29. No puedo...

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Pasarón los meses, Jill seguía en las mismas condiciones, solo iba a su cuarto a dormir y ducharse, nadie sabía dónde se escondía durante el día. 

El año escolar ya estaba por terminar, ya era la cena de despedida, Jill decidió asistir para despedirse de sus amigos ya que no sabía si el siguiente año regresaría.

Salió de su escondite y fue a su habitación para ducharse y cambiarse. 

Como era la última cena todos podían vestir como quisieran, trató de vestirse lo más tapada que pudo.

Como era la última cena todos podían vestir como quisieran, trató de vestirse lo más tapada que pudo

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Salió del cuarto y se dirigió a la salida pasando por la sala común donde estaban Brant y Erika.

- Jill - dijo Erika en casi un susurro

- Hola - contestó con una voz apenas audible 

- ¿Cómo estás? - preguntó la pelinegra

- Bien - sonrió con incomodidad

- ¿A dónde ibas? - esta vez fue Brant el que cuestionó

- Al comedor, quiero despedirme de ustedes y los chicos - contestó poniendo un brazo izquierdo tras su espalda y tocándose el codo del brazo derecho 

- Ya, ¿lista para el verano? - preguntó animado Brant, Erika revoleo los ojos

- Supongo - dijo encogiéndose de hombros

- Venga, vamos a cenar - Exclamó Erika y entrelazo su brazo con el de Jill. 
Los tres jóvenes salieron de la sala y se dirigieron al gran comedor. Jill se detuvo en seco antes de entrar frenando con ella a Erika. 

- ¿Estaba bien? - preguntó Eri 

Jill miró a Brant quien también había frenado, este entendio la señal y entró al comedor. 

- ¿Qué pasa, Ji? - preguntó a su amiga 

- No puedo…. - fue interrumpida por una voz masculina 

- Si puedes, puedes con esto y más - Jill volteo a ver al chico y vio a Fred

- Pero me da miedo - Fred miró a Eri, ella asintió y entro al comedor

- Escucha pequeña, no tienes por qué tener miedo, ya nadie te hará daño ¿Ok? - dijo acercandose a ella

- Sí pero… ¿y si me juzgan? ¿Y si me culpan a mi?, él dijo que yo tenía la culpa, ¿qué pasa si vuelvo a hacer que pase? - dijo con su voz cargada de culpa 

Fred se paró frente a ella y la tomó por los hombros - En primer lugar no te tienen que juzgar y si lo hacen pues es porque son idiotas y en segundo tu no tuviste la culpa de nada, tu no hiciste nada para que aquel chico te hiciera lo que te hizo, no te culpes por un idiota que no supo respetar a una mujer - ella con los ojos cristalizados lo miro - no llores, bonita - la abrazo recargando la cabeza de la chica en su pecho - tu no tuviste la culpa, ¿ok?, el único culpable aquí es aquel cerdo que se está pudriendo en azkaban - ella asintió con la cabeza. 

Fred no entendía como es que ella se culpaba por tal cosa, seguía sin entender como es que alguién pudiera dañar a la chica entre sus brazos. Ella no se merecía eso, en realidad nadie...

Después de esta asi un rato ella se calmó y se separó de él  

- Gracias, Freddie, gracias por ayudarme aquel día y gracias por ayudarme hoy - dijo ella mirándolo a los ojos. 

- No tienes nada que agradecer, linda, ahora vamos adentro, ¿si? - dijo Fred acariciando la mejilla de la chica 

Ella miró al interior del comedor y lo dudo 

- Yo entraré contigo y si quieres te acompaño hasta tu mesa - le propuso 

Ella lo miró y asintió, Jill respiró profundo y tomó la mano de Fred, entraron al comedor y se detuvo un momento, apretó la mano del pelirrojo y comenzó a caminar a sus mesa, no sabia porque pero con él se sentía segura y protegida como si nada pudiera tocarla.

Y no estaba equivocada pues Fred después de aquel día en el que encontró a Jill en el armario se había prometido a sí mismo protegerla de todo, no dejaría que nada, ni nadie volviera a dañar a su pequeña. 

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora