¿Por qué? (Fred Weasley)

56. No es parte de mi vida

Nora POV

Desperté gracias a un gorjeo de ave, volteé a la ventana vi a la lechuza de Jill, me levanté de golpe, abrí la ventana, agarre la carta y la deje entrar para que descansara un poco.

Abrí la carta y leí que era para las tres, decidí esperar para que Viv y Erika despertaran, últimamente Eri ha estado durmiendo en la cama que era de Ji.

Entre al baño para darme un baño y arreglarme para las clases, cuando salí vi que Eri y Viv ya estaban despiertas.

– Oigan, recibí una carta – levanté la carta – Es de Jill – volví a desdoblarla

– ¿Qué dice? – hablaron al unísono

Comencé a leerla en voz alta, terminé de leerla y mira a las chicas

– El próximo fin de semana tenemos ida a Hogsmeade, podemos aparecer en el callejón – hablo Eri

– ¿Por qué no querrá saber nada de Fred? – dijo Viv dudosa

– No lo sé, pero opino que por lo menos hay que decirle que ella está bien, ¿lo han visto?, se ve muy mal – dijo Eri

– Pero Jill...– Eri me interrumpió

– Si, pero él se merece saber que ella está bien, ustedes no lo han visto, realmente está mal, al menos solo decirle que está sana – explicó – después no le diremos nada más sobre ella, lo juro – levantó la mano derecha.

– Esta bien, pero solo eso y ni una palabra más, ahora vayan a arreglarse que llegamos tarde a clases

Fred POV

Entre al gran comedor, por instinto volteé a la mesa de hufflepuff, bajé la mirada al recordar que ella ya no estaba más aquí, que ya no esta más en mi vida.

Fui a donde George y me senté a su lado, como todas las mañanas desde que regresamos Eri estaba a su lado.

– Hola – salude con un hilo de voz

Mire la comida asqueado, no tenía hambre, la verdad hace tiempo que deje de tener hambre aparte de que últimamente me he sentido con náuseas y estaoy mucho más cansado de lo normal, me sentía raro, supongo que es por lo mismo que no me alimento como es debido. Deje de estar presente, me apague, ella se fue dejándome roto, se llevó mi corazón y todo de mi pero lo peor es que yo era el culpable de eso, yo la obligue a irse.

– Fred – volteé a ver a la pelinegra al lado de mi hermano – hay algo que tengo que decirte – asentí motivándola a seguir hablando – esta mañana recibimos una carta de Jill – sentí un rayo de esperanza volver a mi.

– ¿Va a regresar?, ¿está bien?, ¿pregunto por mi?, ¿donde esta? – Soné más desesperado de lo que pensé.

– Cálmate, escucha, ella no volverá, esta bien, esta con sus papás y no, no preguntó por ti – el rayo de esperanza se esfumó así de rápido como llego – no le digas a nadie que te dije esto, jure no decírtelo pero necesitabas saberlo.

– No te preocupes, no diré nada, pero podrías mandarle una carta mía – la miré suplicante

– Lo siento, Fred, me temo que no puedo hacer eso, ella no quiere saber nada de ti y tampoco quiere que sepas de ella – dijo apenada

– No te preocupes, ya veré la forma de comunicarme con ella – mire al frente

– Fred, de verdad que ella no quiere saber de ti, no la busques, nos hizo prometer que no te diríamos nada pero al ver como estas por su ausencia creí que era necesario decirte al menos que esta bien – regrese mi vista a ella