasley)

16. Pero si me importas

Fred POV

La vi allí tan tranquila besando al idiota de Wood, lo que sentí nunca antes lo había sentido, no sabia que me pasaba una furia se formo en mi cegandome de todo pensamiento cueherente.

Me levanté de la mesa camine hasta Jill, la tome fuertemente del brazo y la saque del lugar casi a rastras. En ese momento no me importaba nada, ni los gritos de ella, ni las miradas de la gente y tampoco estarla lastimando físicamente, solo eramos mi furia y yo.

Caminé hasta el castillo, entramos y me dirigí a mi sala común para ir a mi habitación.

Cuando abrí la puerta, metí de un movimiento brusco a Jill en esta haciendo que casi caiga al suelo.

Tenía que sacar toda esa frustración y enojo que ella creo en mí y solo pensaba en hacerlo con ella, con la culpable. 

- de rodillas - le ordene 

Ella no se movió ni un centímetro 

- DE RODILLAS, ¿QUE NO ESCUCHAS? - le grité haciendo que pegue un salto del susto y la obligue a arrodillarse ante mi

Y  allí la tenía, de nuevo para mí, lejos de cualquier hombre

Empecé a quitarme la camisa frente a ella y agacho la cabeza para no verme, se veía tan bonita, tan sumisa, tan a mi disposición y tan para mi.

- Mírame - la tome del mentón con delicadeza y levante su cara para que me viera…

Merlin, esos ojos me tenían atrapado 

Comencé a desabrocharme el cinturón mientras la veía a los ojos y allí me di cuenta…

Jill no quería estar aquí, no quería hacer lo que yo quería que hiciera…
 
Ella tenía miedo, miedo de mí, sus ojos estaban llorosos, MIERDA, ¿que acabo de hacer?, le he vuelto a gritar, la he asustado, lastimado y casi la obligó a pagar por mis celos. 

La tomé por ambos brazos y la levanté con delicadeza, ella se tenso ante mi tacto… 

Esta no es la manera de tenerla, ella no se merece esto.

La abrace y ella empezó a llorar 

- Ya, sh sh sh, tranquila bonita - la abrace con suma delicadeza y acariciaba su cabello - Perdon por asustarte, lo siento tanto bonita, de verdad no se que me paso - deje un beso en su cabeza. 

Ella se separo de mi, limpio sus lagrimas y camino a la puerta pero antes de salir me miro 

- No te me vuelvas a acercar, Fred - dijo de una manera tan segura - por favor 

Sus palabras me robaron el alma 

- No, bonita, escúchame - me quise acercar a ella 

- Fred, basta, no te acerques, no te quiero escuchar, no tiene caso - dijo mirándome a los ojos 

- Si, si lo tiene, por favor Ji, escuchame - suplique 

Estaba dispuesto a confesarle todo lo que sentía por ella.

- ¿Para que, Fred, para que me folles, tratarme como si te importara y luego echarme de tu habitación?, no, gracias, no quiero ser una más en tu cama, no quiero ser una de tus zorras - me miro con enojo 

Pero si me importas

- No, no quiero eso - ahora era yo el que bajo la mirada 

- ¿entonces? - me busco la mirada 

- Nada, ya vete - dije dando la vuelta para dirigirme al baño 

Carajo, porque soy tan cobarde.

- Eso creí - la escuche salir de mi habitación 

Mierda, así me sentía, como pude ser tan idiota, como pude tratarla de esa manera. 

Ahora si la perdiste, genio