91. ¿Así es como se sentía mi mamá cada vez que yo me iba?

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Jill POV

– Despierten – dije entrando al cuarto de mis hijas 

Eran las 8:00 de la mañana y teníamos que hacer todo rápido para llegar a tiempo a la estación. Creo que no calculé bien el tiempo para prepararnos.

Jamás había visto a las gemelas pelear por ganar el baño, Lilit fue quien ganó y entró a ducharse en lo que su hermana revisaba que no le faltara nada.

Después de un largo rato las tres ya estábamos listas para irnos. Salimos de casa y nos dirigimos al auto. 

Manejé lo más rápido y precavido posible ya que eran las 9:30 y el camino de mi hogar a la estación no es nada corto, al menos es una hora de trayecto.

Llegamos y bajamos del auto. Fred que estaba en la puerta de la estación vino directo hacia nosotras y nos ayudó a bajar el equipaje de las niñas para montarlo en un carrito con llantas.

Vi la hora y ya eran las 10:50, comenzamos a caminando rápido para llegar al andén 9 ¾, las clones llevaban sus carritos, Fred y yo íbamos tras ellas. 

Ambas pelirrojas se detuvieron entre el andén 9 y 10..

– No está – dijo una Zara desesperada 

Fred y yo nos miramos y soltamos una carcajada a lo que las gemelas nos miraron mal. 

– Ya ya, es aquí – habló el chico que nos acompañaba caminando al muro que hace años no atravesaba. 

– Pero ahí no hay nada – dijo Lilit viendo extrañada el lugar donde estaba su padre. 

– Oh claro – Fred se alejó unos cuantos metros para agarrar impulso y corrió al muro el cual atravesó con facilidad. 

La cara de mis hijas era como para ponerlas en un cuadro. 

– Ahora tu Zara – dije 

Zara asintió, tomó su carrito y se alejó para después correr hacia la pared, antes de atravesar pude ver cómo cerró sus ojos con fuerza esperando el choque pero cruzó exitosamente. 

– Ahora tú nena – dije mirando a Lilit

Ella no muy segura asintió e hizo lo mismo que su hermana y también pasó el muro con éxito.

De este lado solo quedaba yo así que tome aire, agarre impulsó y cruce, del otro lado me encontré con mi familia. 

– Bien, vamos – dijo Fred caminado hacia el enorme expresó 

De lo que no se había percatado es de que nuestras hijas seguían admirando el lugar. Me quedé esperando a que se movieran pero seguían en su trance.

– Muévanse niñas, es tarde – dije caminando hasta las espaldas de ellas y empujándolas para que caminaran 

Comenzamos a caminar hacia donde nos esperaba el pelirrojo quien estaba parado cerca de una puerta del expreso.

– Esto es increíble – habló una Lilit emocionada 

– Lo sabemos – dije – Bien, ahora escuchen – me puse lo mas seria que podía – no quiero quejas, no van a hacer bromas y tampoco usarán el surtido salta clases que su papá les dio – vi como las gemelas cambiaron de expresión por una sorprendida 

– ¿Cómo lo sabe? – le preguntó Zara a Lilit en voz baja

– No importa como me entere, solo deben saber que si hacen algo que no deben de hacer o se portan mal o se pelean o cualquier cosa que me haga enojar me voy a enterar y las regresaré – sentencie 

Obviamente no era verdad pero tenía que tratar de mantenerlas bajo control. 

– Me van a escribir una vez a la semana... – dije y luego recordé algo – LA LECHUZA – me di un golpe en la frente 

– ¿De verdad olvidaste la lechuza? – preguntó Fred incrédulo y con una sonrisa 

– Si, la iba a comprar el día en que te encontra... es tu culpa – dije mirándolo con el ceño fruncido y apuntándolo con un dedo 

– ¿Y porque mía?, yo no fui quien surtió la lista – se encogió de hombros 

– Porque ese... – me interrumpió el silbato del tren – Ok ok, les mandare una lechuza mañana, me van a mandar cartas mediante ella cada semana y me dirán como les esta yendo y en qué casa quedaron... me lo contarán todo – dije

– Si – hablaron al unísono 

– Me lo prometen – dije levantando el dedo meñique frente a ella para hacer el pinky promise 

Entrelazaron sus dedos con el mino – Lo prometemos – dijeron 

– Bien, por favor, pórtense bien y no peleen entre ustedes – dije por último

– Si, pórtense bien – dijo Fred – pero sobre todo diviértanse mucho 

Volvió a sonar el silbato. 

Abracé a mis hijas en forma de despedida. No sabía cómo sentirme, estaba feliz pero también triste y con miedo. ¿Así es como se sentía mi mamá cada vez que yo me iba? 

– Nos vemos en navidad monstruos – dije cuando me separé de ellas 

Fred ya había subido las maletas de las niñas al tren así que solo le falta despedirse. 

– Sean buenas – las abrazo y les susurró algo al oído que no alcance a escuchar – confío en ustedes, no se dejen molestar por nadie, ¿ok? y nada de chicos – dijo cuando se separó de ellas 

Ambas niñas rieron 

– Suban – dije con las lagrimas apunto de salir 

Ellas asintieron y caminaron para subir al expreso, antes de entrar se frenaron y voltearon a vernos a Fred y a mi para después correr a abrazarnos. 

– Los queremos – dijo Zara con su voz entrecortada 

– Los vamos a extrañar – habló Lilit de la misma manera que su hermana

No pude contenerme más y rompí a llorar abrazando fuerte a mi hija mientras que la otra estaba en los brazos de su padre. 

– Nosotros también enanas – dijo Fred con su voz ronca 

Ellas se separaron de nosotros y nos sonrieron – Nos vemos – habló Lilit

– En navidad papás – complemento Zara 

Después de eso ambas pelirrojas volvieron sobre sus pasos y esta vez sí subieron al tren. Dos minutos después el expreso se puso en marcha. 

Me quedé ahí parada viendo el tren llorando porque mi niñas ya se habían ido para comenzar con su nueva vida. 

Y ahí estábamos Fred y yo parados observando el mismo objetivo hasta que se nos perdió de vista.

– Ji, estaba pensando en que como hoy es domingo y las niñas se fueron quizás podamos pasar el día juntos – dijo nervioso 

Volteé a verlo y lo vi sonrojado.

– Claro, me parece bien – dije

Él sonrió, me tomó de la mano y comenzamos a caminar a la salida. 

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Tarde pero seguro... 

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora