¿Por qué? (Fred Weasley)

127. A la casa de los abuelos.

La familia se subió al auto rosado para emprender su viaje a la casa de los padres de Jill. La tensión que se creó dentro del coche era tan densa que se podía otra con un cuchillo.

– Bien – dijo Ji soltando un suspiro y tomando el volante en sus manos.

Encendió el auto y arrancó.

El viaje fue bastante incómodo, ya que era la primera vez que sus hijas estaban enojadas con Fred y él con Lilith.

Tardaron cerca de 10 minutos en llegar a la casa de los papás de la Winston. Cuando la castaña estaciono el auto enfrente de la casa de sus papás se dio cuenta que ambos estaban afuera esperando ahora a la familia Weasley Winston.

Zara y Lilith abrieron las puertas de su lado y salieron corriendo hacia sus abuelos a quienes no habían visto en un tiempo considerado.

– Abuela

– Abuelo – exclamaron las dos al mismo tiempo mientras abrazaban a los adultos.

– Clones, ¿cómo están? – preguntó Marco

– Bien – otra vez contestaron al unísono

– ¿Cómo les va en la escuela? – ahora cuestione Monica

– Eeeh – las niñas vacilaron un momento – Ah, pues... – comenzó Lilith – Nos va – y terminó de hablar Zara

– Mmm – exclamó la mamá de Ji algo incrédula

Jill y Fred llegaron detrás de las gemelas.

– Hola – saludo Ji abrazando a su madre para después hacer lo mismo con su padre

– Hey – saludaron ambos adultos devolviendole el abrazó a Ji en su respectivo tiempo

– ¿Qué tal? – habló Fred estirando su mano para estrecharla con su suegro quien la tomó solo para jalar de ella y abrazarlo.

Cuando el señor Wiston lo soltó fue turno de Monica para abrazar al chico pelirrojo.

Los adultos intercambiaron unas palabras mientras caminaban hacia la entrada de la casa en la que crecieron Ji y en su momento las gemelas.

Lo primero que hicieron las gemelas al estar dentro de la casa fue correr al patio.

Los adultos se sentaron en los sofás y mantuvieron una agradable conversación sobre cómo les ha estado yendo en todos los aspectos de la vida.

Jill ayudó a su mamá a preparar la cena mientras que Marco le explicaba a Fred como jugar futbol. Las gemelas estaban en su antigua habitación revisando que de ahí les podía servir para llevarse a Hogwarts.

⚝⚝⚝

– La comida está lista – anunció Monica elevando un poco la voz cuando la mesa ya estaba puesta.

– No corran en las escaleras – reprendió Jill a las pelirrojas cuando las vio bajar

Fred llegó a la mesa con una cara de confundido y rascándose la cabeza.

– ¿Estás bien? – preguntó la embarazada acercándose a su prometido.

– Su quidditch es muy confuso y tiene muchas reglas – dijo el pelirrojo horrorizado

Ji soltó una ligera risa – Anda, siéntate – indicó guiándolo a una silla

Toda la familia se encontraba en la mesa comiendo y conversando cuando de repente Jill se levantó bruscamente tapándose la boca y salió corriendo al baño. Monica frunció el ceño mirando a Fred y luego a su esposo. El pelirrojo se levantó de la silla tranquilamente y fue tras su prometida.

– Hey – habló Fred llegando al lado de su prometida y poniéndose a la altura de la mujer que se encontraba de rodillas sobre el suelo.

El chico le sostuvo el cabello mientras que le sobaba la espalda. Esta situación ya era parte de la vida cotidiana de la pareja, en general los malestares del embarazo, que eran peores que con el de las gemelas.

– Odio esto – dijo Jill cuando termino de vomitar

– Lo sé, nena – habló él en un tono de lamentación

Siempre que veía a Jill con cualquier malestar debido a la gestación, él se sentía culpable. Fred nunca se había imaginado lo mal que a veces le puede sentar un embarazo a las mujeres.

– Listo, ayúdame – pidió la chica animadamente

Ella no ignoraba los sentimientos y preocupaciones que tenía el chico pero siempre que la castaña trataba de hablar del tema el pelirrojo lo evadía.

Fred se levantó y tomó las manos de Jill para ayudarla a ponerse de pie.

La pareja regresó a la mesa después de que la embarazada se lavara la boca. La mirada de los padres de Jill estaba sobre ellos.

La única hija del matrimonio Winston se removió incómodamente en la silla y volteo a ver a Fred pidiéndole ayuda silenciosamente.

– ¿Estás bien? – preguntó Monica mirando el rostro algo pálido que portaba su hija

Por su parte Jill pasó de ver a Fred a mirar su mamá y luego a su padre.

– Si, lo normal, ya sabes – dijo la embarazada tratando de darles una idea a sus papás de que es lo que le pasaba.

Marco frunció el ceño tratando de entender las palabras de su hija pero seguía sin tenerlas muy claras.

Fred al ver que sus suegros no captaban la indirecta y mucho menos las gemelas que estaban en su mundo decidió hablar – Que vamos a tener un bebé – soltó de sopetón y con torpeza

Las pelirrojas seguían en su mundo ignorando lo que pasaba a su alrededor mientras que los ojos de Monica y Marco se abrieron de par en par.

– Sorpresaaa – exclamó Ji con algo de preocupación al notar que sus padres no reaccionaban.

Un minuto más tarde Monica ya estaba abrazando a su hija y Marco a Fred.

– ¿Quién cumpleaños? – preguntó Zara confundida viendo las felicitaciones de sus abuelos hacia sus papás

– Van a tener un hermanito – exclamó el hombre mayor presente muy contento

Las gemelas se miraron con algo de emoción y después se dirigieron a su mamá para preguntar si era cierto.

Ji les confirmará a las gemelas la existencia de su nuevo hermano o hermana.

Unos minutos más tarde estaba la familia completa en el patio sentados en una sillas alrededor de una mesa de jardín mientras que las pelirrojas andaban de aquí para allá.

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El final esta muuuuuy cerquita