58. Jamás soltó mi mano.

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Ya han pasado cinco meses, estoy en la recta final de mi embarazo, todo ha marchado bien, de vez en cuando me veía con la chicas en algún restaurante muggle y nos poníamos al día.

Eri y George ya habían formalizado, se hicieron novios, me alegró por ellos.

Nora y Cedric estaban saliendo, por lo tanto ella dejó de lado la cacería de muchachos, en cambio Viv, seguía igual, estaba convencida de que el amor no estaba hecho para ella, así que solo disfrutaba de los placeres de la vida.

Y yo... pues yo con el paso de los meses me fui poniendo más enorme, en este punto del embarazo me resulta difícil mantenerme activa mucho tiempo, ahora solo me dejaban trabajar los martes, según los días en que menos gente iba a la tienda.

Decidí mantener el sexo de los gemelos en secreto, ni yo sabia el sexo, seria una sorpresa.

Todo lo compramos en tonalidades de colores que me transmiten tranquilidad y espero que a mis bebés también.

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Me desperté al sentir una contracción, últimamente las he estado sintiendo muy seguido, Carl me dijo que era normal ya que los bebés se estaban preparando para salir, me acomode en la cama y trate de volver a dormir, minutos después me llegó otra contracción un poco más fuerte que la anterior.

Me senté en la cama y mire la hora, 2:30 am

– Duerma, bebés, no es hora de jug-aaah – solté un gemido de dolor

Me levanté para caminar por mi habitación, a veces eso me calmaba las contracciones, seguí caminando, los dolores no se iban, al contrario, me daban más fuerte y más frecuentes.

Caminé hasta la puerta de mi cuarto para ir a buscar a mi mamá, justo cuando estaba en la puerta escuche un líquido caer al piso y correr por mis piernas, me quedé parada sosteniéndome del marco de la puerta y afirmando mi barriga pues el dolor me doblaba.

– MAAAA – grite aterrada – MAMAAAAA, CARAJO – solté al sentir otra contracción

Mi mamá salió corriendo de su cuarto y llegó hasta donde estaba yo – Tranquila, nena, todo está bien, MARCO CORRE, HAY QUE IR AL HOSPITAL – vi salir a mi papá tropezando con no se que, dentro de mi dolor eso me hizo reír y sentí una presión en mi vagina que dolió

– AAAY, NO ME HAGAN REÍR – dije al sentir el dolor – mami, el bolso, toma el bolso, está en el so-MIERDA – otra contracción

Mi papá me ayudó a bajar en lo que mi mamá iba por la pequeña maleta que había preparado días antes.

A como pude salí de casa y entré al auto, mi mamá iba al lado de mí, sosteniéndome la mano.

Mi papá manejo más rápido de lo que podía ir una saeta de fuego, llegamos al hospital y en cuanto me vieron me sentaron en una silla de ruedas, mi mamá iba a mi lado en todo momento, jamás soltó mi mano.

¿Por qué? (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora