¿Por qué? (Fred Weasley)

121. Aclarando

Fred POV

– No entiendo – dije confundido

Mi cerebro maquilaba a mil por hora y ataba cabos dando miles de ideas pero solo una entre todas ellas resalto.

– Tu... – trate de gesticular – tu – apunte su abdomen esperando a que supiera a qué me refería

Vi como esbozaba una hermosa sonrisa asintiendo con la cabeza.

– ¿De verdad? – pregunté

– Si – respondió aun con esa bonita sonrisa llena de ilusión

Me dejé caer en el sofá sin poder creerlo aun mirando los pequeños zapatos en mis manos. Me sentí feliz pero también sentí mucho miedo, más del que había sentido alguna vez en mi vida.

– Fred, di algo – dijo con temor

– Yo... no sé – logre articular

Me levanté del sillón dejando los pequeños zapatos en el sofá y sin mirarla desaparecí.

Sé que debí decirle lo feliz que estaba pero mi temor fue más grande, digo sé que la amo y sé que voy a estar para ella y ese bebé pero y ¿si no soy buen padre?, sé que ya soy padre pero no es lo mismo. Jill hizo un gran trabajo con las mini-copias y yo solo aparecí cuando ellas ya eran lo suficientemente grandes pero esto es desde cero y temo no ser un bueno.

¿Dónde estaba George cuando más lo necesitaba?

Aparecí en el único lugar en el que se me ocurrió, toque la puerta y espere a que abrieran.

– Voy a ser papá – dije una vez se abrió la puerta

– Te cayó el balde 11 años tarde – dijo el pelirrojo frente a mi

– No no, no lo entiendes – dije a punto de quebrarme

– Esta bien, es serio, pasa – Bill se hizo a un lado para dejarme entrar

Tan pronto entré me dirigí a la cocina para buscar un poco de alcohol y servirme en un intento de calmar mis nervios y ansiedad.

– ¿Me podrías explicar que pasa? – dijo apareciendo en la cocina mirándome extrañado pues yo habría las puertas de la alacena buscando el Whisky de fuego o algo parecido

– Ya te lo dije, Jill está embarazada – dije – ¿Donde carajos guardar el alcohol? – pregunté rendido

Bill lo hizo aparecer frente a mi junto a un vaso así que me serví con manos temblorosas

– Ok, y eso es malo porque... – me incito a terminar

Tomé el contenido del vaso de un trago.

– No, no es malo, es solo que... – me detuve a pensar – miedo, y es completamente absurdo porque ya soy un adulto y esta clase de cosas no me debería de asustar pero es eso básicamente, miedo – dije presuroso

– Fred – volteé a verlo – es normal – dijo con media sonrisa – yo también tuve miedo –

– Si pero tu sabias que serias bueno, yo no lo sé, digo solo mírame, soy un desastre, soy completamente inmaduro – hablé pasando las manos por mi cabeza

– ¿De qué hablas? – rio – yo tampoco lo sabía y sigo sin saberlo pero día a día doy lo mejor que puedo y tú también lo harás, serás bueno y si eres inmaduro pero sabes comportarte en situaciones como esta o al menos eso creo, me estas haciendo dudar hermano – dijo divertido poniendo una mano en mi hombro – Vamos Fred, ¿no te has visto con las gemelas?, por ahí me dijeron que las enseñaste a volar en escoba –

– Solo enseñé a Zara, ella ama el quidditch y es buena en ello, es mejor que todos nosotros – lo interrumpí con una sonrisa – A Lilith le da miedo volar, a ella le gustan los animales, es la mejor en cuidado de criaturas mágicas – hablé orgulloso de mis nenas

– ¿Lo ves? – habló – sabes que le apasiona a cada una, un mal padre no sabría eso – me animo

– Si, pero entiende, yo no forme parte de sus vidas hasta que tuvieron diez años, todo lo que son es gracias a Jill – explique

– Si pero míralo de esta manera ahora tienes la oportunidad de formar parte de tu nuevo hijo desde el principio – trato de hacerme recapacitar – Fred, no la dejes y forma parte de ese nuevo bebé –

– ¿Qué?, no no, no pienso dejarlos, me asuste pero nunca me paso por la mente dejar a Jill sola, no otra vez – dije con media sonrisa

Luego recordé que deje a Jill sola cuando me dio la noticia y la sonrisa se fue.

Vaya que eres idiota Fred

– Me tengo que ir – mire a Bill

– ¿A dónde vas? – preguntó confundido

– Con mi novia y mi bebé – dije con una sonrisa para luego desaparecer.