92. Expreso a Hogwarts

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Narrador Omnisciente

El pelirrojo abrazo a sus hijas – Sean buenas – después les susurro al oído – Vuelvan locos a los profesores – seguido de eso se separó de ellas – confío en ustedes, no se dejen molestar por nadie, ¿ok? y nada de chicos – dijo por último

Las pelirrojas rieron y luego de una segunda despedida subieron al expreso.

Y allí estaban las gemelas caminando por el estrecho pasillo buscando un compartimiento, temerosas y tímidas.

Por pura suerte encontraron uno que estaba vacío, así que entraron. Se sentaron una al frente de la otra.

– Zara – habló la pelirroja menor

– Dime – contestó la otra mirando por la ventana

– ¿Crees que nos vaya bien? – en su voz se escuchaba la preocupación

Zara volteo a ver a su gemela – Obvio que si, estamos juntas – sonrío

– ¿Y si nos separan?, como a las hermanas esas de las que nos habló mamá – ahora la voz de Lilit reflejaba miedo

– Hermana, aunque estemos en diferentes lugares siempre vamos a estar juntas... siempre nos vamos a tener la una a la otra, tranquila – Zara se levantó y se sentó al lado de su hermana para abrazarla por los hombros.

Después de un rato las niñas se quedaron dormidas. Lilit iba recargada en el hombro de la pelirroja mayor y Zara iba con su cabeza apoyada en la cabeza de su hermana.

– Oigan – ambas niñas escucharon una voz masculina – Oigan, despierten – el niño las removió

Ellas muy a su pesar abrieron los ojos topándose con un niño rubio mal encarado.

– ¿Qué quieres? – preguntó una Zara molesta

– ¿Puedo sentarme aquí? – preguntó el rubiesito

– Claro – contestó amablemente Lilit

– Gracias – el niño se sentó frente a las gemelas

Las pelirrojas se dieron cuenta que el rubio llevaba consigo una gran bolsa de papel, observaron como este metió la mano a la bolsa y sacó gran puñado de dulces.

– ¿Quieren? – preguntó el niño extendiendo su puño con caramelos hacia ellas

Las gemelas vieron el puñado de dulces y después llevaron su mirada al rubio que seguía con mala cara pero con una sonrisa. No supieron si les ofrecía por educación o por amabilidad.

– Mmm... no – dijeron al unísono las gemelas

– Ustedes se lo pierden – eso fue lo último que dijo él y empezó a comer

Las niñas llevaban consigo sus libros favoritos para leer en el camino. Zara llevaba Equipos de quidditch de gran bretaña e irlanda y Lilit Crianza de dragones para placer y provecho así que ambas optaron por entretenerse con eso.

Un largo rato después Zara bajó su libro con brusquedad golpeándolo contra sus piernas.

– Tengo hambre – dijo con simpleza

– Yo también – habló Lilit

– ¿Que no hay nada que comer en este tren? – preguntó la pelirroja mayor asomándose por la puerta para ver si encontraba a la señora del carrito de dulces de la que su mamá le había hablado.

– Creo que a la señora del carrito se le acabó la comida – dijo el rubio

– Ash – Zara volvió a sentarse

– Tomen, pueden comerse lo que queda – el niño les extendió la bolsa de papel

Lilit dudosa la agarro – Gracias – dijo con una sonrisa en su rostro

El niño asintió con una sonrisa agradable.

Zara se sentó al lado de su hermana y vieron dentro de la bolsa.

Había un montón de dulces, tartas pequeñas y hasta distinguieron unos sandwiches. Las niñas se preguntaban cómo es que toda esa comida cabía en esa bolsa, la cual era grande pero no tanto como albergar tantas cosas.

Ambas se miraron sorprendidas y metieron la mano para cada una sacar una tarta y un sandwich respectivamente.

– Gracias... ¿Cómo te llamas? – preguntó Zara antes de dar un bocado a su comida

– Scorpius y ¿ustedes? – preguntó el niño

– Ella es Zara y yo Lilit – dijo la pelirroja menor – tu nombre es lindo – volvió a decir algo sonrojada

– Gracias los de ustedes también – dijo Scorpius igual de sonrojado

Los tres niños ya con más confianza comenzaron a conversar hasta que por su compartimiento pasó una joven.

– Ya casi llegamos, vayan a ponerse sus uniformes – dijo cuando abrió la puerta del compartimiento.

Los tres se levantaron y se fueron a cambiar.

Unos treinta minutos después de que se cambiaron llegaron a la estación de Hogsmeade donde Hagrid como cada año estaba esperando a los de primer año.

Las gemelas en compañía de Scorpius se acercaron fascinadas al semigigante quien guió a todos los nuevos a las tradicionales barcas.

Zara, Lilit y Scorpius subieron a la misma barca y emprendieron el camino a Hogwarts. Mientras más se acercaban más se aclaraba la imagen del gran castillo. 

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No se ustedes pero a mi se me hizo una buenísima idea agregar a Scorpius.... ¿Que opinan?

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora