123. Hablando con él

810 42 0
                                    

Jill POV

Me sentí tranquila al ver que Fred regresó pero por otro lado me siento tan mal porque por mi culpa él pasó unos años realmente terribles e infelices. Yo también pasé unos años horribles por no tener al amor de mi vida al lado de mi pero mis niñas pintaban mis días grises y me hacían la mujer más afortunada. Sentía que yo no había sufrido nada en comparación con el pelirrojo que ahora está acostado a mi lado.

Sabía que ninguno de los dos podía dormir por estar pensando en todo y en nada, sentí que Fred se levantó pero no por completo, aun estaba en la cama, luego acomodó su rostro a la altura de mi abdomen aun plano.

– Hola – comenzó a hablarle a mi estómago ocasionandome ternura y sorpresa – ¿Como vas por allá? – preguntó – acá todo esta bien – suspiro en una sonrisa – pero que grosero, no me presenté – dijo ofendido consigo mismo – soy papá y ahora no me puedes ver porque estas dentro de mami y... oh casi lo olvido también tienes dos hermanas, se llaman Zara y Lilith – sonrió – en fin solo te molestaba para pedirte una disculpa por la manera en que reaccioné al enterarme de ti. Eso no significa que no te quiera es solo que tuve miedo pero jamás pasó por mi mente dejarte solito con esta mujer tan regañona – le di un golpe en la cabeza – ¿Ves?, ya me esta pegando – rio – bueno, el caso es que puedes contar conmigo siempre, te amo bolita y eso que aún no naces – dejo un beso sobre mi panza y se volvió a acomodar en la cama abrazándome

– ¿Jill? – me habló

– Dime – contesté

– Casémonos – soltó de repente

– ¿Qué? – no daba crédito a mi oídos

– Que te cases conmigo – repitió haciendo que una ilusión creciera en mi – Creo que es lo correcto – dijo causando que el sentimiento que había aparecido como rayo se fuera de la misma manera

No quería que Fred viera el matrimonio como una obligación o en este casa según él "lo correcto", yo quería que él quisiera casarse porque me quiero y porque no puede vivir sin mi así como yo no puedo vivir sin él.

– Fred, no te tienes que casar conmigo solo porque voy a tener otro hijo tuyo, no es una obligación casarnos – dije en un suave tono con la mirada en el techo

– No, perdón, no me supe expresar – tomó aire – Jill te amo, te amo mas que a nada en este mundo y no quiero volver a pasar un día más lejos de ti, eso es como estar en el infierno, ya te lo había pedido pero nunca respondiste, ahora quiero una respuesta – determinó

– Fred – volteé a verlo – claro que me quiero casar contigo – respondí para después besar sus labios rosados

El pelirrojo me siguió el beso y de un momento a otro ya estaba sobre él a horcajadas con sus grandes manos en mi trasero mientras que las mías tocaban su pecho, sus brazos, su cara. Quería más que nunca hundirme en él y jamás salir.

La manera en la que me tocaba hoy era diferente a todas las veces anteriores, siempre hemos hecho el amor a nuestra manera pero hoy era diferente, hoy nos estábamos tomando el tiempo para disfrutarnos al 100%.

Fred tomó con una ligera fuerza mis caderas y comenzó a guiar mis movimientos para rozar nuestras intimidades, el roce era calmado y sinceramente me volvían loca. Él llevó su gran mano hasta mi cuello acariciando para después pasearla por todo mi cuerpo.

En un ágil movimiento quitó la prenda que vestía dejándome en bragas ya que solo estaba usando una camisa de él. Tomó entre sus manos mis pechos y los apretó con una ligera fuerza, solté un gemido.

Lleve mis manos hacia el elástico de su pijama y con ayuda de él lo baje hasta la altura de sus rodillas, la única barrera que nos impedía estar piel con piel es mi ropa interior.

– Lo lamento, preciosa, pero no aguantó más – dijo el chico debajo de mi

El tomo de los muslos y me levantó un poco, llevo su mano a mis bragas azules y las hizo a un lado, jugueteó un momento con mi punto débil, haciéndome soltar un gemido inesperado para luego posicionar su miembro en mi entraba y dejarme caer haciendo que se enterrara en mi.

Empecé a mover mis caderas despacio sintiendo el placer que me daba yo misma al moverme de arriba abajo. Ligeros jadeos salían de mi garganta saliendo por mis labios.

Sentí las manos de Fred viajar por todo mi cuerpo hasta que llegaron a mis caderas apretando su agarre en ellas haciendo más profundos los movimientos. Apoye mis manos en su pecho para encontrar soporte.

Cuando menos lo esperaba Fred nos dio la vuelta, ahora era él el que estaba arriba de mi entrando y saliendo tan delirantemente.

– Fred... – dije con la voz agitada, me sentía tan cerca de acabar.

Cada vez mi respiración se hacía más pesada al igual que la de él. Tome sus brazos y pude sentir las venas que se le marcaban en estos, ese momento fue mi perdición y me deje terminar.

Las piernas me temblaban y espasmos pasaban por mi cuerpo, mientras que el pelirrojo seguía entrando y saliendo de mi.

Yo estiraba los brazos en un intento de detenerlo por la sobreestimulación que estaba teniendo pero él tomó mis brazos sujetándolos para que no me moviera.

Mis gemidos se podían escuchar por toda la casa, trataba de cerrar las piernas y creo que eso prendía mas a Fred ya que comenzó a darme más duro.

Escuchaba la respiración agitada y gruñidos que salían de él y luego sentí como mi interior era llenado por algo caliente, un inesperado gemido salió de mi acompañando a los de Fred.

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora