97. ¿Tú qué?

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Jill POV

Por suerte hoy tenía muchos pendientes en la tienda que todo el día mantuve mi cabeza ocupada en el trabajo y tuve poco tiempo de pensar en el pelirrojo y la rubia.

Sinceramente en lo momentos que tenía libres me regañaba a mi misma por ser tan ingenua y siempre creer en Fred.

Aparte... mirenme es obvio que él no me iba a escoger a mi. ¿por qué haría eso?, teniendo a semejante mujer detrás de él.

En fin finalmente terminé resignandome a que yo siempre sería la segunda opción, la madre de sus hijas las cuales fueron una distracción mía. No me mal entiendan, amo a mi niñas y no me arrepiento de nada pero hay que tener en cuenta como realmente fueron las cosas.

Llegó el final del día y con él el cierre de la tienda.

Cuando el local ya estuvo cerrado mi prima y yo dimos un último vistazo para organizar todo y así mañana no tener tanto trabajo.

Finalmente salimos las dos del centro comercial, mi prima se dirigió a su auto y yo al mío.

Solté un suspiro cuando por fin estuve frente al edificio en el que vivía. Baje del auto y entre para subir unas cuantas escaleras y llegar a casa.

Una vez dentro de mi hogar me dispuse a buscar algo rápido para cenar. Opté por hacerme un sandwich.

Cuando terminé decidí limpiar un poco la casa ya que si había un poco de desorden. Limpié el piso, recogí la ropa, sacudí el polvo y después de eso me dí un relajante baño.

Cuando estaba por acostarme en la cama para ver t.v escuche que tocaron la puerta.

Maldije mentalmente y fui a abrir.

– ¿Qué pasa, Fred? – dije seria

– Hola – dijo con nerviosismo – ¿podemos hablar? – preguntó apartando su mirada de mi

– ¿Sobre? –

Sinceramente yo me encontraba agotada, fue un día realmente cansado y estar en esta situación es lo último que necesitaba.

– Emm... pues... creo que te debo una explicación – dijo rascando su nuca como lo hacía cada que estaba nervioso

Suspire – No me debes nada... No soy alguien en tu vida para que me des explicaciones – dije tranquila y pausadamente.

– No digas eso Ji, tu eres importante para mi –

– Eso es lo que dices pero ambos sabemos que no soy más que la chica con la que tuviste unas hijas ilegitimas, después de eso no hay nada, nosotros no somos nada – hablé manteniendole la mirada

– Pero... yo... – dejo las palabras al aire

– ¿Tú qué? – busque su mirada

– Yo... – suspiro – te amo – dijo con un hilo de voz apenas audible

– ¿Qué? – quería cerciorarme de que escuche bien

– Que te amo – dijo un poquitin más seguro

– Aaah... no se que decirte –

– Dime que también me amas – miró directamente mis ojos

Obviamente te amo

– No Fred – negué ligeramente con la cabeza

– ¿Qué? –

– No puedo – dije

– ¿Por qué? – en sus ojos vi desesperanza

– Fred, no puedo amar a una persona que dice que me ama y a la primera oportunidad va y se tira a la primera que se le pone enfrente – dije con una amarga sonrisa

– Pero... –

– No hay pero que valga – la sonrisa se borró

– Te lo demostraré, tu y yo vamos a terminar juntos y algún día te arrepentirás de todo esto – dijo acercándose a mi

– Ya veremos – dije levantando la cara para verlo

Él asintió con una sonrisa y se dio la media vuelta para irse.

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora