30. Su lugar en el mundo

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Fred  y Jill entraron al comedor, el chico la acompañó hasta su mesa donde ella se sentó con sus amigos que de inmediato la recibieron con una sonrisa. 

Él se sintió más tranquilo y se dirigió a su mesa dondé se sentó. 

- ¿Qué hacías con esa zorra? - le preguntó Angelina  

Fred rodó los ojos - Nada que te interese, Angelina - contestó tratando de no perder los estribos 

- Seguro estaba tratando de seducirte como hizo con Jeff, ¿no es así? - dijo con desprecio 

Fred dio un golpe en la mesa - Diablos Angelina, ¿te estás escuchando?, ¿que tan idiota debes ser para creer que ella provoco a ese imbecil de mierda? - exclamó enojado 

Como esta chica era capaz de pensar que Jill tuvo la culpa de lo que le paso, le pudo haber pasado a la morena o a cual quier otra chica, que idiota al pensar así.

La verdad es que a Angelina le daba miedo cuando Fred se enojaba pero esta vez no se dejaría intimidar pues sus celos eran más fuertes. 

- Pues solo digo la verdad, haya tu si te dejas engañar por esa fachada de “yo no rompo ni un plato” - dijo encogiéndose de hombros y después haciendo comillas con los dedos

- Demonios, mas estupida no se puede ser, ¿sabes que?, cree lo que quieras, ella no necesita que gente mierda como tú le crea, pero una cosa sí te advierto Angelina, te atreves solo a molestarla con el tema y juro que te arrepentiras toda tu vida - amenazó el chico.

Después de eso comenzó la cena, la cual transcurrió normal y tranquilamente. 

Todos hablaban de que harían en las vacaciones y ese tipo de cosas.

A lo lejos Fred vio a Jill reír y su corazón volvió a latir, le alegraba tanto que la castaña por primera vez en mucho tiempo estuviera feliz rodeada de sus amigos que tanto la querían. 

La cena terminó y el chico fue a despedirse de la castaña 

- JILL - le gritó cuando ella se iba alejando por los pasillos 

- Hola, ¿qué pasa? - preguntó la chica fredandose y volteando a verlo 

- Nada, solo quería despedirme y saber si habría oportunidad de que nos viéramos alguna vez en el verano - dijo 

- Oh, eso me gustaría pero mis papás siempre planean un viaje que dura la mitad del verano y la otra mitad visitamos a mis abuelos - respondió un poco apenada.

- Aah - dijo el pelirrojo con decepción 

- Pero te debo una salida, ¿si?, podemos salir cuando regresemos el próximo año, ¿te parece? - propuso Jill

- Me parece bien, bonita, estaré esperando, bien, me tengo que ir, mi hermanos me esperan 

Fred se acercó la abrazó y dejó un beso en su cabeza. 

Ella sintió la calidez que le brindaba el pelirrojo, no quería separarse de él jamás, sentía que ese era su lugar en el mundo, que ahí pertenecía ella. 

Se separaron y cada quien tomó caminos diferentes para ir a sus salas comunes, prepararon sus equipajes, momentos después se tiraron en su cama pensando el uno en el otro. 

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora