88. Paz

1.2K 80 16
                                    

Fred POV

Hoy me permití dormir hasta un poco más tarde ya que no abría la tienda.

Abrí los ojos y me quedé un rato viendo el techo de mi habitación pensando en las cosas que haría hoy.

El otro día no pude enseñar a las gemelas a volar así que hoy iremos a la madriguera para enseñarles.

Me levanté de la cama, busqué ropa cómoda y entré a la regadera para darme una ducha. Minutos después termine, salí y me vestí.

Pensé en que sería buena idea llevarles el desayuno a Jill y a las minimis así que salí de casa para ir a la cafetería que había en el callejón diagon.

Cuando ya tuve todo comprado, hice una aparición en un callejón cercano al edificio en el que vive Jill.

Camine hasta llegar a dicho lugar, entre y subí las escaleras hasta el departamento donde viven mis hijas y su madre.

Toqué la puerta y me dispuse a esperar a que alguien abriera. Minutos después una pequeña pelirroja abrió la puerta.

– Papaaa – me abrazó por el torso

– Hola pulga, – salude – ¿cómo estás? – pregunté una vez se separo de mi

– Bien y tu – Zara me miro con esos enormes ojos que eran iguales a los de su madre

– Bien – respondí con una sonrisa 

– Entra – me tomó de la mano libre y me hizo pasar a la casa.

Me dirigí a la cocina donde había una pequeña mesa y deje la comida sobre ella.

– ¿Dónde está tu mamá? – pregunté al no verla

– No lo sé – se encogió de hombros – supongo que se está bañando – respondió con su mirada en un libro

– Aaah, ¿y tu hermana? – volví a preguntar

– Dormida – respondió con simpleza

– Ok – dije y comencé a caminar al cuarto que sabía que era de las niñas

Entre sigilosamente y pude ver un pequeño bulto en una de las camas, me acerqué y antes de comenzar a despertarla me quedé viendo a mi niña dormir.

No es porque sean mis hijas pero es que ellas eran realmente hermosas y no es para menos sacaron la belleza de su padre, bueno y también de su madre.

Me quede viendo un rato más a la niña dormida, me daba tanta paz verla tan tranquila, quisiera que toda la vida fuera así de pequeña y feliz.

Suspire y me dispuse a despertarla. Mire por la habitación buscando algo con que hacer ruido, vi un pequeño tambor, eso me serviría.

Salí de la habitación y fui a la cocina por una cuchara, cuando ya la tuve en la mano regresé a donde dormida la menor de mis hijas.

– Hora de despertaaaar – empecé a gritar mientras golpeaba el tambor con la cuchara

Vi a Lilit sentarse de golpe con los ojos bien abiertos.

Seguí golpeando el tambor un rato más hasta que al cuarto entró Jill con cara de pocos amigos, y el cabello desordenado, me quitó el tambor para después regresar a su cuarto.

Reí al darme cuenta que también la había despertado y creo que no le hizo ninguna gracia.

Me dirigí al cuarto de la castaña y toque la puerta. – Hey, ¿todo bien? – pregunté entre risas

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora