104. De esta manera pt. 2

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Narrador omnisciente

– Que buena chica eres, tan dispuesta a mí – dijo Fred con una enorme sonrisa

Estilo de la falda hacia para poderse desprender del cuerpo de la chica frente a él. Una vez la dejó solo bragas comenzó a dejar besos húmedos desde el interior de su tobillo y fue subiendo cuando llegó a la altura de la zona pélvica de Jill comenzó a succionar la piel de la castaña dejando su piel morada y roja.

El pelirrojo llevó sus manos a los laterales de la ropa interior de la castaña y se dispuso a bajarlas lentamente desesperando a su paso a Jill.

– Por favor – dijo la chica en un susurro suplicante

– ¿Qué es lo que quieres, linda? – preguntó Fred jugando con el sensible botón de carne entre las piernas de Jill

– A ti – contestó jadeando ante el tacto de las manos frías del pelirrojo

– Como tu mandes – justo en ese momento se inclinó y comenzó a jugar con su boca y lengua en el sexo de la castaña

Fred pasaba su lengua del clítoris de Jill a su entrada volviéndola loca.

– Fre...eed – dijo Jill en un gemido

El pelirrojo introdujo sus dedos en ella haciéndola soltar un leve grito, estuvo un rato trabajando en esa zona de Jill hasta que la hizo correrse.

Todo el cuerpo de Jill tenía espasmos gracias a su reciente orgasmo, Fred absorbió todos los jugos de la castaña y después se levantó sobre sus rodillas para observar a la debajo de él.

– ¿Esta lista, amor? – preguntó el pelirrojo

Jill asintió e inocentemente se mordió el labio inferior haciendo que algo en el chico frente a ella se encendiera más de lo ya estaba.

Si Fred antes pensaba tener compasión de ella con esa simple acción decidió no tenerla, él quería arruinarla en la cama, hacerla suya de todas las maneras posibles, ser duro con ella porque tal y como lo dijo, espero tanto tiempo para volver a tenerla.

El pelirrojo se posicionó entre las piernas de Ji, pasó la punta de su miembro a lo largo de intimidad de la castaña para después comenzar a entrar lentamente.

Jill dejó salir un ligero gemido ante el nuevo intruso dentro de su cuerpo, Fred se quedó quieto esperando a que ella se adaptara a su tamaño.

El pelirrojo se sentía tan bien por estar nuevamente dentro de ella, era tan cálido, húmedo y apretado que creía que en cualquier momento se volvería loco.

La chica debajo de él comenzó a mover las caderas en busca de más fricción y enviando la señal al pelirrojo de que ya podía moverse.

Fred comenzó a moverse lento y despacio haciendo jadear a Jill.

– Fre Ed, máAas... d... duro por favor – dijo la castaña entre gemidos y suspiros

– Créeme preciosa, te voy a dar tan duro que mañana no podrás ni levantarte de esta cama...

Fred aferró una de sus manos al cuello de la chica y aumentó la fuerza de sus movimientos observando lo que para él era una obra de arte pues tenía a Jill con los labios entreabiertos soltando gemidos y mirándolo con esa dulce mirada que a él le encantaba, las ceja levantadas y juntas en señal de que ella estaba disfrutando de este momento tanto como él.

Estuvo un buen rato entrando y saliendo de Jill hasta que ella pidió cambiar de posición. Ahora ella estaba en cuatro y Fred detrás de ella enterrado en su interior con una mano aferrada en sus caderas y la otra enredada en el cabello castaño de la chica.

Jill soltaba suspiros y gemidos obscenos, amaba tener a Fred para ella, amaba tenerlo en su interior y lo disfrutaba tanto, disfrutaba tanto de su rudeza, lo dominante que era, de cómo la hacía sentir que se sentía tan cerca del paraíso.

– Fr... Fred – gimió la castaña – es... toy llegan... do –

Fred aumentó la fuerza y velocidad, llevó una de sus manos hasta el clítoris de la chicas y comenzó a masajear.

– Correte para mi nena, no lo aguantes – dijo entre jadeos el pelirrojo

Como si Jill estuviera esperando esas palabras su orgasmo la golpeó haciendo la temblar entre los brazos de Fred.

El chico sintió como el interior de ella se apretaba más y eso lo hizo también tener su apreciado orgasmo descargando dentro de ella.

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora