73. Ma, es divertido

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Ya hace tiempo que dejé la casa de mis padres, ahora vivo en un lindo departamento junto a las gemelas que ya tienen 9 años, que rápido pasó el tiempo.

Al principio todo era un verdadero caos, desorden por todos lados pero por fin nos acoplamos muy bien a nuestro nuevo estilo de vida.

No vivimos muy lejos de la casa de mis padres ya que en cualquier momento podría necesitar de ellos, aparte de que las clones y yo los extrañaríamos mucho así que viviendo cerca podemos visitarlos cuando queramos.

Estaba dormida en mi cuarto y escuche la puerta de mi cuarto ser abierta

– Mamá, mamá, despierta – sentí a las dos niñas brincar en mi cama

– ¿Qué pasa?, ¿por qué tanto escándalo? – me senté en la cama

– Te hicimos en desayuno – dijo una Zara muy sonriente

– Ok, más tarde lo como – las tome de las manos y las estire para que se acostaran – Duerman un rato más – trate de abrazarlas pero se removían para zafarse de mi agarre

– No, vamos ahora, tenemos hambre, por favoooor – Lilit hizo un puchero muy tierno

Suspire – Esta bien – me levanté de la cama – vamos – salimos del cuarto, fui a lavarme los dientes y fuimos a la mesa

En la mesa había tres platos con un sándwich y jugo de naranja... creo

Zara me agarro de la mano y me llevó hasta un lugar de la mesa – este es el tuyo, ma – hizo me sentara

Se sentaron también ellas y me miraron atentas – ¿Qué pasa? – pregunte ante su actitud sospechosa

– Nada – contestaron al mismo tiempo

– Queremos ver tu reacción – explicó Lilit

– Porque es la primera vez que te hacemos el desayuno – continuo Zara

– Aaah, bueno – di un trago a mi jugo, después de eso le di una mordida al sándwich y de inmediato sentí mi boca arder – Por merlín – agarre el vaso con jugo y me lo tomé de un trago aún así el ardor no bajaba

Las clones rompieron a reír a carcajadas, ahí fue donde entendí todo, otra vez fui víctima de una de sus bromas.

Tome agua, jugo, leche, gaseosa y nada me bajaba lo enchilado, ni siquiera podía hablar de lo tanto que me ardía la lengua, opté por relajarme y esperar a que pasara poco a poco.

– ¿Por qué? – dije una vez que el ardor bajo

– Una pequeñita broma, mamá – dijo Zara

– Se pasaron, no vuelvo a confiar en la comida que me den – di otro trago al jugo que recién me serví

– ma, es divertido – habló Lilit tratando de aguantar la risa

– Es divertido cuando yo no soy la víctima – me crucé de brazos

– Pero ni siquiera tenemos a quien hacerle bromas, solo vivimos nosotras tres aquí – dijo Zara

– Tienes un buen punto, se aguantan las ganas de hacer bromas y mas les vale que no haya más durante el resto del día porque les juro que las dejó sin leer, sin escuchar música y sin ver t.v – hicieron un gesto de que se desmayaban – ya no es tan gracioso, ¿verdad? – reí un poco

– No lo es– hablo Lilit

– Y tampoco justo – continuo Zara

– Aja, si, ni modo – camine al baño

El día pasó tranquilo y sin bromas, las gemelas se la pasaron jugando, en la tarde fuimos al parque, fuimos a casa de mis papás porque mi mamá nos invitó a comer, estuvimos un rato ahí hasta que nos fuimos a casa donde vimos películas hasta que se hizo de noche.

– ¿Quieren cenar? – les pregunté a Zara y Lilit

– Si – contestaron al mismo tiempo

– ¿Les parece si pido una pizza? – caminé hasta el teléfono

– Siii – otra vez hablaron al unísono

Asentí y marqué para pedir la pizza.

Llegó la cena, comimos y nos fuimos a dormir.

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora